Saturday, July 26, 2008

Supermassive White Rock



Este paparulo se encontraba como lo ha estado los últimos días: al borde del colpaso, producto de una ampliación en la familia, que forzó una ampliación en la casa, que forzó una ampliación en el presupuesto, que forzó una ampliación en el horario laboral, que forzó una ampliación en el stress de quien escribe. Cuestión que me llama mi primo Hernán y me pregunta: "¿Vas a ir a ver a Muse?". "¡Ah! ¿Vienen?", pregunté despistado, calculando que vendrían al Pepsi Music o algo así. "¿Cuándo tocan?", pregunto. "En dos semanas, decime porque estoy haciendo la cola para comprar las entradas", me apura.
La cosa, entonces, empezó así. No me imaginaba que iba a ver a Muse y mucho menos tan de un día para el otro. Lógicamente, me sumé a la adquisición de un pullman a módicos 30 dólares, y -como dijo Hernán- "agradeciendo a los oligarcas que se compraron todas las de 100 dólares" que nos hubieran resultado inaccesibles y dejándonos el remanente a los subhumanos.
El sitio era el Gran Rex, donde había estado por última vez viendo a Winton Marsalis, y donde mi última -y única en ese lugar - experiencia rockera había sido con el gran Lou, allá por el '96. No he visto muchos recitales de bandas grosas en teatro, apenas dos veces a Lou, dos a Fish (invitado por mi hermano) y una a Jethro Tull. Así que me sentí bastante raro. Por un lado se agradece poder ver y escuchar con infinita comodidad, pero por el otro no hay que olvidar que esto es rock, y la pasión es elemental. De todas maneras -me hago cargo- mi gataflorismo es importante, ya que no me gusta ir a ver bandas grandes estadios, pero me congela verla en teatros. La posta es en micro estadios como el Club Ciudad, o como Obras. En fin...
Cuestión que fuimos con Hernán, y nos encontramos con dos amigos, Lucho y Miguel, que también se habían apersonado y estaban un par de filas más adelante.
Yo sabía cómo sonaba y se veía Muse en vivo, por posesión de un DVD de la gira de "Absolution", pero las imagenes correspondían a estadios, no a un teatro.
Pues bien, cuando los muchachos arrancaron para matar con la seguidilla "Map of the Problematique", "Supermassive Blackhole", "Dead Star" y "New Born", instantáneamente tuve en claro varias cosas. La primera y más importante es que los tipos aman el mismo periodo de tiempo musical que yo: '67 a '75. Pero, a diferencia de lo que harían bandas como los Black Crowes, por ejemplo, que son más clacisistas y se ven y suenan como una banda de esa época, Muse -en términos de sonido, estilo y composición- suena como una banda actual. Pero abrevan todo en el periodo mencionado. Y ese todo es, por ejemplo, el descomunal volumen al que tocan. Sin embargo, a pesar de semejante descarga de decibeles, los tres tipos -bien a lo 70's- son terribemente virtuosos, entonces suenan precisos, redondos, perfectos. Y uno no pueda evitar pensar en Rush. Matthew Bellamy se declara admirador de Hendrix y Robert Johnson y, aunque su música es claramente blanca y le debe más por momentos al Volga que al Mississippi, la herencia de Hendrix se ve en las cosas que trata de hacer con la guitarra, particularmente en el uso del feedback.
Y no solo a Hendrix, sino a todo el periodo mencionado, le deben esa voluntad por descontruir los temas y lanzarse de lleno a zapadas de neta cepa setentosa. A lo que se suma el carácter épico, por momentos bombástico, de su música que le debe tanto a Zeppelin -a quien homenajearon ya en el segundo tema- como a Queen. Muse tiene las lecciones bien aprendidas: su música es claramente "progresiva" en su concepto e intención, pero no se pierde en el onanismo barroco del rock sinfónico setentoso, sino que utiliza elementos de música clásica -y de otros estilos también- pero siempre en el marco del rock y de hacer canciones, con estrofa, estribillo y puente. Y, para cerrar el párrafo referido a las virtudes de la banda, la voz de Bellamy es descomunal. De hecho, venía de ver a dos tipos que estan en el indudable top 5 de las voces del rock (Cornell y Dickinson), y Bellamy entra en ese Top 5 seguro. Es realmente impresionante.


Pues bien, volviendo al clima del recital. La cosa bajó un poco los decibeles con "Butterflies & Hurricanes", "Feeling Good" y "Sunburn". No porque sean malos temas, para nada, sino porque después de un arranque demoledor, le bajaban un poco los decibeles a la cuestión y eso enfrió un tanto el panorama. Vino un pequeño jam entre la bata y el bajo y volvieron con "Invincible", un tema de esos que le gustan más a las chicas... Me empecé a poner mal. Estaba incómodo en un asiento, casi forzado a ver un recital de rock como si fuera un crítico de cine y encima los muchachos se me estaban poniendo mimosos.
Entonces decidí aplicar una argentinada. Espero me entiendan: el rock está ante todo.
Me fui de mi asiento y me senté escaleras abajo, a la altura de los que habían garpado 150$. Y, casi como justificando mi accionar, en ese momento Muse disparó en andanada cuatro de mis temas favoritos: "Hysteria", "Starlight", "Time is Running Out" y "Stockholm Syndrome". Fue, claramente, el momento en que más disfruté el recital. Terminado ese set, la banda se despidió muy escuetamente (cabe aclarar que el contacto con el público es mínimo) y se fue por bambalinas. Era obvio que iba a haber bises. Y los hubo nomás: "Soldiers Poem", "Plug in Baby", y "Knights of Cydonia" conformaron un cierre digno, aunque se hubiera agradecido sobremanera un "Muscle Museum", pero bueno, todo no se puede.
La conclusión final es que fue uno de esos recitales que, no sé si a alguno de los que leen esto le ha pasado lo mismo, disfrutás realmente cuando ya pasó y terminaste de sopesar el calibre de lo que viste. O para ser preciso como Muse: a pesar de que faltó pasión debido a las características del lugar, la banda me licuó el cerebro. Y eso siempre se agradece.

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Tuesday, July 15, 2008

God (Part III)



No le creo a Kichner
No le creo a Miguens
No le creo a Cristina
No le creo a Llambías
No le creo a Moreno
No le creo a Buzzi
No le creo a D'Elía
No le creo a De Angeli
No les creo a 90 mil en el Congreso
No les creo a 220 mil en Palermo
Creo en mí
Y esa es la única realidad.
El problema es que no sirve para nada.

El problema es que los 80 mil son muy pocos y si fueron por el chori, los 220 mil son demasiados y fueron por un chori de otro tipo. Y se dan tan poca cuenta como aquellos a los que les dedican sus carteles.

No me sorprende la convocatoria del gobierno. Ya es mucho que 80 mil tipos se banquen escuchar el enésimo discurso delirante y paranoide que habla de golpismo, desestabilización y grupos de tareas. Si encima recortamos a los que fueron llevados por punteros, el número se vuelve aún más triste. Pero es el número que se merece este gobierno porque este gobierno es triste. Triste porque como bien dice Caparrós: "La idea de que este gobierno se merece apoyo porque sus enemigos son nefastos no me satisface". Yo quiero apoyar al gobierno porque me da motivos para apoyarlo, porque tiene propuestas, porque me demuestra en acto que es distinto a aquellos a los que desde la retórica dice estar enfrentado. Yo quiero un gobierno al que le pueda creer eso de la redistribución de la riqueza y la igualdad social, porque veo que lo hace, además de decirlo. Pero no, lo único que veo es el enfrentamiento rabioso y constante.

Y tanto enfrentamiento agota. Especialmente porque es el enfrentamiento entre dos facciones por un billete al que todos los que miramos -y la enorme mayoría de los que apoyan a una u otra facción- no vamos a tener acceso, como nunca lo tuvimos. Esa posibilidad jamás estuvo en los planes.

Entonces, me asustan las 225 mil personas. Me asustan porque en la masa es muy difícil dirimir los grises. Me asusta porque cuando llambías dice "Está todo el país presente" nadie se detiene cinco milésimas de segundo a sopesar el significado real de esas palabras. Me asusta porque cuando Llambías dice "No nos van a poner de rodillas", me pregunto a quiénes abarca ese "nos". A mí no, seguro. Pero a los pequeños productores tampoco. Ni al 99% de los tipos de clase media y media alta que fueron a Palermo. Me asustan porque digo, ¿no se dan cuenta? ¿Pueden aplaudir a un tipo que en la jeta les dice "que paguen el lomo a 80$?".

Estamos mal. Vamos peor.

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Sunday, July 06, 2008

La libertad tiene su precio



Caminando por Florida encontré un muchacho que vendía películas truchas y que para mi sorpresa no solo tenía cosas como "Meteoro" (que le compré a Iván) o "Hulk", sino también "I'm not there" y "Persépolis", dos películas a las que les tenía ganas desde hace largo rato pero que mi falta de tiempo libre para ir al cine me había impedido ver.
Pues bien, gracias la piratería, tuve la chance de ver una de las mejores películas de los últimos años. Si "Persépolis" no es una obra maestra, pega en el travesaño, pica en la línea, pega en un palo y sale. Suscíntamente es la historia de Marjane Satrapi, una chica iraní que vive la caída del Sha, y el subsiguiente gobierno teocrático de los Ayatollah, que la fuerza a tener que irse a vivir a Francia para encontrar algo de libertad. La película es, justamente, un canto a la libertad. Pero no desde un lugar pedorramente hollywoodense. "Persépolis" está cargada de poesía, de humor, de tristeza, de una exquisita belleza, de la sabiduría que dan los golpes y de una enorme necesidad de vivir. El dibujo de Marjane Satrapi es notable en su expresividad y nos sumerge en la historia de una manera que no sé si hubiera sido posible si la película hubiera sido protagonizada por actores de carne y hueso. Y la historia en sí está fantásticamnte narrada, ya que te va sumergiendo en la opresión del gobierno de la Revolución a través de los pequeños detalles cotidianos, de la progresiva pérdida de libertad, del diario desencanto en el que suelen terminar las revoluciones, que llegan para dar luz a un mundo nuevo y terminan generando un infierno. No quiero extenderme demasiado en desmenuzar la película, ni en hacer un crítica. Solo quiero recomendarla decididamente a cualquiera que quiera ver CINE de verdad.

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Friday, July 04, 2008

It's sad...

Hoy pensaba en las canciones que me hicieron llorar. No son muchas. Pensaba también en cuáles de esas canciones me habían hecho llorar por las características emocionales propias de la canción, y cuales por que simplemente aparecieron en momentos emocionales complicados para mí. En general, como es lógico, se trató del segundo caso.
Pues bien, extrañamente hay una sola banda que tiene dos canciones que me llenaron los ojos de lágrimas. Es Pearl Jam. La primera canción de Pearl Jam que me hizo moquear fue "Black". Era 1992, mi novia Astrid me había dejado para irse a estudiar a Estados Unidos y estaba hecho un moño. Creo que el único dolor que considero hermoso es el dolor por amor, el dolor de raíz romántica. El corazón es un músculo elástico, y ni hablar cuando se trata de amores perdidos. Nuestro mundo parece desintegrarse y perder todo sentido y nos arrastramos como patéticas muecas de nosotros mismos, llorando por nuestro corazón roto y por la pérdida del ser amado. Muy en el fondo, disfrutamos ese dolor.
Claro, hay otros dolores. La siguiente vez que me hizo llorar "Black" fue en 2005. Hacía veinte días que había salido de FUNDALEU y estaba viendo a Pearl Jam. En aquel momento, me costaba creer que estaba vivo. Era una sensación de irrealidad constante. Me miraba las manos, los dedos, y los movía, tratando de captar que eran míos, y que los estaba moviendo porque estaba vivo. Es muy difícil de explicar lo que sentía en ese momento. Pero, estando en el recital, émpezó a sonar "Black" y me quebré. Empecé a llorar a mares, inconteniblemente. Estaba descargando toneladas de angustia. Prefiero llorar por amor...
Pero hay otra canción de Pearl Jam, que es una de mis favoritas y que me ha hecho llorar también. Se llama "Sad" y está en "Lost dogs". El 23 de diciembre de 2005, un mes después del recital de Pearl Jam, menos de dos meses después de que saliera de FUNDALEU, se murió mi primo Feni. Tenía 34 años y para mí era un hermano, sin un mínimo atisbo de exageración. De hecho, como teníamos casi la misma edad, era como un mellizo. Feni murió de un aneurisma. Fue de pronto, sin aviso previo. Un tipo deportista, sin vicios, pero que laburaba demasiado: era cirujano infantil y laburaba le pagaran o no. Tenía un corazón gigante, pero ese corazón le falló de pronto. Dejó a su mujer y a su hija, de la misma edad -en ese entonces- que mi mujer y mi hijo. No solo fue perder a un hermano, se le sumó ver reflejado en él, lo que podría haberme pasado a mí. La realidad es que fines de 2005 y principios de 2006 no fueron los tiempos más sanos para mí, mentalmente hablando. Bien, la letra de "Sad" es para mí como si se la cantara la mujer de mi primo a Feni.

"If just one wish could bring him back..."

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Tuesday, July 01, 2008

Videos del mes

Terminamos los '70 y empezamos a introducirnos en los oscuros '80. Claro, por suerte los '80 no fueron solo lo que pasan por Aspen...

“So lonely “- The Police
Traten por un segundo de olvidarse de la imagen enyoguizada de Sting, para recordar qué buena banda era the Police...


“I believe in miracles” - The Ramones
¿Pensaron que me había olvidado de ellos? ¡Ja! Solo que mi tema favorito de esta banda es los '80.


“Shadowplay” - Joy Division
Otro enorme tema de Joy Division, y van...



“Bela Lugosi’s Dead” - Bauhaus
Esto es gótico, el resto es gilada.



“A night like this” – The Cure
Hace más de veinte años que amo esta canción exactamente igual que la primera vez.

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