Thursday, November 15, 2007

Cine para una isla desierta Vol 4

76- La leyenda del jinete sin cabeza (1999)
La dirige: Tim Burton
Actúan: Johnny Depp, Christopher Walken, Christina Ricci, Christopher Lee


Veamos: Tim Burton + Johnny Depp + Christina Ricci + Christopher Walken + Christopher Lee, todos juntos en una película de ¿terror? = tiene que producirse una catástrofe para que la película no sea por lo menos buena.

Por suerte esa catástrofe no se produce y el resultado es esta estupenda, aunque muy libre adaptación del relato de Washington Irving. No llega a ser excelente porque le falta la originalidad y profundidad de otros personajes de Burton como Beetlejuice, Edward Scissorhands o Jack. Pero los climas y escenarios oscuros que tan bien maneja Burton, esos que parecen salidos de un libro de historietas, están en toda su dimensión. Y lo mismo ocurre con la somnolienta ambientación de Sleepy Hollow, que es una fiel reproducción de lo que transmite el relato de Washington Irving. La caracterización que hace Johnny Depp de Ichabod Crane también es magistral, se nota que Johnny leyó bien el librito de Irving. Claro, aquí está la primera diferencia: donde en el libro Crane era un maestro de escuela cobarde, racional y un poco torpe, aquí es un detective cobarde, racional y perseguido por los fantasmas de un pasado oscuro. Detective que es enviado desde Nueva York para investigar los misteriosos asesinatos que están teniendo lugar en los bosques que rodean la aldeíta de Sleepy Hollow, en plena Nueva Inglaterra. Asesinatos que tienen en común la decapitación de las víctimas.

Crane viaja a Sleepy Hollow y se encuentra con una vieja leyenda que habla del fantasma de un jinete Hessiano (un cuerpo de mercenarios alemanes que servía en el ejército inglés) que se dedica a coleccionar cabezas ajenas. Nuestro detective, racional él, no cree nada y se pone a investigar, seguido a sol y sombra por la inquietante Katrina Van Tassel, una lugareña que le empieza a revolotear en la cabeza y que le genera atracción y rechazo en iguales dósis. ¿Por qué? Es que la bella Katrina también oculta un secreto, como parece hacerlo todo Sleepy Hollow...

A pesar de lo increíblemente bien lograda que está la atmósfera tenebrosa de Sleepy Hollow la película no es aterradora, más bien es... encantadora. Es que Tim Burton tiene esa capacidad para sumergirte en mundos que duran una hora y media pero que te dejan encantando por siempre. Y eso es lo que uno le agradece eternamente.


77- La lengua de las mariposas (1999)
La dirige: José Luis Cuerda
Actúan: Fernando Fernán Gómez, Manuel Lozano

Cómo me gusto esta película! ¡Cómo me conmovió! Toca fibras muy profundas sin caer jamás en los sentimentalismos baratos de Hollywood.

La historia es, esencialmente, la de un pequeño pueblito de Galicia en vísperas de la Guerra Civil, y se centra de manera particular en la relación entre Moncho y su profesor de escuela, don Gregorio. Con apreciable destreza y a través de una serie de viñetas de enorme belleza y sencillez, el director José Luis Cuerda nos interna en la dimensión de ese pueblito, de sus habitantes, nos muestra sus vidas, sus ideas, su sentir y sus miserias. Al mismo tiempo asistimos a la pérdida de la inocencia de Moncho, a quien don Gregorio tratará de enseñarle algo más que matemáticas o historia, intentará mostrarle qué es ser un hombre de bien. Una vez que el espectador se ha involucrado emocionalmente con los personajes, el director le dará un giro de tuerca a la historia que trastocará las vidas de éstos y nuestra percepción del filme. El final será entonces tan profundo como desgarrador.




78- Sexto sentido (1999)
La dirige: M. Night Shyamalan
Actúan: Bruce Willis, Haley Joel Osment, Toni Collette

Bien, está claro que la carrera del amigo Shyamalan se reduce a esta película, ya que el resto fue una sucesión de fiascos. El gran truco de este filme es la estupenda vuelta de tuerca, que le da el sentido al filme. Claro que, afortunadamente, la película puede ser vista más de una vez, ya que mantiene su suspenso aún sabiendo el desenlace, en base a estar excelentemente estructurada. En el plano personal, hay pocos temas que me hagan cagar más de miedo que el de los fantasmas. Y el hecho de que un chico pueda ver gente muerta, y nadie pueda ayudarlo, es sencillamente escalofriante porque dispara los terrores más atávicos. La verdad es que habiendo visto toneladas de películas de terror, ésta me aterró utilizando recursos de lo más convencionales.



79- Réquiem para un sueño (2000)

La dirige: Darren Aronofsky
Actúan: Jared Letto, Jennifer Connelly, Marlon Wayans, Ellen Burstyn

Harry, su novia Marion y su mejor amigo Tyrone son adictos a la heroína. Marion es una chica adinerada, hija de un padre dominante que la mantiene pero del cual quiere escapar. Y lo hace, inyectándose heroína en las venas. Tyrone es un joven negro, lo que cual en Estados Unidos ya implica fuertes posibilidades de andar por los bordes de la sociedad. No sabe muy bien lo que quiere y sí aquello que extraña y no puede recuperar: a su madre. Por eso se inyecta heroína en las venas. Harry no sabe donde está parado, solo sabe que seguir conviviendo con su madre y su simposio de recuerdos de tiempos mejores era demasiado para él, por eso prefiere patear las calles de Coney Island en busca de emociones. Y las encuentra, cada vez que se inyecta heroína en las venas. Claro, Sara Goldfar, su madre, no tiene la más remota idea de en qué anda su hijo. O mejor dicho, lo sabe -ya que constantemente tiene que ir a recuperar el televisor que él se roba para comprar heroína- pero no quiere verlo. Su vida se paralizó al morir su marido y cuando Harry se fue de la casa. Su unico sostén, lo único que le permite levantarse en la mañana y sobrellevar su soledad, es el televisor y su programa favorito, una especie de talk show de autoayuda. Hasta que un día recibe un llamado en el que se le dice que ha sido seleccionada para aparecer en ese programa. Y su vida da un vuelco fenomenal. ¡Ahora millones de personas podrán conocerla! Sabrán que existe, podra contarles sobre lo maravilloso que era su marido y lo dulce que es su hijo. Podrá SER. Y nada mejor para la ocasión que lucir aquel ajustado vestido rojo que tanto excitaba a su hombre. Claro, los años pasaron y el vestido rojo ya no entra, así que Sara Goldfar visita a un dietólogo inescrupuloso que le receta cuatro pastillitas mágicas. Cuatro pastillitas que la harán adelgazar en una semana. Cuatro pastillitas que son la puerta de entrada al infierno.

Harry, por su parte, concibe un plan. Sabe que Marion tiene talento para el diseño y le propone abrir una boutique. Para financiar el proyecto, Harry y Tyron comprarán una cantidad de heroína, la fraccionarán y la revenderán a un mejor precio. Todo parece ir bien, una esperanza se dibuja en el futuro. Pero la adicción no está hecha de esperanzas.

Es que hay una adicción que todos comparten en esta película. Todos son adictos a la peor de las drogas: la desesperanza. Esa desesperanza generada por un sistema que empuja al aislamiento, a la soledad, al vacío, a la ausencia de cualquier valor y contención.

He visto muchas películas sobre drogas, pero ninguna tan buena como esta. La dirección de Darren Aronofsky es impecable, increíblemente buena. El tipo -tal como lo demostrara en "Pi", otro filme de aquellos- simplemente ha creado una manera de filmar la locura, de plasmarla en celuloide con sus ritmos enfermizos y sus explosiones distorsionadas de irrealidad. Su insistencia en filmar la repetición de los actos cotidianos que llevan a los cuatro protagonistas a la locura, es tan efectivo como aterrador. La formidable edición de los últimos devastadores minutos son un ejemplo cinematográfico de cómo crear una tensión insostenible. Y a eso hay que sumarle las actuaciones, una mejor que la otra. Particularmente Ellen Burstyn, que no deja dudas de que ella ES Sarah Goldfar. Increíble. No sé si ganó el Oscar en 2000 -año en que se hizo la película- pero si no lo hizo es una de las más flagrantes injusticias en la historia del cine.

Esta no es una película simpática, ni mucho menos. Es brutal y te deja hecho un moño. No hay nada alentador aquí, sino más bien lo contrario. No podría ser de otra manera cuando los protagonistas se empeñan en destruir sistemáticamente cualquier tipo de esperanza. Pero no verla, mis amigos, es un error imperdonable.





80- Memento (2000)

La dirige: Christopher Nolan
Actúan: Guy Pearce, Carrie Ann Moss, Joe Pantoliano
Esta opinión fue escrita por mi amigo Santiago, que en este caso funciona como crítico invitado.

Los créditos iniciales de “Memento” van para adelante pero la acción va en sentido contrario. Es una foto de Polaroid que, en vez de ir revelándose de a poco, su imagen va desvaneciéndose de a poco. Rewind. Sí, la escena va para atrás, como si el editor la estuviese rebobinando. Esta escena más que atractiva de ver te muestra dos cosas: que el segundo inicial del film, por más que sea rebobinado, es exactamente el final de la película, y que te prepara para lo que será una nueva y original manera de narrar una historia.

Leonard Shelby se encuentra perdido todo el tiempo ya que siempre se olvida de todo. Es que tiene un síndrome, uno que le hace olvidar hechos recientes, lo que le obliga a sacar fotos de gente y anotar nombres, con tal de acordarse de ellos minutos después, cuando su mente vuelve a ponerse en blanco. Sólo puede recordar cosas que le sucedieron antes del “accidente”, aquel donde violaron y asesinaron a su esposa y a él le dieron tremendo golpe que lo dejaron con este problema mental. Leonard busca al asesino, sólo que no sabe quien es y si algo averigua, seguro se le va a olvidar.

Entonces, decide convertir su cuerpo en un anotador ambulante, tatuándose datos del asesino por todo su cuerpo, a medida que los averigua. Pude tener sus iniciales, el número de matrícula, a que se dedica, color de piel, etc. Leonard debe encontrarlo a pesar de su problema y varias veces dudará si está haciendo lo correcto, si está buscando a la persona indicada. Pensarán que se quedarán tranquilos, ya que pueden ver el film sin preocuparse de fijarse en muchas cosas, ya que sólo el protagonista tiene ese problema. Pero se equivocan.

El excelente guión escrito por Christopher Nolan, basado en una historia de su hermano, está planteado para que el espectador se ponga en el lugar de Leonard. ¿Cómo?. Muy fácil (o muy difícil), narrando la historia para atrás. Empezando por el final y terminado con el comienzo, por fragmentos. De esta manera, estaremos tan confundidos como el protagonista, hasta que en el próximo fragmento nos los explican. Entre fragmento y fragmento que va para atrás hay otros, en blanco y negro, que van para adelante. En algún momento, esos dos hilos narrativos se juntarán. Creo que nunca había visto un guión escrito así. Es increíble y formidable, lo mejor del film.

Lo que a su vez trae una desventaja, lo complicada que puede llegar a ser. He visto esta película hace un tiempo en DVD y gracias a Dios por ello. Tuve que verla dos veces para entenderla mejor porque el problema de “Memento” es que no se le puede dejar de prestar atención en ningún momento. Si la hubiese visto en cine, sería mejor verla con alguien para después comentarla. Si pestañas, podés perderte algo. Hay todavía cosas que me quedaron sueltas, pero sí entendí el final y eso no me impidió disfrutar de ella.

“Memento” tiene excelentes actuaciones a cargo de los tres actores que están presentes en casi todo el largometraje. Como Leonard está Guy Pearce cargando un papel lleno de dudas e incertidumbre, logrando la perfección. La morocha hermosa que es Carrie-Ann Moss (“The Matrix”) puede también mostrar talento a un personaje misterioso. Para el final, Joe Pantoliano como Teddy, amigo o no de Leonard, que nunca se sabe de que lado está. Hay varios diálogos jugosísimos gracias a la manera de narrar que tiene el guión. Nolan, también director, nunca se extralimita con la dirección, por más que sea tan complicada.




81- Casi famosos (2000)

La dirige: Cameron Crowe
Actúan: Billy Crudup, Patrick Fugit, Philip Seymour Hoffman, Frances McDormand, Kate Hudson

Antes que nada: me encantan las películas de rock. Cameron Crowe ya me había dado una alegría en este sentido con Vida de solteros.

En segundo lugar: Cameron Crowe no es ningún Maestro del cine, sus obras dificilmente se conviertan en clásicos y desde el enfoque de un purista sus películas podrían ser calificadas de regulares y hasta malas (depende con qué pie se haya levantado el purista ese día).

Pero, eso sí, Cameron Crowe ama al rock por sobre todas las cosas, Cameron Crowe fue y sigue siendo un fan, Cameron Crowe entiende "de qué se trata" esto del rock.

Y en "Casi famosos" rinde un homenaje a esa sufrida raza llamada Fans del Rock y sus Estrellas. A aquel que todos en mayor o menor medida hemos sido (o seguimos siendo) en algún momento de nuestras vidas. Al que empapelaba su cuarto con posters, a aquel para el cual absolutamente TODOS los discos de su banda favorita eran insuperables, al que sabía cada letra como si fuera el himno de su país, al que seguía a su banda favorita como fuese y a donde fuese.

Ese homenaje de Crowe, por otra parte, está cargado de ternura y de nostalgia. Y así se convierte en una celebración de la ingenuidad omnipresente en el fan, que lo lleva a dar todo por un autógrafo, por estar cara a cara con su héroe aunque sea una vez en la vida y por un segundo.

Eso es Casi Famosos, una película de un fan del rock para los fans del rock. Y nosotros la recibimos con cariño.

82- Alta fidelidad (2000)
La dirige: Stephen Frears
Actúan: Catherine Zeta-Jones, Jack Black, Todd Louiso, Lisa Bonet, John Cusack, Tim Robbins

No pude evitar sentirme identificado con el protagonista en numerosos pasajes, sencillamente porque soy un melómano al que le gusta hacer rankings de todo tipo -como el actual- y que está absolutamente convencido que para cada momento de mi vida hay una o más canciones que actúan como banda de sonido. La película trata, linealmente, sobre eso. La vida de un melómano (Rob, John Cusack) que busca reconquistar a su novia perdida, para lo cual emprende un "viaje de investigación" a través del Top 5 de las peores rupturas de su vida amorosa. Eso lo llevará a varias situaciones hilarantes y a otras tantas con las que te vas a sentir plenamente identificado (la de Catherine Zeta Jones, por ejemplo, al menos en mi caso). El objetivo de Rob es indagar qué hizo mal antes para ver si está repitiendo errores con su novia actual. Pero el fondo de la cuestión es que el tipo se da cuenta que se quedó emocionalmente estancado en la adolescencia y que... bueno, ya estoy por empezar a decir demasiado.

¿Por qué me gustó?

1) La banda de sonido es increíble (¡dos temas de la Velvet!).

2) Los dos ayudantes de Rob en la disquería -Barry y Dick- de la cuál él es dueño son memorables.

3) Parece Bruce Springsteen en un cameo notable.

4) El guión tiene algunos diálogos de antología, aunque pueden ser específicos para "especialistas" y/o enfermos de la música.

5) Hay un par de escenas para llorar de la risa (la del disco de Bob Dylan y aquella en la que Tim Robbins va a la disquería).

En síntesis, una comedia "simpática", que no creo que llegue a ser un clásico pero ¿a alguien le importa?



83- Snatch, cerdos y diamantes (2000)
La dirige: Guy Ritchie

Actúan: Brad Pitt, Benicio del Toro, Alan Ford, Vinnie Jones

Me habían hablado mucho de esta película pero siempre me colgaba y no la veía. Hasta que un fin de semna del 2002, en un rapto de inspiración, la alquilamos. Y, quizás por méritos de la película, quizás por que no tenía expectativas al respecto, me pareció excelente. Una suerte de comedia policial cargada de humor negro que gira alrededor de un diamante robado, "Snatch" no tiene desperdicio por donde encares la cuestión.

¿Querés buenas actuaciones? Hay de sobra: Brad Pitt demuestra una vez más que es un excelente actor más allá de los prejuicios que muchos tienen a partir de su cara bonita, Alan Ford la "deja así chiquita" en su papel de Brick Top, Vinnie Jones (Bullet Tooth Tony) es el más duro de los duros y la dupla de inútiles bien intencionados integrada por Lennie James (Sol) y Ewen Bremmer (Mullet) es memorable.

¿Querés buena dirección? La de Guy Ritchie es notable: dinámica, atrapante, sorprendente. Sin ella, y a pesar de lo arriesgado de filmar a lo "video de rock", la película perdería un 50% de su genialidad.

¿Querés un buen guión? También es mérito de Ritchie, con varios diálogos de antología y un refinadísimo humor negro, como el que solo puede darnos un inglés.

¿Los personajes? Imperdibles: el psicótico Brick Top se hace odiar y temer en la misma medida, la breve aparición de Benicio del Toro encarnando al mafioso judío Franky Four Fingers es suficiente para hacerte entrar en la película con una sonrisa, Bullet Tooth Tony hace quedar a Harry el Sucio como un nene de pecho, el ex agente de la KGB Boris "The Blade" Yurinov (Rade Serbedzija) es un ser sin escrúpulo alguno y testarudo hasta para morir, y Mickey (Brad Pitt) es un gitano irlandés de esos que preferirías no conocer si querés evitar metrte involuntariamente en problemas. En fin, ninguno de ellos tiene desperdicio alguno.

Y la trama te tiene todo el tiempo con el corazón en la boca, sin poder deducir jamás que va a ser de los dos pobres Turkish (Jason Statham) y Tommy (Stephen Graham), quienes no paran de embarrarla una y otra vez. No duden en alquilarla, van a ver una película distinta y se van a divertir más que en cualquier montaña rusa.

¡Ah! Y van a empezar a respetar muchísimo a los inocentes chanchitos...


84- El Señor de los Anillos (2001, 2002, 2003)
La dirige: Peter Jackson
Actúan: Elijah Wood, Ian McKellen, Sean Bean, Hugo Weaving, Orlando Bloom, Cate Blanchett, Liv Tyler, Christopher Lee, Viggo Mortensen

Simplemente quiero señalar que "El Señor de los Anillos" es una sola película dividida en tres, y no tres películas, como algunos reclaman por ahí. Pretender contar una saga como la de Tolkien -que además incluye "El Hobbit"- en menos tiempo del que fue hecho es realmente absurdo. Si para un fantochada como "Matrix" hicieron una trilogía no veo cómo se podía esperar menos de una obra del calibre de "El Señor de los Anillos".

Señores, Peter Jackson recrea un mundo en esta película. Y lo hace de manera impecable. Evidentemente es imposible meter más elementos, es imposible adaptar literalmente el lenguaje literario -valga la redundancia- al cinematográfico. Son dos lenguajes distintos con distintos requerimientos y posibilidades. Dentro de esa realidad, Peter Jackson logró un producto perdurable, que respeta en enooooorme medida al original, con el gigantesco mérito además de haberlo hecho por afuera de Hollywood y sus posibilidades macroeconómicas.

Niños y niñas que leyeron el libro, por favor, dejen de ser insoportables. No hay p... que les venga bien: que falta el diálogo entre tal y tal otro, que Pippin cuando va a cagar al baño se lleva una revista y no una pipa, que es muy corta, que es muy larga, que en realidad Aragorn tenía el pelo un poquito más claro... ¡Basta!

Niños y niñas que no leyeron el libro: dejen de lloriquear con que es muy larga o que no la entendieron. ¿Ahora resulta que es difícil bancarse 3 horas en el cine viendo una película épica, con espadas, fantasmas, romances, batallas y monstruos? ¡Cuántos estragos está haciendo el lenguaje del video clip en la cultura actual, por Dios! Con razón a la gente le cuesta tanto leer un libro...

Y encima decir que es difícil de entender. A ver: están los buenos y están los malos. El más malo de los malos se llama Sauron y quiere conquistar el mundo. Para eso necesita recuperar un anillo que le da poder. Ese anillo lo tienen los buenos, que arman un equipo que tiene como misión destruir el anillo para que no lo consiga Sauron. ¿Listo? Complicado, ¿no? En fin, a todos los que no se consideran a sí mismos miembros de la gran escuadra de gatafloras, les digo: "El Señor de los Anillos" será para los pibes de hoy lo que "La Guerra de las Galaxias" fue para todos los que andamos en los 30 años de edad promedio: una saga inolvidable, llena de magia y aventura, a la cuál volveran una y otra vez, hechizados para siempre por héroes con nombres propios (Aragorn, Legolas, Gimli, Gandalf, Frodo, Sam) y malos bien malos (Sauron, Saruman, Wormtongue, los orcos)...

85- Los otros (2001)
La dirige: Alejandro Amenábar
Actúan: Fionnula Flanagan, Renée Asherson, Jim Bentley, Eric Sykes, James Bentley, Nicole Kidman

Ví esta película en circunstancias particulares. Era febrero, estábamos de vacaciones con mi adorable chica y aprovechamos para ir mucho al cine. Por eso ví este filme junto a Amelie, Memento y Una mente brillante. La última me pareció mala, pero las dos primeras me parecieron excelentes. Quizás esa sobredósis de cine y buenas películas podría haber atentado contra el disfrute de ésta. Por eso decidimos ir a verla en trasnoche, en un cine viejo y con la obligación de volver del cine caminando hasta Ostende, que era donde estábamos. El resultado fue impecable, porque terminamos bastante asustados (aunque en mi caso no tanto como con Sexto Sentido) pero, por sobre todo, disfrutamos de una película fantástica.

"Los Otros" es un doble homenaje: a Henry James por un lado y a Alfred Hitchcock, por el otro. La historia esta evidentemente inspirada en "Otra vuelta de tuerca" el gran y aterrador clásico de fantasmas de Henry James. Y la manera de filmar, de crear suspenso y terror como se debe (esto es: a través de la sugestión, manipulando la psiquis y los nervios del espectador, sin necesidad de caer en golpes bajos ni obviedades sanguinolentas) remite al enorme Hitchcock.

Aquello que más nos aterra es todo lo que no podemos explicar, ni entender, aquello que está guardado en un cajón polvoriento de nuestro inconsciente y fue enterrado mucho tiempo atrás, cuando creímos abandonar la infancia, maquillándonos con la lógica y la madurez. Pero basta la sombra exacta, el chirrido inesperado, el susurro inexplicable, para convocar a todas esas presencias que nunca se fueron, simplemente estaban allí, latentes, esperando para atenazarnos nuevamente con sus garras escalofriantes. Amenabar es un verdadero medium, capacitado para evocar esos espíritus siniestros y mantenernos encandenados a la butaca durante dos horas de asfixiante tensión. Los amantes del género no podrán dejar de incluir a esta película entre los clásicos.


86- Amelie (2001)

La dirige: Jean-Pierre Jeunet
Actúan: Audrey Tautou, Mathieu Kassovitz, Serge Merlin, Dominique Pinon, Maurice Bénichou
Una joya. Así de simple.

Una pelicula de CINE. De esas que hay que ver en pantalla grande, porque guardan en sus entrañas toda la magia para la cual este arte fue concebido y están hechas con un amor reverente hacia él.

Visualmente no tiene el más mínimo desperdicio: los colores, los espacios, los lugares, las expresiones, los pequeños detalles, todo se conjuga en un verdadero festín para los ojos. Tu vista te va a agradecer largamente que la expongas al universo de Amelie.

La historia. No voy a contarles el argumento, prefiero que vayan desnudos de toda expectativa -como lo hice yo- y se dejen sorprender, se dejen enamorar por la bella Amelie. De todas maneras, como dijo alguna vez Borges, solo hay una historia con dos desenlaces posibles: alguien tiene un problema, lo resuelve o no. El secreto está en quién es ese alguien, cuál es el problema y cuál es el camino para resolverlo. Allí se ve el genio del artista, allí se ve la maestría de Jeunet (director y guionista).

Las actuaciones. Memorables, no tienen desperdicio.

Los personajes. Inolvidables, muchos de ellos son gente de lo más común, a las que el mero enfoque de Amelie transforma en seres mágicos. Y es que justamente, hay tanta gente, tantas historias fabulosas entre los que pasan junto a nostros como fantasmas. Y para conocerlas apenas bastaría detenernos un día en nuestra vorágine, sentarnos, escuchar, observar...



87- 24 Hour Party People (2002)
La dirige: Michael Winterbottom
Actúan: Lennie James, Steve Coogan

El tipo es periodista, estudió en Cambridge y tiene una vasta cultura, pero las notas que le encargan pueden ser volar en ala delta sin haber tomado clases, entrevistar a un enano que baña a los elefantes del zoológico o a un tipo que construyó canales a principios de siglo y que casi no recuerda nada de ello. Su único escape a ese mundo de notas absurdas es un segmento de su programa en el que puede pasar música. Hasta que un día de 1976, asiste a la primera visita de los Sex Pistols a su ciudad, Manchester. Y se le da vuelta la cabeza. Es consciente de que él y los otros 41 asistentes al recital son testigos de un momento histórico. A partir de ese momento decidirá arriesgarlo todo por esa fuerza arrolladora llamada punk rock. Así decide alquilar un local, bautizarlo The Factory y usarlo para promocionar bandas nuevas de Manchester. Y en ese lugar aparecen unos muchachitos llamados Joy Division cuyo talento impulsa a nuestro protagonista a dar un nuevo paso adelante: así crea Factory Records, así nacen los discos de Joy Division. Entonces nuestro mecenas demuestra claramente su voluntad de no venderse mediante el sencillo recurso de "no tener nada a que venderse". Es el primer ejecutivo discográfico de la Historia que no firma contratos con las bandas y que les da total libertad artística. Nuestro hombre se llama Tony Wilson y será el factotum de bandas como Joy Division, New Order, Happy Mondays y A Certain Ratio. Wilson también será el creador de The Hacienda, el boliche que dio nacimiento a la cultura rave. Sin embargo, el exceso de idealismo de Wilson, más la vorágine del rock and roll life style pasarán sus facturas...

Michael Winterbottom filma en formato DV (video digital) para darle clima de documental casero a la película, con lo que no solo logra su objetivo sino que suma al ritmo adrenalínico que requiere cualquier filme que se precie de retratar esa movida trascendental para el rock, el pop y el dance que se conoció como Madchester. A través de la formidable actuación de Steve Coogan como Wilson, y centrándose en las bandas surgidas de Factory Records y en la locura hedonística de The Hacienda (donde "hasta los blancos bailan"), la película propone un paseo por esa ciudad gris e industrial, golpeada por la política económica de Margaret Thatcher, que en una década pasó a convertirse en la meca musical de fines de los 80's, para incendiarse a velocidad supersónica en una marea de éxtasis, heroína y ritmos dance. Lo hace con un humor tremendamente británico y con una devoción absoluta hacia la música y los sentimientos que esta inspira. Para aquellos que ya tienen un conocimiento de lo que allí paso, la película es definitivamente excelente. Pero aún el que no tiene idea del tema la va a pasar bien de la mano de la estupenda banda de sonido y de la película en sí, que es muy divertida. El único defecto que tiene es que hubiera sido interesante que le dedicara un poquito más de tiempo a Joy Division y que el retrato que hace de Ian Curtis es un poco rígido, aparece como medio cabrón cuando era un tipo sensible. Pero bueno, todo no se puede.



88- El gran pez (2003)
La dirige: Tim Burton
Actúan: Ewan McGregor, Billy Crudup, Jessica Lange, Albert Finney, Helena Bonham Carter

Exagerar, esa es el arma" (Grafitti del mayo francés)

No hay caso: Tim Burton es un niño grande y eterno. Sus películas son universos de fantasía con sus propias reglas internas, siendo la primera de ellas la prohibición absoluta de verlas sin haber dejado la adultez en el guardarropas. Para ver sus películas hay que vestir de etiqueta y eso, para Burton, es sinónimo de inocencia. Y si no acatás esa regla te convertís en un William Bloom (Billy Crudup), el incrédulo hijo de Edward Bloom (Ewan Mc Gregor/Albert Finney), un tipo que -según su propio hijo- jamás le ha dicho la verdad sobre nada. Edward Bloom es un contador de historias, una especie escasa en este tiempo. Y, como Tim Burton, necesita de la inocencia para que eso que su hijo considera mentiras y patrañas de un padre inmaduro, se convierta en el más real de los mundos. Necesita imaginación para que su hijo entienda el verdadero significado de sus palabras cuando le dice: "He sido yo mismo desde el día en que nací". Porque de eso se trata la tarea del narrador de historias: de que lo imposible se vuelva posible: Pero es necesario para ello que las barreras se caigan, sino la fantasía es brutalmente asesinada. Si no Mark Twain y Jorge Luis Borges, Oscar Wilde y Fedor Dostoievski, Julio Cortázar y Edgar Allan Poe, Nikolai Gogol y William Shakespeare, Gabriel García Márquez y Roberto Arlt, todos ellos no tendrían razón de ser. Ni tampoco Woody Allen, Spielberg, Godard, Bergman, Lucas, Coppola... y Burton, por supuesto. Es la imaginación al poder, es soñar lo imposible, es olvidarse de todo lo aprendido para empezar a soñar, porque como decía Breton, la imaginación no es un don, sino el objeto de conquista por excelencia. De eso se trata "El gran pez", una película que no termina cuando la cinta deja de correr, más bien es allí cuando debería empezar...


89- Amor eterno (2004)
La dirige: Jean Pierre Jeunet

Actúan: Audrey Tautou, Gaspard Ulliel, Dominique Pinon, Chantal Neuwirth, André Dussollier, Ticky Holgado, Marion Cotillard, Dominique Bettenfeld, Jodie Foster

Esta era una película que tenía pendiente y que -lamentablemente- no alcancé a ver en cine. Y ese punto es clave, ya que una de las principales virtudes de este filme es su caracter eminentemente cinematográfico. Dicho en criollo: es una película para ver en cine. Jeunet apela aquí a muchos de los recursos que utilizó en Amalie: el uso de los colores, por ejemplo, más estridentes en Amelie, sepia en este caso. El uso de la luz para marcar contrastes: la campiña francesa parece bordada en un eterno atardecer de otoño, las trincheras del Somme están pintadas de gris y de oscuridad inabarcables. Los chispazos de humor, de ternura, de ingenuidad, de inocencia, le dan aire a la carnicería cotidiana de las trincheras. La película es un verdadero viaje desde lo visual, una experiencia exquisita en ese sentido, ya que -como se pudo comprobar en Amelie- Jeunet ama detenerse en los detalles, mimarlos con la cámara, pero sin por ese motivo perder ni ralentar el ritmo. Entonces nos regala imagenes de tierna belleza como en Amelie, pero les agrega aquí nuevos elementos: la brutalidad de la guerra -y una muy lograda poesía para encontrar lo bello en escenas que son de por sí estremecedoras-, el drama de la pérdida constante, la incertidumbre que genea una ausencia que parece definitiva, la imponencia en la reproducción de época. A eso, como en Amelie, le suma el entrelazamiento de un sinnúmero de pequeñas historias, que hacen a la gran historia que narra el film. Y después se apoya innegablemente en el conflicto ético sobre el que Stanley Kubrick edificó esa obra maestra llamada "La patrulla infernal". El resultado es una película muy lograda, infinitamente más compleja y ambiciosa que Amelie (lo que no implica que sea necesariamente mejor que Amelie), aunque construida casi con los mismos ladrillos. Quizás lo que puede llegar a afectar el disfrute es que esa ambición excesiva lleva Jeunet a incluir tantos personajes y tantas historias paralelas que -sobretodo quien no sepa francés- puede llegar a perderse un tanto. O también puede llevar a que -el terror supremo que buena parte del público le tiene a las películas francesas- el espectador sienta que es demasiado larga. Para que se den una idea de lo que es el subentramado de esta película: tan solo con la historia de Elodie Gordes (Jodie Foster) se puede hacer una película entera -muy interesante, por añadidura- y esa es una sola de las varias subtramas del filme. Eso a muchos puede molestarles, aunque a mí me pareció genial. Tanto como la enorme mayoría de las actuaciones, que son intachables.

¡Ah! A todo esto, ¿de qué trata la película? En 1917, en la batalla del Somme, cinco soldados franceses que ya no pueden soportar el infierno diario en el que viven, intentan un recurso desesperado: la automutilación. Infligiéndose heridas a sí mismos, especulan con hacerse pasar por heridos en combate y así lograr la tan ansiada vuelta a casa. Pero son descubiertos y la pena para este tipo de "delitos" es implacable. Son arrojados a la "tierra de nadie" entre las líneas alemanas y francesas, a morir como su suerte lo decida: de hambre, de frío, baleados, gaseados, por pisar una mina, o víctimas de una bomba. Uno de esos soldados es Manech, el prometido de Mathilde (Audrey Tautou), quien no regresará a Francia. Sin embargo, Mathilde se resiste a creer que Manech ha muerto y así, tras esperar 3 años a su amado, se lanza en una obstinada investigación, atando cabos que parecen imposibles, para intentar reconstruir los últimos minutos de su amado y probar que está vivo.




90- La Caída (2005)
La dirige: Oliver Hirschbiegel

Actúan: Bruno Ganz, Alexandra Maria Lara, Corinna Harfouch, Ulrich Matthes, Juliane Köhler, Heino Ferch, Christian Berkel, Matthias Habich, Thomas Krestchmann


Superman es perfecto: repleto de poderes que consisten en llevar todas las capacidades del hombre al extremo (fuerza, velocidad, vista, oído…), virtuoso al punto de poseer una relación casi platónica con Louis Lane, paladín de la Justicia a la que defiende por que no puede concebir un mundo sin ésta, incorruptible, dueño de una inteligencia propia de un gran científico… Superman fue creado para constituirse en un paradigma de lo que los norteamericanos consideraban perfecto, pero lo era tanto que se vieron en la obligación de traerlo de otro planeta. Es decir, Superman es un extraterrestre pero, ante todo, es un personaje de ficción. Durante mucho tiempo, demasiado, el cine retrató a Hitler como si fuera eso, un personaje de ficción, la antítesis de Superman, la encarnación absoluta del Mal. Y la corrección política se encargó de castigar cualquier intento de cambiar esa visión. Pero Hitler no fue ficción, Hitler no fue un extraterrestre, Hitler no fue el emperador Palpatine de la Guerra de las Galaxias. Hitler fue un ser humano, completamente real. Ese es justamente el punto.

Hay una anécdota. En 1942, durante una comida de gala para celebrar el cumpleaños de Goebbels, Eleonore Quandt -ex cuñada de Magda Goebbels- se presentó engalanada con un abrigo de piel de zorro. Hitler la miró y le dijo: "Digame, estimada señorita, ¿se da usted cuenta de cuántos animales inocentes fueron asesinados exclusivamente para que usted pueda lucir este tapado?"

"No encuentro excesivamente trágico el destino de unos cuántos zorros", fue la respuesta de Eleonore.

Hitler la miró unos segundos en silencio, y le contestó: "Eso es justamente lo que está mal, que ya no podamos entender la tragedia de las cosas. Bastaría con que todos nos diéramos cuenta que la destrucción de una sola vida es un hecho irrecuperable, para que todo fuera diferente y mejor". El 15 de enero de ese mismo año, ese hombre cuyas palabras parecen las de un miembro de Greenpeace había dado curso a la "Solución Final" que exterminaría a 6 millones de judíos.

Ese es el punto y eso es lo que muestra "La Caída" de manera escalofriante.

Son muchas las voces que se han alzado para criticar la película porque según el pensamiento políticamente correcto "humanizar" a Hitler es inmoral y puede generar simpatías hacia él en el público. Pero me permito un par de reflexiones. La primera de ellas está vinculada con el pensamiento políticamente correcto, que suele ser tan más papista que el Papa, que termina muchas veces favoreciendo aquello que busca combatir, o atrapado en dilemas éticos. Pues bien, en el caso de "La Caída", la crítica ejercida por el pensamiento político correcto es de una torpeza inaudita y lo único que hace es mantener a Hitler en ese lugar irreal, de ficción, una suerte de Hiper Villano, maléfico y brillante: un Lex Lutor. Así tenemos una encarnación del Mal que es casi Satanás hecho hombre. El pensamiento políticamente correcto deshumaniza a Hitler para convertirlo en un paradigma. Y eso es extremadamente peligroso. Porque nos priva de una de las máximas virtudes que tiene la Historia: aprender de nuestros errores para no repetirlos. Precisamente Hitler fue un hombre minúsculo, mediocre, fracasado, resentido y de escasa cultura e inteligencia. Sin embargo, consiguió acceder al poder por vía democrática y desencadenar la mayor tragedia de la Historia de la Humanidad. Esa es la lección que nos da la Historia. Eso es lo que hay que tener siempre muy claro. Son los mecanismos que permitieron que eso ocurriera los que hay que comprender. Es el funcionamiento de la mente de las personas en circunstancias determinadas lo que es esencial comprender. Y eso es lo que "La Caída" muestra. Hombres minúsculos, enjaulados en un bunker, atrapados como perros rabiosos que tratan de negar la realidad que tiene lugar metros arriba, en las calles de Berlín. Y muestra las reacciones de esa galería de lunáticos ante el hecho insobornable de su derrota. La película jamás puede generar simpatía alguna por esos personajes patéticos y enfermos, jamás. Incluso, el contraste entre algún gesto gentil -como el que describí líneas más arriba- y las cosas que estos personajes dicen y hacen no hace más que acentuar el grado de psicósis que exhiben. Y también el paralelo entre lo que pasa en el bunker y lo que tiene lugar en las calles de Berlín subraya el patetismo de Hitler y su séquito. En "La Caída" no asistimos al épico derrumbe de un héroe trágico, Hitler no aparece como una suerte de Ángel Caído. Lo que vemos es el lastimoso final de una rata enjaulada, en sus patéticos esfuerzos por prolongar un poco más su minúscula existencia.

PD: Las actuaciones, particularmente la de Bruno Ganz, son brillantes.



91- Last days (2005)
La dirige: Gus Van Sant
Actúan: Michael Pitt, Lukas Haas, Asia Argento, Scott Patrick Green, Nicole Vicius, Ricky Jay, Ryan Orion

Gus Van Sant reconstruye los últimos días de una estrella de rock que no quiere serlo, a la que él llama Blake, aunque todos sabemos que es Cobain. Por supuesto, siendo quien es Van Sant, la película está lejos de cualquier complacencia hacia los cánones hollywoodenses. Y está bien: Kurt no lo hubiera querido de otra manera. Van Sant deja la cámara libre para que recorra la casa de Cobain, encontrándose a su paso con los parásitos que vivían a costas de Kurt, y a quienes él les importaba poco y nada, excepto para conseguir la guita necesaria para drogarse convenientemente. Y por supuesto está Cobain, o lo que queda de él. Un fantasma murmurante que se va desmoronando progresivamente hacia la alienación absoluta y el final por todos conocido. El filme late a ritmo de angustia en tensión creciente. La angustia de Cobain por no poder escapar de sí mismo, y la angustia del espectador, que Van Sant alimenta inteligentemente, sin necesidad de golpes bajos, a puro trabajo de cámara, a sabio uso de los silencios y de los planos largos. Una joya.



92- Match Point (2005)
La dirige: Woody Allen

Actúan: ¡Scarlett, oh Scarlett! No sé, y otra gente más... Pero.. ¡¡¡Scarlett!!!

Primera aclaración: En muchos lugares se presenta esta película como una comedia. Y es cualquier cosa menos una comedia, es más bien una cruza entre un drama dostoievskiano y un thriller que se acerca temáticamente al film noir. No te vas a reír ni una sola vez, te lo aseguro.

Segunda aclaración: En muchos lugares se dice que es la mejor película de Woody Allen en 15 años. Se trata de una definición exacta.

Tercera aclaración: Sí es la película menos woodyallenesca en muchísimos años, al punto que podría pasar por la película de otro director. Y es que no solo no hay jazz de fondo, ni es en Nueva York, ni hay un alter ego de Woody, y todos los actores (salvo Scarlett Johansson) son británicos; el tema fundamental es que Woody encara un tema que no había tocado antes (el de la incidencia de la suerte en nuestras vidas), utilizando un género que no había utilizado antes (el thriller) y lo hace en una de sus películas más oscuras y pesimistas.

Cuarta aclaración: A pesar de lo expuesto, es claramente una película de Woody Allen. Porque está llena de guiños y referencias culturales características de Allen y, fundamentalmente, porque más allá del marco en el que se desarrolla la película, la clave está en desmenuzar las conductas humanas y sus consecuencias. Y esta vez analizadas a través del prisma del azar.

Woody parte de una metáfora que le entrega el tenis (cuando la pelota pega en la red, queda suspendida un momento en el aire y, según de que lado caiga, ganás o perdés) para contar la historia de un trepador dispuesto a todo. Sus actos y la manera que estos afectan a quienes lo rodean, le sirven a Allen para hurgar profundamente en el tema de la culpa, de la ética (o la falta de ella), de los límites que hay cuando se separan amor y sexo, de la mentira, de la omnipotencia. Hay mucho del Raskolnikov de Dostoievski en el personaje de Johnattan Ryhs Meyers (de hecho, hay una justificación filosófica de su accionar, dicha en una cocina, a la noche, que es un extracto literal de "Crimen y Castigo"). Sin embargo, mientras los personajes de Dostoievski se redimen a través del arrepentimiento y son salvados por el amor, los de Woody parecen imposibilitados de escapar a su sino trágico.

Las actuaciones son excelentes. La cara glacial de Rhys Meyers le da a su personaje un halo verdaderamente siniestro y cínico. Aún cuando su actitud pueda ser la de un pollito mojado, late dentro suyo una ambición desmesurada que apenas puede contenerse y que alimenta la tensión creciente. Y eso se percibe sin que diga una sola palabra: es actuación pura... y de la buena. Por su parte, Scarlett Johansson me sorprendió como mucho más que una cara y un cuerpo (muuuuy) bonitos. Pasa de ser una bomba sexy a mostrarse totalmente vulnerable cuando se derrumba esa fachada y desnuda sus inseguridades. Y lo hace con una naturalidad que la vuelve totalmente creíble. De hecho eso es lo que más me gusto de la película: todas las actuaciones son absolutamente creíbles, te compenetrás con esos personajes, sentís que -más allá de las clases sociales- conocés ejemplares de cada uno de esos caracteres, más allá de la unidimensionalidad de algunos papeles secundarios.



93- Munich (2005)

La dirige: Steven Spielberg
Actúan: Eric Bana, Goeffrey Rush, Daniel Craig

El otro día charlaba con una amiga sobre el cine de Spielberg. Ella me decía que no le gusta porque sus películas son siempre fábulas o, si son "serias", son demasiado metafóricas. Yo le decía que sus películas me gustan precisamente por eso, por contar fábulas. Y, si bien es cierto que suele apelar a las metáforas en sus filmes "serios", "Munich" definitivamente no es el caso. Se trata de la película más cruda y directa que ha hecho en su carrera.Después de los asesinatos de 11 atletas israelíes en las Olimpíadas de Munich a cargo del comando palestino "Septiembre Negro", el gobierno israelí de Golda Meir, decide tomar venganza asesinando a 11 importantes figuras políticas palestinas. La misión es encomendada a un grupo de cinco agentes del Mossad, comandados por Avner (un notable Eric Bana). La película nos mostrará el viaje de Avner y los suyos a lo largo y ancho de Europa, llevando a cabo su misión. Pero tambien nos introducirá en la mente y el alma de Avner, quien se ve inmerso también en un viaje hacia el deterioro moral y psicológico generado por sus acciones.

Spielberg busca dejar muy en claro la idea de que la venganza solo trae aparejada más muerte y más violencia, y que aquellos a los que se mata tienen también una vida, una familia, un hogar, ideas y sueños. De hecho, esas familias, esos hogares, esas ideas y esos sueños son los que los llevan a matar en primer término. Como en "La lista de Schindler", Spielberg utilizó el blanco y el negro para trazar una metáfora del Bien y del Mal, en "Munich" todo es gris. No hay buenos ni malos aquí, todos los protagonistas parecen estar justificados por aquello que dicen defender. Y, claro, nadie lo está realmente.La película padece de algunos defectos, pero son menores. Y, de hecho, aquello que muchos señalan como negativo en Spielberg, para mí es virtud: la capacidad de hacer llegar una idea a un público absolutamente masivo. Quien no entiende esto, no entiende al promedio norteamericano al que las películas de Spielberg están dirigidas. "Munich" es un alegato contra la venganza -además de contener numerosos palitos a la política yanqui en Medio Oriente-, algo a lo que los norteamericanos se hicieron tan propensos después del 11S. Y lo que les está pasando en Irak no hace si no demostrarles lo que Spielberg les recuerda en "Munich".


94- Buenas noches y buena suerte (2005)
La dirige: George Clooney

Actúan: David Strathairn, George Clooney, Robert Downey Jr, Patricia Clarkson, Ray Wise

Estamos en 1953 y el senador republicano Joseph McCarthy se encuentra en pleno apogeo, dedicado a "desenmascarar" comunistas infiltrados en posiciones de poder dentro de la sociedad y el gobierno estadounidense. Las listas negras alcanzan todos los estamentos de la sociedad estadounidense, las libertades civiles se ven seriamente amenzadas, mientras que la prensa se encuentra amordazada: nadie se atreve a decir una palabra que pueda llevarlo a ser expuesto como "rojo". Cualquier semejanza entre eso y la Patriot Act de George W. no es pura coincidencia. Se trata de la demostración de como el partido republicano suele manejar los asuntos internos de Estados Unidos, muy lejos de la libertad y la democracia que quieren venderle/imponerle al mundo. Pero también es cierto que, a pesar de todas las críticas que pueden hacérsele, la democracia norteamericana tiene algunos aspectos bastante sanos. Watergate fue un ejemplo. Y aquello que narra esta película es otro. Porque el periodista de CBS, Edward Murrow (maravillosamente interpretado por David Strathairn) se va a valer de un medio que estaba en pañales -la televisión- para desenmascarar y hundir a McCarthy. En el camino no solo saneará la democracia y demostrará el poder que pueden llegar a tener los medios de comunicación. También dejará en claro que, periodísticamente, estaba a años luz de sus colegas.

La segunda película de George Clooney como director vale realmente cada una de sus muchas nominaciones al Oscar, particularmente por la actuación de Strathairn, sobre la que gira y en la que se apoya todo el filme. Por otra parte, más allá de cierta retórica que ya forma parte del lenguaje hollywoodense, "Buenas noches, y buena suerte" es valiosa por lo que dice y por cómo lo dice, en un tiempo en el que Hollywood parece estar reexaminando finalmente su papel más allá del entretenimiento. Como nunca, casi todas las películas que compiten por el Oscar, cuestionan la política y los valores de Estados Unidos tanto en el plano interno, como en el externo. Y eso, para un cine acostumbrado a producir pochoclo, es un rasgo definitivo de madurez.


95- El noveno día (2005)
La dirige: Volker Schlöndorff

Actúan: Ulrich Matthes, August Diehl, Hilmar Thate, Germain Wagner, Jean-Paul Raths


“El noveno día” es una de las mejores películas que se estrenaron en 2005 y una de los tantos muy buenos filmes alemanes que aparecieron –aunque algunos demasiado fugazmente- por nuestras carteleras. Basada en una historia real, repasa una vez más el tema del nazismo. Esta vez desde la óptica de uno de los tantos sacerdotes católicos que fueron confinados en los campos de la muerte –Dachau, en este caso- por oponerse al régimen nazi. Tras ser testigo en carne propia de los horrores de los campos, para su sorpresa, es liberado. Claro, cuando regresa a casa descubre que los nazis pretenden que pague su libertad traicionando su fe. Tiene nueve días para cumplir con su misión y, si no lo hace, deberá volver a la pesadilla que es Dachau. Aunque, si hace lo que los nazis le piden, conservará su libertad y conseguirá la de los sacerdotes que están allá. ¿Qué es más importante: salvar la propia vida y la de otros, o no traicionar la fe y las convicciones? El debate ético, filosófico y teológico –los diálogos con el oficial nazi que le encarga la misión son de antología- que sostiene la película es memorable y deja en claro que hay determinados tiempos y situaciones que no puede ser analizados desde el maniqueísmo simplista de Hollywood. El cine alemán –y esta película- no lo hacen. Y se agradece.



96- Sin City (2005)
La dirige: Robert Ramirez

Actúan: Mickey Rourke, Bruce Wills, Jessica Alba, Clive Owen, Benicio del Toro, Rosario Dawson


Hay de todo en esta viña del Señor. Por ejemplo, un par de espectadores salían del cine criticando el concepto y los diálogos de “Sin City” ya que, según ellos, eran una burda copia de los que rigen el universo tarantiniano. Claro, son los problemas que genera desconocer la obra en la que se basa una adaptación cinematográfica e incluso, en este caso particular, los gustos personales de Tarantino, quien pagó –literalmente- para participar de la dirección de “Sin City”. Porque, justamente, Tarantino es un enorme admirador de la obra de Frank Miller y se inspiró –entre otras cosas- en la novela gráfica “Sin City” para crear “Perros de la calle” y, sobre todo, “Pulp Fiction”. Otro de esos admiradores es el director Robert Rodríguez quien acosó inagotablemente a Frank Miller para convencerlo de que podía traducir su estupenda novela negra del lenguaje del cómic al del cine. Y, tras mostrarle algunas escenas filmadas, no solo consiguió su aprobación, también logró seducir a Miller para que codirigiera. El resultado es esta fantástica traslación de la viciosa “Sin City”, y del genio lunático de su creador, a un medio que le permitirá al público masivo acceder a los oscuros callejones de esa ciudad en la que todo puede pasar. Recreando meticulosamente, casi cuadro por cuadro, esas historias de seres marginales en busca de venganza o redención que Miller trazó en blancos y negros intensos, Rodríguez logra un epítome del policial negro que fascinará al espectador tanto por su estética como por su contenido: un cachetazo a la moral neoconservadora estadounidense, hecho de irreverentes dosis de violencia, sexo y personajes que de tanto transitar por los bordes se nos vuelven necesarios. Y si en la piel de esos personajes encarnamos a gente que parece creada para interpretarlos como Mickey Rourke (se roba la película), Bruce Willis, Benicio del Toro, Clive Owen, Rosario Dawson, Jessica Alba, Brittany Murphy, Elijah Wood y Michael Madsen, tenemos cartón lleno. Pero, ¿es indispensable conocer la obra de Frank Miller para disfrutar de “Sin City”? La respuesta es no. De hecho, esa es su mejor carta de presentación. Porque, cinematográficamente, la película posee un valor único ya que ofrece una estética y una narrativa totalmente innovadoras, originales, cautivantes. Y logra reunir dos aspectos que no suelen ir de la mano: es tremendamente experimental en sus recursos pero, al mismo tiempo, es absolutamente accesible en el resultado final. En consecuencia, quien vea “Sin City” sin haber leído las historietas, se encontrará con un universo fascinante, al que vale dejarse arrastrar sin ofrecer reparos de ningún tipo. Y, seguramente, una vez que haya visto la película, querrá conocer los originales. Entonces quedará doblemente asombrado y comprobará por qué “Sin City” es una ciudad a la que es muy fácil entrar, pero de la que es casi imposible salir…



97- Children of men (2006)
La dirige: Alfonso Cuarón
Actúan: Clive Owen, Michael Caine, Julianne Moore

En la línea de otras grandes obras apocalípticas de neto corte inglés, “Children of Men” pone nuevamente al hombre contra las cuerdas, cara a cara con las consecuencias de su destructiva e inconmensurable ambición. En esta oportunidad, el ser humano se encuentra ante la certeza concreta de que ha dado demasiados pasos hacia el precipicio y es demasiado tarde para volver atrás, porque la cuerda ya se cortó. La Humanidad sabe que va a extinguirse y la esperanza ha desaparecido. Todos tratan de lidiar con la conciencia de ese inminente final de manera distinta: están quienes se llenan de rabia y luchan por una salida, están quiénes se resignan y se refugian en una botella de whisky, están quienes deciden aprovechar cada segundo que les queda, están quienes prefieren la tibia agonía del aislamiento y la negación, y están quienes esperan el fin mientras se fuman un porro. En ese marco, el más improbable de los héroes se ve empujado a convertirse en el máximo candidato a salvador de la Humanidad. En el transcurso de su viaje, pasará de parte prescindible –por voluntad propia y ajena-, a principal devoto de la causa. Y esta transformación irá de la mano de la posibilidad, no solo de rescatar al mundo de su destino inexorable, sino de lograr una redención personal. Seamos sinceros: un vistazo superficial al argumento parece indicar que todo está dispuesto para ver a un Bruce Willis en cuero, salvando a la humanidad ametralladora en mano. No es el caso, afortunadamente. De hecho, el héroe de la película jamás empuña un arma. Que el filme no caiga en esa trampa facilista, se debe a numerosos factores, todos los cuáles hacen de “Children of Men” una excelente película. Hay que empezar por destacar las estupendas actuaciones, en las que Michael Caine se lleva todas, pero todas las palmas, mientras Clive Owen –finalmente- no se queda en zaga y brilla como nunca, componiendo un personaje que vira de la resignación más absoluta a la tenacidad que dispara el descubrir una última esperanza a la cual aferrarse. La dirección de Cuarón es fantástica, sutil y hasta poética. Nos sumerge de lleno en ese mundo del futuro estupendamente compuesto, al que carga con metáforas de enorme profundidad. Cuarón logra dotar a ese mundo oscuro, violento y desesperanzado de una extraña belleza, bordada con fugaces momentos de luz. La edición y el trabajo de cámara son para aplaudir de pie, situando al espectador en el vórtice mismo del huracán en el que se transforma la película. “Children of men” pertenece a ese género de películas que ya no abundan: las buenas.



98- Zodíaco (2007)
La dirige: David Fincher
Actúan: Jake Gyllenhaal, Mark Ruffalo, Anthony Edwards, Robert Downey Jr

Que David Fincher la tiene clara es una certeza absoluta, solo hace hace falta ver Seven para comprobarlo... o ver Zodiac. Fincher cuenta la historia de uno de los asesinos seriales más aterradores -siempre son más aterradores cuando el caso no puede ser resuelto- de los Estados Unidos y lo hace con una asombrosa capacidad para manipular emocionalmente al espectador hasta tenerlo en un puño, y hacerlo sentir exactamente lo que sienten sus personajes: terror, obsesión, ansiedad, entusiasmo, frustración... Personajes bien reales, por otra parte, y no los estereotipos unidimensionales en los que tan fácilmente se puede caer en este tipo de películas. Porque pudiendo ser el clásico filme de asesinos seriales, el combo blockbuster de thriller + investigación policial, acá hay un filme que roza el clásico. Y lo hace porque fincher pone la historia antes que el entetenimiento, por eso no tiene empacho en dedicar media hora de película a seguir una pista que parece ser la justa, para después dejarnos con las manos vacías, experimentando exactamente la misma frustración que la policía de San Francisco, y por exactamente los mismos motivos. A pesar de su extensión -tanto de la película, como de los hechos- Fincher logra mantener la tensión durante las dos horas y media que dura, gracias a que logra compactar con enorme inteligencia todos los cabos sueltos de una investigación que se extendió por años, sin que jamás pudiera ser resuelta. En fin, y sintetizando: excelente película. No entiendo por qué acá pasó casi desapercibida.



99- 300 (2007)
La dirige: Zack Snyder

Actúan: Una banda de cuasi desconocidos

Es el año 480 a.C. y el rey Jerjes invade Grecia al frente del ejército más grande que se haya visto. Leónidas, rey de Esparta, intentará detenerlo al frente de 300 de sus mejores hombres, más algunos aliados griegos. El lugar elegido por Leónidas para la batalla es el desfiladero de las Termópilas, una franja de tierra tan estrecha que convertirá la inferioridad numérica de los espartanos en una ventaja. Confiado en la vastedad de su ejército, Jerjes no imagina que está por enfrentar a los guerreros más formidables de la tierra.

Vagamente, de eso se trató la batalla de las Termópilas y también la película.

Los problemas empiezan cuando la gente -empezando por los críticos del diario La Nación- va al cine esperando ver una reproducción histórica de la batalla. Los problemas continúan cuando la gente -empezando por los críticos del diario La Nación- van al cine con la idea de ver una película épica, al estilo Gladiador.

Los problemas no hacen sino aumentar cuando la gente -en este caso no incluyo al crítico del diario La Nación- abusa de su corrección política para convertirse en los tradicionales e insoportables exponentes que siempre le quieren encontrar la quinta -y si pueden, sexta- pata al gato. Entonces empiezan con que la película es racista, homofóbica, y propaganda yanqui. Pero claro, el cine es un arte que -como todas las artes- debería estar en las antípodas del reduccionsimo que caracteriza a los talibanes vestidos de críticos (para los que solo existe un determinado tipo de cine válido) y a los cultores de la corrección política. Alguna vez debería comprenderse que -como en distintas ramas del arte- hay un cine que no busca profundizar nada, ni dar mensaje alguno, ni ser poético, ni nada. Solo busca entretener. Solo busca que uno pueda ir y, durante un par de horas, a olvidarse de lo que pasa afuera, y meterse en un mundo de fantasía. Si lo logra, esa película vale la pena.

Bien, "300" lo logra, y cómo. Partiendo de una obra maestra de Frank Miller, el lenguaje del cómic -del cómic, ¿entendisteis, críticos de La Nación?- es impecablemente trasladado al cine para dar vida a la historia de Leónidas y sus trescientos espartanos. La traslación que hace Snyder es espectacular, y para cualquiera que haya leído el cómic -o que maneje ese lenguaje- la película es una delicia.

Eso sí, enumeremos: chicas (suena machista, lo sé, pero créanme: realmente no les va a gustar), detractores crónicos del cine hollywoodense, minuciosos analistas de la precisión histórica, fervorosos detractores del maniqueísmo, sensibles defensores de la paz. A todos ellos, mi consejo: no la vean. No es para ustedes. Punto.

Después, están los que sí deben verla. Para ellos, 300 es una verdadera fiesta de los sentidos, un asalto visual que no da tregua y que nos sumerge en un hecho real transformado en mito, merced a las libertades narrativas de Miller, plasmadas de asombrosa manera por Snyder. Esto no es un racconto de un hecho que de por sí parece imposible –que 7000 tipos le pateen el trasero a 400.000-; esto es una reinterpretación bellamente exagerada, al punto de llevarla a una dimensión onírica, de la batalla de las Termópilas. No pidamos profundidad en el guión, ni actuaciones memorables. La película no tiene esas pretensiones. Pidamos disfrutar de una aventura de esas con las que los vejetes nos regodeábamos en “Sábados de Súper Acción”, fusionada con las que nos desvelaban desde las páginas de El Tony o Nippur, y articulada en la pantalla con la magnificencia visual de Matrix o el Señor de los Anillos. Pidamos eso, porque eso es lo que hay.

100- Cartas desde Iwo Jima (2007)
La dirige: Clint Eastwood
Actúan: Ken Watanabe, Kazunari Ninomiya, Tsuyoshi Ihara, Ryo Kase, Shido Nakamura

La guerra es un estado de muerte perpetua al que hombres comunes son arrojados sin demasiadas explicaciones. Personas que deberán luchar o morir, les guste o no, sin salida y sin la posibilidad de discutir alternativa alguna. El valor de la vida, entonces, pasa a ser una cuestión de perspectivas. La del político que envía miles de hombres a morir y para quien esos hombres son solo estadística; la del propagandista, para quien esos hombres son material de trabajo, aquel con el que construirá grandes consignas retóricas de nación y heroísmo; la del general de cuya habilidad táctica dependen la vida de esos hombres y para quien, en muchos casos, son solo piezas de un engranaje militar; la del oficial, que se encuentra en el debate interno de cumplir con su deber, salvaguardando la vida de esos hombres de los que es responsable; y la del soldado raso, ese tipo común y corriente, carne de cañón eterna de las guerras, que nunca quiso estar ahí, pero no tiene más remedio y solo piensa en volver vivo a su casa. Estas perspectivas y estos hombres, son los que protagonizan la obra maestra de Clint Eastwood. “La conquista del honor” fue una muy buena película, pero cuya grandeza queda tremendamente reducida al lado de “Cartas desde Iwo Jima”. Donde aquella se veía perjudicada por un guión tortuoso, que afectaba la narración, “Cartas” fluye con la delicadeza y armonía propias de las obras maestras. Donde los personajes de “La conquista del honor” nos parecían distantes, en “Cartas” es imposible dejar de empatizar con este grupo de tipos que se saben condenados de antemano, a quienes llegamos a conocer en profundidad a través de sus actos y sus cartas. Donde en la visión norteamericana se estaba constantemente en riesgo de perder el foco, de tan abarcativo; en la versión japonesa el concepto es tan concreto como conciso, y se desprende de la narración con naturalidad. Está claro, por otra parte, el inconmensurable acierto que constituye realizar una película desde la visión japonesa. Es innegable que tantos años de ver morir soldados norteamericanos en centenares de películas hollywoodenses termina anestesiando los sentimientos. Ya sabemos cómo piensan, como sienten, cómo ven el mundo, cómo entienden (o no) la realidad que los rodea, como enfrentan la muerte, como mueren… Sin embargo, “Cartas” nos pone en los zapatos de aquellos que en la primera película eran apenas sombras entrevistas en el fragor del combate. Y entonces nos exhibe en toda su frágil humanidad a aquellos que históricamente el cine norteamericano se encargó de mostrarnos como un enemigo despiadado, cruel e inhumano. Los espectadores, el cine y la Historia, agradecidos.


La número 101 estaba reservada a alguna que me pudiera olvidar. Y el bonus track es justamente un olvido imperdonable, ya que es una de las películas con las que más me reí en mi vida.


101-Top Secret (1984)
La dirige: Jim Abrahams
Actúa: Val Kilmer

Este delirio pertenece a los mismos autores de "La pistola desnuda"y de "¿Y dónde está el piloto?", pero a mí me pareció mucho mejor que cualquiera de ellas. En una hilarante combinación de parodia a las películas de agentes secretos y a los filmes de Elvis, tenemos una amatralladora de chistes de toda forma y color, al punto que uno puede ver la película por novena vez y va a encontrar chistes que se le habían pasado. El argumento aquí es totalmente secundario, lo imporatante, la clave, es la capacidad de este filme para hacerme reír hasta las lágrimas, sin importar cuántas veces lo vea.

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Tuesday, November 13, 2007

Cine para una isla desierta Vol 3

51- Cinema Paradiso (1988)
La dirige: Giuseppe Tornatore
Actúan: Philippe Noiret, Salvatore Cacio, Marco Leonardi, Jacques Perrin

Las grandes películas, las películas de verdad son esas que te tocan cada fibra del alma, que te llevan a soñar, que te hacen reír y llorar, que son un espejo del ser humano, esas que dan razón de ser a aquello de "la magia del cine". "Cinema Paradiso" es una de ellas, una de las integrantes del universo escaso de las verdaderas películas de cine. "Cinema Paradiso" nos cuenta la vida de un famoso cineasta que regresa a su pueblito natal, aquel al que había jurado que nunca volvería cuando, muchos años atrás, había partido hacia Roma para cumplir su sueño. Pero este director, llamado Salvatore y alter ego del auténtico director Giusseppe Tornatore, rompe su promesa por un motivo mucho más fuerte: la muerte de Alfredo. Alfredo es el inmemorial encargado de proyectar películas en el cine del pueblo y es también el más entrañable amigo de Salvatore, es aquel que lo introdujo en ese increíble mundo de fotogramas y celuloide, es el que lo hizo "ver" la magia única de ese universo. A través del cine, Salvatore descubrió la vida y se la entregó al cine hasta insensibilizarse. Pero, cuando sus pies lo llevan ante la marquesina gastada del viejo cinematógrafo local, los fantasmas de la memoria lo llevarán a repasar aquellos días inolvidables, treinta años atrás, cuando comenzó a ser lo que es hoy por obra y gracia de esa pantalla escarlata. "Cinema Paradiso" es una obra de arte, pura poesía, pura vida, puro cine...

52-Buenos muchachos (1990)
La dirige: Martin Scorsese
Actúan: Ray Liotta, Robert De Niro, Joe Pesci, Paul Sorvino

Parecía que la década del '90 y las películas de gangsters no iban a ir de la mano, pero Scorsese sacó de la galera "Goodfellas" como para desmentir cualquier presunción. Y para eso, el tipo tomó una historia real y la convirtió en una de los filmes más logrados de la década. "Buenos muchachos" cuenta la historia de Henry Hill, un pibe pobre de Brooklyn, que crece admirando a los "wiseguys" (no se me ocurre una traducción al castellano ajustada). Así que, como muchos crecen soñando con ser estrellas de rock, del cine o del deporte, el bueno de Henry aspira a ser una estrella de la mafia. Entonces empieza hacerse desde abajo, subiendo escalón por escalón dentro del crimen. Pinta para convertirse en un verdadero miembro de la "familia", pero encuentra un obstáculo insalvable: sus orígenes italo-irlandeses son una traba inesperada en sus aspiraciones de capo mafia. Es entonces cuando empiezan los problemas...

La película dura dos horas y media y cubre un espectro de treinta años, pero nadie se va a quedar dormido en el proceso. El ritmo es vértigo puro y los personajes son de lo mejor que ha dado el cine gangsteril en toda sus prolífica historia. Y lo más interesante es el deterioro ético de sus personajes. Es que, aunque el imaginario colectivo puede atribuir cualquier cosa menos ética a un delincuente, la realidad es que la mafia posee sus propias -y particulares -normas morales, que son las que encarna Paulie Cicero, y las que siguen a rajatabla sus muchachos. Pero cuando Cicero queda fuera de circulación, estas reglas empiezan a ser violadas una a una, y cuando los códigos desaparecen, todo el mundo empieza a mirar con desconfianza al de al lado...



53- Despertares (1990)
La dirige: Penny Marshall
Actúan: Robert De Niro, Robin Williams
"Despertares" narra un hecho real, ocurrido en el verano boreal de 1969. Aparentemente -algo de lo que me enteré desués de ver la película e investigar un poco- durante la década del '30, hubo una epidemia de la "Enfermedad del sueño" o "De la mosca Tse tse", originada en África, cuyo nombre científico es Trypanosomiasis y que afecta el sistema nervioso, entorpeciendo progresivamente las funciones psicomotrices hasta terminar sumergiendo al enfermo en un estado catatónico, como si durmiera. En 1969, el doctor Malcolm Sayer (alter ego del doctor real Oliver Sacks) entra a trabajar en un hospital del Bronx, donde vegetan cuasi olvidados desde hace 40 años, varias víctimas de esta enfermedad. Claro, los pobres tipos son como "plantitas" y el hospital no puede hacerse demasiado cargo de ellos. Como Sayer es neurólogo se interesa en estos pacientes y trata de estimularlos, descubriendo que responden a determinados intentos. Ese descubrimiento lo lleva a una conclusión atroz: los tipos no están en coma sino sumergidos en un estado de vida latente, en el que ven lo que pasa alrededor pero no pueden comunicarse con el exterior. Por eso trata de encontrar alguna manera de "despertarlos" y decide probar en ellos una droga nueva, que podría dar resultado. Consigue el permiso y lo prueba en uno de ellos, el más joven, llamado Leonard Lowe. ¡Y Leonard despierta! Leonard se recupera a una velocidad pasmosa: su motricidad, su cerebro y sus sentimientos intactos, como si hubiera estado entre paréntesis durante 30 años. La droga es administrada a los otros pacientes quienes regresan también. Todos desesperan por disfrutar de esta nueva vida que se les ha regalado, por recuperar tantos años perdidos en el limbo. Y todo parece marchar sobre ruedas. Parece...
No les adelanto más porque sería arruinarles la película. Sí se las recomiendo por varios motivos: primero y principal, las actuaciones de Robert de Niro como Leonard Lowe y la de Robin Williams como el doctor Sayer valen la película, sobre todo la de De Niro que es sencillamente increíble. Segundo, está basada en un hecho real y, por lo que tengo entendido, respeta bastante esos hechos. Tercero, no cae en sentimentalismos baratos, ni en golpes bajos ni en finales hollywoodences pedorros. Por todo ello la recomiendo. Eso sí, la película trata de rescatar la fuerza del espíritu humano, pero a mí me partió al medio las dos veces que la ví. Les diría que preparen los pañuelos...


54- The Doors (1991)
La dirige: Oliver Stone
Actúan: Val Kilmer, Meg Ryan

¡Qué tema con esta película! The Doors es una de mis bandas favoritas, así que per se una película sobre ellos -y más si la dirigía Oliver Stone- iba a interesarme. Así que, cuando la estrenaron, salí corriendo a verla. No voy a negarlo: en aquel momento me partió la cabeza. Creo que bastaba el hecho de escuchar la música de los Doors a todo volúmen para que eso ocurriera. Pero no era lo único, la película tiene varios méritos además de la música. Uno de ellos es la recreación del espíritu de una época tan -desde mi punto de vista- fascinante, tan vital e incendiaria como fueron los 60's. Eso está logradísimo. Oliver Stone logra sumergirte en un mundo propio, el de la película, que te contagia un espíritu especial, no sé muy bien como explicarlo y no sé si eso me ocurrió a mí por ser fan de los Doors, o es más general. Otro punto a favor es lo visual, fundamentalmente la interacción de la música de los Doors con determinados pasajes de la película. El principio con la clásica anécdota de los indios muertos en la ruta, al compás de "Riders of the storm". "The End" cuando Morrison delira en el desierto. "My Wild Love" cuando toman peyote. "Moonlight drive" cuando él y Pamela se pierden en la noche. "Strange days" en el descontrol de New York (además de "Venus in Furs" de la Velvet en una fiesta de Warhol). Las escenas en el Whisky A Go Go con "The End" o en vivo con "Not to touch the earth" seguramente habrían sido aprobadas por el mismo Morrison. En ese sentido creo que le doy un 10, allí está lo mejor de la película: neopsicodelia pura. Un tercer punto es el entusiasmo de Oliver Stone, fan confeso de los Doors, que intenta homenajearlos y al mismo tiempo termina enganchando a mucha gente que desconocía a la banda. El cuarto destacado sería el uso de muchas frases y letras de las canciones de Morrison en la película, como parte de los diálogos. Quedan bárbaro. Y la quinta virtud son los saltos en el tiempo, y también entre realidad y espacio lisérgico, notablemente logrados por Stone.
¿Cuál es la crítica? Quizás Morrison está un tanto exagerado -más allá de la impecable actuación de Val Kilmer- desde el guión, termina pareciendo el Tanguito de "Tango Feroz" en versión yanqui. Es decir: se concentra demasiado en el decontrol de Morrison, en la estrella de rock y no tanto en el hombre Morrison, que era más que interesante: un tipo muy culto y con una mirada profunda sobre las cosas. Justamente, es como que Stone se quedó en la superficie en ese sentido, pintándolo como un drogón descontrolado obsesiondo con la muerte. Y también dejó demasiado atrás a los otros miembros de la banda, que parecen un compilado de idiotas al servicio de Jim. Y si bien es cierto que la magnética personalidad de Morrison acaparaba toda la atención, Robby Krieger, John Densmore y Ray Manzarek eran excelentes músicos y no eran ningunos boludos, sino más bien íconos de la contracultura norteamericana. En fin, una más que entretenida película de rock sobre una de las mejores bandas que dio el género. Quizás no estén ante una obra maestra del cine ni ante una ajustadísima biografía de The Doors, pero se van a divertir un rato.




55- Europa Europa (1991)

La dirige: Agnieszka Holland

Actúan: Marco Hofschneider, André Wilms, Julie Delpy

Las películas vinculadas al Holocausto lo han tratado de mil y una maneras pero, al menos que yo recuerde, nunca lo hicieron desde el lugar de "Europa Europa". El filme de Agnieszka Holland se inspiró en una historia real, paradigmática de otras tantas por el estilo. Esa historia es la de Solomon Perel, un adolescente alemán y judío que en 1938 es enviado a Polonia por sus padres cuando los nazis empiezan a perseguirlos en su tierra natal. Solomon lleva en sus oídos y en su corazón una súplica de su madre: "¡Sobrevive!". Y Solomon hará hasta lo increíble para cumplir con el ruego de su madre. Algo para lo que deberá ponerse en tarea casi enseguida, ya que al año siguiente los alemanes invadirán Polonia. Solomon se encuentra en un orfanato soviético, donde es adoctrinado en el equivalente ruso de las Juventudes Hitlerianas. Pero cuando los alemanes capturan el lugar, Solomon toma la primera de una serie de arriesgadísimas decisiones: se hace pasar por un prisionero alemán. Entonces comienza un periplo de supervivencia que llevará a Solomon a internarse en una telaraña cada vez más intrincada, con el riesgo constante de que descubran su verdadera identidad, algo para lo cual basta que alguien lo vea desnudo. Increíblemente, Solomon se verá sumergido en situaciones tremendamente paradójicas como formar parte de las Juventudes Hitlerianas o que la hija de un oficial nazi, toda aria ella, se enamore de Solomon, viendo en él un arquetipo del joven ario y por ello deseando perpetuar con él la "raza elegida". Parece delirante pero fue absolutamente real y en esa certeza -además de en los planteos éticos que genera- radica el enorme impacto de esta estupenda película.



56- El silencio de los inocentes (1991)

La dirige: Johnattan Demme
Actúan: Jodie Foster, Anthony Hopkins

Bueno, probablemente una película histórica dentro del cine de psicópatas al presentar en sociedad a uno que aspira a la corona: Hannibal Lecter. Ex psiquiatra brillante, especializado en loquitos de alto calibre, se ha unido al club al no poder dominar su afición a comer... gente. A entrevistarlo envían a la buena de Clarice Starling, agente del FBI con cara de chica buena. El objetivo es que Lecter la ayude a comprender el comportamiento de Buffalo Bill, un psicópata que tiene como pasatiempo favorito matar chicas y sacarles la piel, y con esa información atrapar al piradito. Claro, a cambio de su ayuda, Lecter pide un par de cositas: que lo pongan en una celda más cómoda... y que lo dejen charlar con Starling. Y ya que no puede hincarle el diente como le gustaría, Hannibal aprovecha para hacerse un festín con la psiquis de la pobre Clarice. "El silencio de los inocentes" es simplemente uno de los mejores thrillers sobre asesinos seriales que se hayan hecho. No solo cuenta con actuaciones memorables y una dirección pecable, fundamentalmente es la manera de abordar el tema de las psicopatías, y de la locura dentro de las que son sindicadas como vidas "normales", lo que le da un plus que la eleva a la estatura de película de quiebre en el género. Una de las películas más aterradoras de la década, en las que el horror no surge de escenas shockeantes, desmembramientos o sangre derramada, sino de las conversaciones entre un hombre y una mujer.


57- Vida de solteros (1992)
La dirige: Cameron Crowe
Actúan: Matt Dillon, Bridget Fonda, Campbell Scott, Kyra Sedgwick

Recuerdo cuando estrenaron esta película en Buenos Aires: allá por febrero de 1993. En el cine estábamos mi hermana, un amigo mío y yo, además de dos parejitas y de tres señoras gordas que habían leído en el diario que se trataba de una "Comedia" y se metieron a verla. Nadie más: diez personas. Recuerdo mi felicidad cuando la película empezó a pasearme por la ciudad que en ese entonces soñaba conocer: Seattle. Recuerdo los guiños cómplices como Mother Love Bone pintado en la pared de un bar. Recuerdo mi éxtasis cuando aparecieron Alice In Chains y Soundgarden en vivo, tocando en barcitos de mala muerte. Recuerdo los protagónicos y cameos de los miembros de Pearl Jam, de Chris Cornell y de Tim Burton. Recuerdo la impresionante banda de sonido que además de ofrecer grandiosos e inéditos temas de lo más selecto del grunge con Pearl Jam, Alice In Chains, Mudhoney, Pearl Jam, Soundgarden, Chris Cornell, Mother Love Bone y Smashing Pumpkins, recordaba a otros ciudadanos ilustres de Seattle como Jimi Hendrix o Heart (haciendo una estupenda versión de "Battle of Evermore" de Led Zeppelin bajo el nombre "The lovemongers"), un gran tema ochentoso como "She sells sanctuary" de The Cult e incluso al gigantesco John Coltrane musicalizando una de las mejores escenas de la película. Recuerdo que en esa época yo era un niño amante del grunge, con su banda del género recorriendo los antros porteños y pasándola como pocas veces en la vida. Por todos los motivos enunciados, siempre tuve un cariño especial por esta película, más allá de sus méritos fílmicos. La tenía grabada en video, mela compré en dvd y la veo ocasionalmente, cuando ando medio melancólico y tengo ganas de sentirme bien. La película lo logra, seguramente más por los recuerdos que me trae que por otra cosa.
El filme en sí es una simpática comedia que trata con iguales dósis de inteligencia, humor naive y cierta lluviosa melancolía propia de Seattle, los vericuetos del amor para un grupo de seis amigos solteros (¿adivinen en qué película se inspiró mucho "Friends"?). Cliff Poncier (Matt Dillon) es un músico mediocre que quiere ser estrella de rock pero no le da y está de novio con Janet Livermore (Bridget Fonda) una chica cegada por el amor hacia Cliff, hasta que se da cuenta de determinadas cositas. Esta es, a mi juicio, la pareja más interesante y cómica de la película, aunque no sea la central. Que es la integrada por Steve Dunne (Campbell Scott) y Linda Powell (Kyra Sedgwick), dos que van y vienen en una relación tortuosa por culpa de los miedos e inseguridades de cada uno, es la pareja "seria" de la película. Y después están Debbie Hunt (Sheila Kelley), una delirante cazadora de hombres, y David Bailey un perdedor resignado e irónico que aporta las pastillas ácidas de la película. La estructura viñetada del filme lo hace realmente llevadero y entretenido. No llega jamás a ser brillante sino más bien simpático, con algunos momentos aquí y allá realmente hilarantes.
Resumiendo: (a) para el que le gusta el grunge es clave, (b) al que le gusten las películas de rock y hayan visto otras de Cameron Crowe (como "Almoust Famous") esta les va dar un buen momento y (c) si les divierte el humor de "Friends" seguramente se van a reír con "Singles". A los demás les recomiendo evitarla para no terminar como aquellas tres señoras gordas: aburridas y sin entender qué acababan de ver.


58- Una vez en la vida (1992)

La dirige: Louis Malle

Actúan: Jeremy Irons, Juliette Binoche

"Recuerda. La gente que fue lastimada es peligrosa. Saben que pueden sobrevivir".

Esta película puede ser altamente perturbadora, no sé si es apta para cualquiera. Hago esa advertencia desde el vamos porque toca temas bastante escabrosos. Y quizás no lo hace con la brutalidad visual de "Irreversible" pero no es necesario, el tema es lo suficientemente desgarrador psicológica y emocionalmente como para conseguir dejarte bastante baqueteado. Stephen Flemming (Jeremy Irons) es un diplomático inglés serio, reservado y en pleno control de una vida que parece ser ideal: tiene una mujer encantadora y dos hijos de los que está orgulloso. Justamente, uno de ellos, llamado Martin les presenta a su nueva novia, la bella Anna (Juliette Binoche). Todo el universo, todo aquello en lo que Stephen Flemming creía, el control que él imaginaba tener sobre su vida se derrumba como un casillo de naipes cuando se da cuenta de que no puede resistir la necesidad de meterse entre las sábanas con la enigmática Anna. Y lo peor es que ella está dispuesta a hacer realidad ese deseo. Así que el pobre Martin empieza a sentir un par de protuberancias en su cabeza, colocadas justamente por su padre y su novia. Esto ya es suficientemente jodido, como para quemarle la cabeza a Flemming (ya los espectadores), que no sabe de qué manera justificarse ante sí mismo por la tremenda guarrada que está haciendo. Pero la cosa va a empeorar... Primero cuando su hijo no tenga mejor idea que proponerle matrimonio a Anna... y Anna acepte. Y después, cuando se entere por qué Anna es dueña de una tristeza insondable, por qué Anna le dice la frase con la que encabecé este comentario: el hermano de Anna sintió por ella ese mismo deseo incontrolable que ahora ha hechizado a Flemming, y se mató ante el horror que ese deseo generó en él. ¿Bastante terrible? Bueno, a esa altura el corazón recién se está empezando a retorcer.


59- Bram Stoker’s Dracula (1992)

La dirige: Francis Ford Coppola

Actúan: Gary Oldman, Wynona Ryder, Anthony Hopkins, Tom Waits, Keanu Reeves

a) Soy fanático de todo lo que tenga que ver con vampiros.

b) He visto miles de películas de vampiros.

c) He leído el Drácula de Bram Stoker, por supuesto.

d) Amo a Francis Ford Coppola.

e) Amo a Gary Oldman.

f) Amo a Wynona Ryder.

g) Me compré el video y el dvd de la película.

h) Me tatué en el brazo el "logo" del filme.

Consecuencia: olvidense de una opinión objetiva.

Calculo que la mayoría de los que esten leyendo esto saben de qué se trata Drácula y conocen la historia, así que no voy a perder el tiempo contándoles eso. Sí les voy a decir por qué me parece tan buena esta versión.

a) La interpretación de Gary Oldman es soberbia, es para mí (¡y muchos vampirófilos me van a acusar de sacrílego!) la mejor interpretación desde Max Shreck (Nosferatu), incluso por encima de Bela Lugosi (¡Perdón Bela!) y Christopher Lee.

b) La dirección es notable, parece realmente que estuvieras leyendo el libro.

c) La recreación de climas y situaciones es lo más cercano a lo que yo me imaginé al leer el libro, por lejos.

d) El Van Helsing de Anthony Hopkins es de los más logrados de la historia del cine vampírico.

e) El film se ajusta enormemente al libro, pero a la vez no pierde carácter y al mismo tiempo tiene una vuelta de tuerca romántica -que Bram Stoker no le imprime a su obra- que la hace aún mejor.

f) La escena del principio, cuando Vlad Tepes vende su alma es de antología.

g) Las escenas en el castillo son el mejor homenaje a Murneau.

h) Inmejorable la elección de Tom Waits para hacer del alucinado Renfield.


i) Wynona es realmente una invitación a cruzar océanos de tiempo para encontrarla, particularmente con el vestidito rojo de la foto.

El único punto flojo es Keanu Reeves que, no le imprime demasiado carácter a su Johnattan Harker. Pero al lado de todo lo demás...



60- Lo que queda del día (1993)
La dirige: James Ivory

Actúan: Emma Thompson, Anthony Hopkins

Tan solo un año después de la soberbia "Howard's End", Ivory insistió con los mismo actores en una película de época. Un riesgo, por cierto. Pero el resultado es igualmente impecable. Esta vez, Ivory nos sitúa en la Inglaterra de la década del '30, apenas un año antes del estallido de la Segunda Guerra Mundial. Emma Thompson es Miss Kenton, un ama de llaves que acaba de conseguir trabajo en la mansión de un lord inglés. Miss Kenton queda bajo el mando del mayordomo, Mr Stevens (Anthony Hopkins), una persona cuya vida está devotamente dedicada a su amo. Stevens construye una coraza que expele cualquier cosa, persona o sentimiento que pueda distraerlo de sus obligaciones. Miss Kenton hará lo imposible para traspasar esa coraza, aunque la muerte del padre de Stevens le revelará que el mayordomo se ha convertido en un ser totalmente deshumanizado. Sin embargo, la caída en desgracia del amo se convertirá en la vuelta de tuerca que espabile al rígido Stevens y lo lleve a preguntarse si todavía está a tiempo a recoger los restos del día...



61- En el nombre del padre (1993)

La dirige: Jim Sheridan

Actúan: Emma Thompson, Daniel Day Lewis, Pete Postletwaithe

Recuerdo que este filme me sirvió para terminar de comprobar lo truchos que son los Oscars. ¿Por qué? En aquella ocasión, "En el nombre del padre" compitió con "Philadelphia" por la estatuilla a mejor película y Daniel Day Lewis con Tom Hanks por mejor actor. Y ganaron "Philadelphia" y Hanks, cuando la película no tenía nada que hacer ante "En el nombre del padre"; y, mientras la actuación de Daniel Day Lewis fue totalmente consagratoria, insuperable, fantástica y todo adjetivo que se les ocurra, la de Hanks fue correcta. Pero claro, Tom Hanks TENÍA que ganar el Oscar, "Philadelphia" tocaba un tema políticamente correcto y Hanks era el niño mimado de Hollywood, al que había que premiar de una vez por todas. En fin...

La cuestión es que "En el nombre del padre" es un filme de excepción, con una actuación superlativa de Daniel Day Lewis -alguien que me tiene acostumbrado a actuaciones de alto calibre- en su rol como Gerry Conlon, un joven irlandés bastante vago que tiene la mala leche de andar de parranda con sus amigotes en el momento y el lugar equivocados: en Inglaterra, a metros del bar que una bomba del IRA hace volar en pedazos. Claro, él y sus amigos borrachines le vienen como anillo al dedo a Scotland Yard que necesita algún chivo expiatorio urgente. Y qué mejor que esos cinco pendejos ingenuos, borrachos y, sobre todo, irlandeses. La cosa se ponde cada vez más densa: primero los meten en cana haciéndoles firmar confesiones falsas, después de unas cuantas horas de tortura física y psicológica. Y encima los hacen implicar a otros inocentes, uno de ellos es Giuseppe, el padre de Gerry, fantásticamente interpretado por Pete Postlethwaite. Asistimos entonces a la transformación de aquel pendejo irresponsable que era Gerry, quien encuentra un sentido en su vida justamente cuando esta parece haber perdido todo sentido: probar su inocencia y la de su padre. Cuando éste muera en prisión, lavar el honor de Giuseppe será la razón de ser de Gerry. Y para eso contará con la ayuda de la abogada Gareth Peirce (Emma Thompson) dispuesta a probar la inocencia de su cliente a cualquier precio. Esta película está basada en un hecho real y fue dirigida por Jim Sheridan, el mismo de "Mi pie izquierdo". Es realmente estupenda y el único motivo para que no se llevara un Oscar es lo que mencioné al principio. Claro que, ahora lo sé, las mejores películas no suelen ser las premiadas por la Academia...


62- La lista de Schindler (1993)
La dirige: Steven Spielberg

Actúan: Liam Neeson, Ben Kingsley, Ralph Fiennes


Negro: como los uniformes de los SS, como el humo que brota de los hornos crematorios, como las barracas de los campos de concentración, como las fosas comunes, como el destino de millones de inocentes. Blanco: como el alma de esos inocentes, como la esperanza que nunca dejó de latir en sus corazones a pesar de estar sometidos a la peor de las atrocidades imaginables, como el amor de hombres como Oskar Schindler -no fue el único- que no dudaron en arriesgar sus vidas y acabar con sus fortunas con tal de salvar una vida, aunque fuese una sola.
Blanco y Negro, los colores de La Lista de Schindler, un filme soberbio, magistral, donde Spielberg le demostró a aquellos que aún lo dudaban que es uno de los mejores directores de la historia. La película no muestra todo el horror, sería imposible. Pero lo que uno ve es más que suficiente para conmover, para no querer que algo así vuelva a ocurrir, para valorar la vida... Las actuaciones son realmente notables, desde Liam Neeson a Ralph Fiennes, de Ben Kingsley al último de los actores de reparto. Todo en realidad es excepcional, pero carece de sentido analizar técnicamente a esta película. Lo importante es lo que contiene, su valor como testimonio de la ausencia de límites para la demencia del hombre, pero también del amor, del valor, de lo profundamente espiritual que puede ser el ser humano, criatura contradictoria si las hay.




63- Bleu (1993)
La dirige: Krzysztof Kieslowski
Actúa: La inigualable Juliette Binoche

El azul, para los franceses, es el color de la liberación. Para los sajones, por su parte, la palabra blue (azul) define la melancolía, la tristeza. "Bleu", la película, narra el camino que recorre Julie (Juliette Binoche) desde la más profunda tristeza hacia una liberación posible. Julie es acosada por los fantasmas de su pasado, que se niegan a dejarla a pesar de su empeño en rehacer su vida. Es que Julie perdió a su marido y a su hijo en un accidente automovilístico, y la dolorosa memoria de su vida destrozada parece atenazarla, sumergiéndola en un estado de anestesia emocional. Julie no se permite sentir nada, excepto dolor. Apartándose del mundo, de quienes la quieren y la conocen, Julie busca transformarse en un ser totalmente anónimo y solitario, y en ese acto, suicidarse emocionalmente, liberándose de los fantasmas de su pasado. Pero si es arduo enterrar a los muertos, mucho más lo es negar a los vivos. Y en la comprensión de ese hecho, Julie encontrará su liberación. Kieslowski nos mostrará las facetas del dolor a través de colores, de imágenes fijas, de sugerencias de la cámara, de la soberbia banda de sonido y, por sobre todas las cosas, de la expresividad inagotable de la bella Juliette Binoche. Cuando hablamos de la excelencia del cine francés nos remitimos a películas como esta.




64- Asesinos por naturaleza (1994)

La dirige: Oliver Stone

Actúan: Woody Harrelson, Juliette Lewis, Robert Downey Jr, Tommy Lee Jones
Con sus múltiples aciertos y errores Oliver Stone se ubicó en un lugar ambiguo para la crítica cinematográfica: algunos lo consideran un fantoche, otros un director admirable. He de confesar que a mí me gustan sus películas, pero "Natural Born Killers" me parece el inobjetable mojón en el cuál Stone puede refugiarse si alguien lo critica como director, ya que se trata de una película brillante por donde se la (ad)mire. El filme describe el periplo asesino de una parejita de piscópatas unidos por el amor entre ellos y el amor a la violencia más desenfrenada. Muy pronto, los crímenes de Mallory y Mickey se convierten en el plato fuerte de los medios de comunicación, quienes se hacen un festín de rating gracias a los buenos y sangrientos servicios de esta dupla letal. He ahí, sintéticamente, el argumento.

Ahora vienen los elementos que hacen genial a este filme y que, a mi juicio, se resumen en dos: (1) la durísima crítica a la sociedad y los medios de comunicación norteamericanos y (2) la orgía visual que implica ver esta película. Anticipándose por diez años a "Bowling for Columbine", Oliver Stone desnuda el amor natural de los estadounidenses por la violencia y las armas y el escandaloso uso que de ella hacen los medios de comunicación. Un país que ha transformado en héroes a asesinos y criminales como Billy The Kid, Al Capone y Bonnie and Clyde, queda expuesto y desnudo ante sí mismo, gracias al espejo magistral diseñado por Stone (con la colaboración de Quentin Tarantino). Y desde lo visual la película es realmente increíble, combinando todos los recursos que da el cine -desde el blanco y negro al dibujo animado, desde el ralentado hasta la distorsión de imagenes y así en un interminable etcétera- para crear un collage cuasi psicodélico que te mantiene engrampado a tu asiento, completamente hipnotizado. Una película 100% recomendable, a la que se le añade una banda de sonido impecable.



65- Forrest Gump (1994)

La dirige: Robert Zemeckis
Actúan: Tom Hanks, Robin Wright Penn, Gary Sinise, Sally Field

Película que ha generado más de un acalorado debate sobre sus reales virtudes y, especialmente, sobre qué es lo que se pretendía decir con el personaje de Forrest Gump, un discapacitado mental que atraviesa los principales eventos de la historia de Estados Unidos de los últimos 50 años, siendo un involuntario -pero determinate- protagonista de todos ellos. Se la ha tildado de muchas cosas: de típica película yanqui sensiblona, de bajar el mensaje de que todo puede conseguirse sin esfuerzo, de absurda...

A mi juicio, Forrest Gump es una gran película, no solo en la manera en que ha sido confeccionada, sino en su sutil irreverencia e incorrección política. El filme utiliza una fábula, para criticar ácidamente el sueño americano. Es que, no es ésta la clásica película de nerds, donde éstos son reivindicados. Forrest Gump no es un nerd, tipos excesivamente inteligentes que, por ese motivo, no encajan en el marco clásico de las secundarias yanquis, hechos de deportistas exitosos y rubias bonitas y huecas. Forrest Gump es retrasado mental y todo le sale de casualidad, siempre a partir de sus buenas intenciones, pero azarosamente. La película parte de la vieja premisa de que "Solo los locos y los chicos dicen la verdad". Y Forrest ve todo con ojos de chico. Lo que se combina con el concepto que alguna vez Dostoievski planteara en "El idiota": ¿hasta dónde puede llegar un ser enteramente bueno en un mundo como el actual?

Por otra parte, la película hace un paneo por buena parte de la historia yanqui de los últimos 50 años, y eso es interesante. Porque se mofa del militarismo norteamericano (en la imagen del teniente Dan y su tradición familiar) y se mofa de la estupidez y el vacío del yanqui promedio (en la imagen de los tipos corriendo detrás de Forrest Gump como si fuera algún líder espiritual), solo por mencionar dos temas que me vienen a la cabeza y que recuerdo. Todo engaña y nada es tan obvio como parece. Por ejemplo, cuando el novio le pega a Jenny con la foto del Che detrás, parece un mensaje subliminal anticomunista. Pero al mismo tiempo sacamos otro significado, porque los que están ahí son Panteras Negras, que creían en el uso de la fuerza para acabar con el racismo blanco. Y lo que quizás se está sugiriendo -en la imagen del novio de Jenny- es de qué manera los extremos se tocan y cómo el fanatismo lleva siempre al mismo lugar: la violencia. No en vano, el tipo es comunista, pero viste un uniforme alemán de la 2ª Guerra.

Las escenas en teoría absurdas, están lejos de serlo. En el caso de la carrera a través de Estados Unidos, se trata de una crítica al vacío de los norteamericanos, desde varios ángulos (el escapar de los problemas corriendo hacia adelante, o el de seguir y asignarle supravalores a alguien solo porque hace algo extraño). O cuando le pide permiso a Kennedy para ir al baño porque se está meando encima, es una irreverencia hacia uno de los íconos estadounidenses por excelencia. De hecho, la historia ni siquiera es el caso del patito feo que surge a pesar de las adversidades, típico de la mentalidad norteamericana, ya que ese concepto yanqui lleva implícito el esfuerzo personal... algo que Forrest Gump nunca hace, ya que todo le sale siempre de casualidad.

Pero, por otra parte, si Forrest Gump no estuviera enviando mensaje alguno. Si Forrest Gump simplemente fuera una historia mínima, con una impronta fantástica, contada de manera risueña y utilizando el marco de la historia yanqui de los últimos 50 años. ¿Cuál es el problema? ¿Toda película tiene que ser seria y profunda para ser buena? ¿Deben ser abolidos los géneros fantásticos, las comedias rosas, el humor absurdo, la inocencia? ¿Todo tiene que tener una razón de ser y estar justificado ideológica y filosóficamente? Son preguntas que me hago porque me parece que si la respuesta es sí, quedarán invalidados muchos artistas y películas que me hicieron feliz.


66- Dead man walking (1995)
La dirige: Tim Robbins
Actúan: Sean Penn, Susan Sarandon

Me niego a poner la pedorrísima y convencional traducción al castellano de esta película que, justamente, ya empieza bien desde el título original y todo lo que ese título implica. "Dead man walking" cuenta la historia de la hermana Prejean quien recibe una carta de Mathew Poncelet, condenado a muerte por violar y asesinar a dos adolescentes. Prejean acepta convertirse en la consejera espiritual de Poncelet y acompañarlo en sus últimas horas. En el camino, va a hacer lo imposible por retrasar o impedir que se cumpla sentencia de Mathew. Lo que ninguno de los dos imagina es el viaje que les espera a ambos.

La película toca un tema que siempre está en peligro de caer en la obviedad. Afortunadamente no lo hace ni un poquito. Si bien está claro que rechaza la pena de muerte, también lo es que le exige al condenado el reconocimiento ý el arrepentimiento de sus crímenes. Cuando el espectador ve lo que Poncelet hizo, cuando aprecia el dolor de los familiares, cuando es testigo de la falta de arrepentimiento del asesino, se indigna. Y la tentación de decir "se lo merece", es enorme. Pero ahí está la hermana Prejean para mostrarnos otro camino. No nos pide que nos simpatice Poncelet, no nos dice que tiene más derechos que sus víctimas. Le pide a él arrepentimiento, y a nosotros perdón. Pide redención.

La película es magnífica no solo por su enfoque y su guión, sino por las actuaciones de Susan Sarandon y de Sean Penn, probablemente de las más excelsas que he visto en mi vida.





67- Los sospechosos de siempre (1995)

La dirige: Bryan Singer

Actúan: Kevin Spacey, Gabiel Byrne, Benicio del Toro, Chaz Plaminteri


"El mejor truco del Diablo es haberle hecho creer al mundo que no existe".

Uno de los más intrincados y mejor resueltos policiales de los que tenga memoria. El magistral guión de Christopher McQuarrie -que le valió un Oscar- nos introduce en el relato que el soplón Roger "Verbal" Kint le hace a la policía, de un "trabajo" que él y sus compañeros pretendieron realizar para el misterioso jefe mafioso Keyser Söze. Claro, el encargo salió muy pero muy mal, terminando con un barco incendiado y una masacre en el puerto de San Pedro. Y el detective Kujan escuchará atentamente la historia de "verbal", siempre tan propenso a hacerle honor a su apodo, explicándole como ocurrieron las cosas. Claro, el relato se volverá cada vez más complejo, hasta que -en la mejor tradición noir- los protagonistas estén envueltos en una verdadera telaraña, tan fuera de su control que ni siquiera ellos consiguen darse cuenta.





68- Pecados capitales (1995)

La dirige: David Fincher
Actúan: Morgan Freeman, Brad Pitt, Gwyneth Paltrow, Kevin Spacey

En una magistral combinación de film noir y thriller psicológico, "Seven" cuenta la carrera contra el tiempo de dos detectives de policía, quienes intenta detener a un asesino serial muy particular. El loquito en cuestión quiere dar un ejemplo a este mundo sucio y pecaminoso, y para eso nada mejor que matar de siete maneras distintas, una por cada uno de los pecados capitales. Así, por ejemplo, buscará a un muchacho pasado de peso y le hará pagar su gula, haciéndolo comer hasta reventar... literalmente. O liquidar a un perezoso, manteniéndolo atado a su cama durante un año. Estas son las dos más suaves, el resto para qué les cuento.

¿Qué es lo que hace distinta "Seven" de tantas películas del género? Me parece que es su oscuridad, su perturbadora oscuridad, omnipresente a lo largo de cada segundo dela cinta. Si incluso la ciudad en la que ocurren los hechos está hecha de callejones oscuros, habitaciones claustrofóbicas y lluvia constante. Pero es más inquietante aún la oscuridad que invade a los protagonistas, lenta e inexorablemente, como si todo estuviera seteado para llegar a un espantoso final, del que nadie puede escapar. ¿No es eso de lo que se trata la vida acaso?




69- Stalingrado (1996)
La dirige: Joseph Vilsmaier
Actúan: Desconocidos actores germanos

Hay una batalla que sintetiza la carnicería y el sinsentido del frente ruso en particular y de la guerra en general: Stalingrado. Se han hecho varias películas sobre la batalla que decidió el principio del fin para los alemanes en la Segunda Guerra Mundial, pero esta es la única desde el enfoque alemán. Y una vez más eso la hace tremendamente interesante porque, como se sabe, hubieron un montón de nazis hijos de puta, pero también hubieron millares de tipos comunes dentro del ejército alemán, a los que mandaron a pelear por algo en lo que no creían. Esta película muestra a todos ellos. El comienzo, con los futuros integrantes del Sexto Ejército disfrutando un último estertor de sol y placer en Italia antes de partir hacia el frente ruso, sirve para interiorizarnos del espíritu con el que la mayoría de la gente suele ir a la guerra: insuflados de un valor artifical fundado en buenas dosis de propaganda nacionalista y patriotera. Algo que no hará sino potenciarse con las victorias iniciales del Sexto Ejército en Stalingrado. Pero, pronto sobrevendrá la debacle, que llevará a los alemanes a la peor derrota de su historia. Pronto llegará el invierno y la maniobra envolvente del Ejército Rojo que obligará a los restos del Sexto Ejército a sobrevivir como puedan en las condiciones más inhumanas, entre las ruinas humeantes y heladas de la ciudad. Y en ese momento se acaban el valor, los ideales, el Führer y todo se reduce a tratar de mantenerse con vida un día más, a tratar de no pensar porque hacerlo es enloquecer. La película es larga porque se trató de una miniserie para la televisión alemana, en conmemoración del cincuentenario de la batalla, y es en alemán, así que al que no le guste el cine europeo quizás lo aburra. Tampoco hay actores "conocidos" y los personajes son tipos comunes, por eso a alguno quizás le cueste engancharse con ellos. Pero todo ello es lo que la hace tremendamente real, a lo que si le sumamos la excelente producción, montaje, fotografía, etcétera, la convierten en una memorable película bélica.



70- Trainspotting (1996)

La dirige: Danny Boyle

Actúan: Ewan McGregor, Robert Carlyle, Jonny Lee Miller, Ewan Bremmer

Si esperás ver algo agradable, si querés ver florecitas y lindos campos llenos de verde con una familia en el medio haciendo un picnic, bueno, no sé para que elegiste esta película. Porque Trainspotting es una película sobre drogas y el mundo de las drogas es así: crudo, en apariencia entretenido y finalmente mortal. Trainspotting simplemente lo muestra tal cual es (en realidad lo suaviza) y por eso es excelente. La gente que argumentó que la película hace apología a la droga solo me lleva a hacerme un par de preguntas: ¿Cuando ven una película, realmente VEN la película? ¿Son capaces de entender un argumento, un guión, una metáfora? Porque Trainspotting no puede ser más directa y más clara, ni funcionar de manera más cercana a la realidad: vos tenés un tipo que se da con todo lo que encuentra a su paso y te cuenta qué buenas están las drogas (las cuales en su etapa inicial, obviamente, tienen que ser forzosamente agradables, si no nadie las tomaría), pero vos, mientras tanto, ves la realidad: las drogas le arruinan la vida a ese mismo tipo. Más claro imposible. La dirección es increíble, las actuaciones inmejorables y totalmente creíbles (Ewan Mc Gregor, sin palabras) y la banda de sonido es insuperable. Un clásico.





71- Los niños del cielo (1997)

La dirige: Majid Majidi
Actúan: Desconocidos actores iraníes

Alí ha perdido los zapatillas que su hermana Zahra necesita para asistir al colegio al día siguiente y su padre no debe enterarse. A partir de este planteo sencillo, el director y ex actor iraní Majid Majidi, elabora el argumento central de su película "Niños del Cielo". Y claro, en la sencillez de la propuesta está el gran mérito artístico de Majidi, quien no necesita de demasiados vericuetos argumentales para llevarnos de las narices a ese mundo incomparable que es la niñez. El precioso universo de inocencia y ternura de la niñez, donde algo tan simple como la pérdida de un par de zapatos se transforma en un doble drama para Alí: por un lado porque lo fuerza a mentirle a sus padres, a quienes adora, y por el otro porque defrauda a su hermana menor, quien lo idolatra. Por eso, Majidi nos compenetrará con los esfuerzos de Alí por recobrar las benditas zapatillas, nos hará cómplices de sus planes llenos de tierno ingenio para ganar tiempo hasta que pueda encontrarlas y nos hará apoyar su decisión final, su "sacrificio" para conseguir lo que necesita Zahra y de esa manera poder volver todo a la normalidad. Todo muy simple, como verán, pero decididamente encantador, a partir de la manera magistral con la que Majidi nos ubica en la perspectiva infantil de las cosas, donde las dimensiones son tan distintas y donde todo se rige por "leyes" tanto más puras y, quizás por eso, más reales.




72- Karakter (1997)

La dirige: Mike van Diem

Actúan: Más actores desconocidos, esta vez holandeses

Dreverhaven, un feroz y desalmado prestamista de la ciudad de Rotterdam ha sido brutalmente asesinado. El único sospechoso del hecho es un joven abogado: Jakob Willem Katadreuffe. De su desesperada confesión surgen dos certezas: qué él es el asesino y que se trata de un hijo ilegítimo de la víctima. Lo importante entonces es el porqué. Y, a medida que Katadreuffe continúa con su relato comienzan a desentrañarse las motivaciones, los intrincados caminos psicológicos que lo llevaron a cometer el parricidio. Allí, por supuesto, está la razón de ser de esta película: una excepcional telaraña psicológica en la que está atrapado Katadreuffe, quien padece un destino aparentemente imposible de cambiar merced a la ominosa figura de un padre dominante - inspiración del Dostoievski de "Los hermanos Karamazov" mediante-, y que se debate por escapar de un laberinto opresivo y asfixiante que recuerda a "El Proceso" de Kafka. La fuerza de las imagenes, el intrincado drama psicológico de la trama y la fascinante personalidad de los personajes van a hacer que esta película te quede grabada en la memoria indeleblemente, tal es su potencia. Y las actuaciones son excepcionales, particularmente la de Jan Decleir quien hace de Dreverhaven y al que le bastan pocas palabras para decir infinitas cosas: su mirada, sus gestos son de una expresividad tan definitiva que te va a ser muy difícil no querer verlo actuar en otra película. "Karakter" trata, en esencia, sobre el dolor de crecer. Pero lo hace exquisitamente y por eso, aunque fue la única película que filmó el director Mike van Diem, le alcanzó para dejar claro que a veces basta un solo intento para hacer una obra maestra.




73- La visitante de invierno (1997)

La dirige: Alan Rickman

Actúan: Emma Thompson, Phyllida Law


"La visitante de invierno" es la madre de Frances (Emma Thompson), encarnada por Phyllida Law, que es la madre de Emma en la vida real. Frances y su madre nunca han tenido una relación muy fluida que digamos, se podría afirmar que la madre de Frances es un tanto invasiva y que Frances es algo terca. Pero como Frances ha enviudado y parece incapaz de escapar a la memoria de su marido muerto, su madre entiende que necesita apoyo y contención. Le guste o no le guste a Frances, quien vive en un pueblo perdido en la costa de Escocia. El centro de la película es esta relación, pero de ella se desprenden numerosas y deliciosas viñetas, pantallazos de otras vidas: el hijo de Frances, que desespera por una rea y bonita chica callejera; dos señoras cuya actividad favorita es asistir a funerales de desconocidos; y dos infantes que se ratean del colegio y dan vueltas en busca de emociones que hagan valer las horas.

Bien, hasta ahí el argumento. Ahora vamos a aquello que lo enriquece. En primer lugar está la fotografía que es deslumbrante, más aún en el cine. Una aldeita costera de Escocia en pleno invierno, con el mar congelado hasta donde alcanza la vista brinda un sinnúmero de posibilidades expresivas que el director aprovecha a la perfección, llenándolos el alma de sentimientos nostálgicos y evocativos. El frío es una constante simbólica: el frío que recorre la vida de Frances por la muerte de su marido, el frío que existe en la relación con su madre, el frío de las fotos en blanco y negro que Frances saca y que el director utiliza como leit motiv e hilo conductor de la película, el frío que implica para los dos chicos volver a la monotonía del colegio y a sus poco felices vidas familiares, el frío del terror a la muerte de esas dos señoras que necesitan asistir a muertes sin rostro para sentirse vivas... Lo visual, está dicho es impactante y hace de por sí disfrutable esta película. Esos tonos preponderantemente grises, negros y blancos, donde el color está dado ocasionalmente por objetos y prendas, con un objetivo definido: decir cosas. Las actuaciones son otro punto para aplaudir de pie, desde las conocidas Emma Thompson y Phyllida Law, hasta los dos ignotos chicos, cualquiera de los personajes está soberbiamente interpretado. "La visitante de invierno" es una historia de descubrimientos, de revelaciones, de pasajes del frío al calor (metafóricamente hablando, se entiende), de muertes y nacimientos, de horizontes por descubrir, como el de ese mar helado que parece no tener fin...


74- Velvet Goldmine (1998)

La dirige: Todd Haynes

Actúan: Ewan McGregor, Johnatan Rhys Myers, Christian Bale, Toni Collette


"El mundo ha cambiado por que estás hecho de marfil y oro. Las curvas de tus labios reescriben la historia"

Velvet Goldmine es una historia de amor gay, entre un alias de David Bowie llamado Brian Slade (Johnatan Ryhs Myers) y un combo de Iggy Pop-Kurt Cobain-Lou Reed llamado Curt Wild (Ewan Mc Gregor).


"El hombre es mucho menos sí mismo cuando habla por sí mismo. Denle una máscara y les dirá la verdad"

Velvet Goldmine es sobre el glam y, como tal, la imagen prevalece siempre sobre el contenido. De hecho, la imagen ES el contenido. Visualmente, entonces, es deslumbrante. Te hipnotiza. Podría perfectamente no tener guión, ya que funciona como un gran clip (claro, ayuda y mucho la banda de sonido que es EXCELENTE) donde el lenguaje visual lo es todo, exigiendo tu atención absoluta. Pero, detrás de esa máscara de brillantina subyace un guión soberbio (no podría ser de otra manera siendo que está repleto de frases de Oscar Wilde) y una estructura narrativa "alla" Citizen Kane, de Orson Wells, que la hace atrapante.

"Motivo por el cual preferimos las impresiones a las ideas..." "...las excepciones a los tipos..." "... las situaciones a los temas..." "...vuelos cortos a sostenidos. ¿Y tú?" "Bueno, yo... por ahora solo estoy buscando una habitación"

Velvet Goldmine es sobre la inmediatez, sobre las bondades del aquí y ahora...

"Salimos a cambiar el mundo y terminamos... simplemente cambiando nosotros mismos" "¿Y qué tiene eso de malo? "Nada, si no le echás una mirada al mundo"

Velvet Goldmine trata sobre las ilusiones perdidas del rock y también sobre cómo el creer en esas ilusiones en algún momento te cambió la vida, te abrió las puertas a un universo de sensaciones e ideas. Es sobre el descubrimiento a través del rock.

"Nada envanece más a una persona que le digan que es un pecador"

Velvet Goldmine es sobre los límites y la libertad que te podés dar de traspasarlos. O no...

"Había momentos en los que a Dorian Gray le parecía que toda la historia no era más que un registro de su propia vida, no como la había vivido en acto y circunstancia, pero como su imaginación la había creado para él, como había sido en sus cerebro y en sus pasiones. Sentía que las había conocido a todas, esas extrañas, terribles figuras que habían pasado por el escenario del mundo y habían convertido al pecado en algo tan hermoso y maligno, tan lleno de sutileza. Le parecía que de alguna manera misteriosa sus vidas habían sido la suya propia"

Pero, por sobre todas las cosas, Velvet Goldmine es sobre la búsqueda y el descubrimiento de sí mismo. De cómo algunos héroes (musicales y literarios en este caso) ayudan a lograr eso. De cómo uno, atrapado por el fragor de la vida cotidiana, por las exigencias de ser adulto, puede llegar a olvidar lo que uno es. Y cómo aquellos héroes, ahora enmohecidos y cubiertos de polvo, pueden resucitar -a través de su música, de sus palabras- a ese ser dormido, ya no como revelación pero sí como un faro que nos recuerda aquellos momentos de nuestra vida (¿los mejores, quizás?) en los que, más que nunca, fuimos nosotros mismos.





75- La celebración (1998)

La dirige: Thomas Vinterberg

Actúa: Gente que habla en danés

"La Celebración" fue la primer película que ví filmada bajos lo preceptos del "Dogma 95". Para quien no sepa en que consiste esto explico: la idea es filmar con cámara en mano, sonido directo, escenarios y/o iluminación naturales y sin efectos especiales. Una suerte de punk del cine no apto para quienes gustan de la cinematografía tradicional.

La trama es sencilla: una familia danesa se reune en la casa del padre, para celebrar el cumpleaños número 60 del abuelo. La familia está integrada por el abuelo, su mujer y sus tres hijos: Christian, Helene y Michael, quien está casado y tiene tres hijos; además hay primos, tíos, nietos, etcétera. Solo falta una persona: la hermana melliza de Christian, quien se suicidó golpeando duramente a la familia. Sin embargo, todos están ahí para celebrar y todo parece ir de perillas hasta que Christian toma una cucharita y golpea su copa, pidiendo la palabra. Parece que va a dar un simpático discurso cumpleañero, sin embargo se despacha con una bomba molotov: ante todos explica los motivos que llevaron al suicidio de su hermana. Allí comienza el terrible drama, al que Thomas Vinterberg rocía con fuertes dósis de humor negro, convirtiendo a "La Celebración" en una extraña combinación de Bergman y Luis Buñuel que la vuelve todavía más atractiva.

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