A lo Boca
Tarde helada y cancha techada sobre Dorrego. Raphael, delantero brasileño que juega en el Palermo FC (equipo en el que disputamos torneos los sábados) nos propone aprovechar el receso de nuestro campeonato y hacer un cinco contra cinco. Juntamos los cinco (para los que los conocen: Gustavo, mi primo Hernán, Tweety, Fer y quien esto escribe) que se animaban en una tarde en la que Italia-España invitaba a quedarse en casa, abrigaditos y mate en mano, y partimos para jugar contra "algunos compañeros del hospital", según definición de Rapha, médico él.
Claro, al llegar recordamos que a Rapha le gusta hacer este tipo de cosas. Porque los "compañeritos" resultaron ser otros cuatro brasileños, con pinta bien futbolera ellos y promesa de pintarnos la cara. Las cosas quedaban planteadas entonces para un Argentina- Brasil, con el orgullo a prueba.
Mi experiencia en partidos "internacionales" incluía enfrentamientos contra equipos de Uruguay, Colombia, Italia y Estados Unidos, pero nunca había tenido la suerte de enfrentar a un equipo brazuca.
Para qué. La cosa arrancó como para imaginar una pesadilla futbolística: a los 10 minutos los muchachos estaban 4-0 arriba, con tacos, caños y firuletes incluidos. Pintaba fiero y una ya les veía en la cara esas sonrisitas socarronas que los caracterizan cuando están bailando al rival. Y más si el rival es argentino.
Lógicamente, eso nos tocó el orgullo: no pensábamos perder este partido. Cuestión que nos ordenamos, empezamos a pelear cada pelota como si fuera la última, nos cerramos mejor atrás y salimos rápido del medio para adelante... ¡y les dimos vuelta el partido!
La alegría duró poco. El exiguo gol de ventaja se esfumó como por arte de magia gracias a una seguidilla de cuatro goles brasileños. Estábamos tres abajo, lo que nos obligó a una nueva remontada. Esta vez fuimos nosotros los que nos pusimos cuatro goles arriba. Sin embargo, ellos empezaron a acercarse y, faltando cinco minutos, estábamos apenas un gol arriba. En el interín, la cosa se había puesto áspera, y se debatía por cada pelota dudosa. Por suerte no hubo ningún posible penal...
Supuestamente, el partido terminaba a las 18 horas, sin embargo, los equipos que jugaban después de nosotros nunca vinieron. Fue así que, faltando un par de minutos para las 18, les planteamos poner una hora de finalización para el encuentro, cosa de evitar suspicacias si lo terminábamos a las 18, con nosotros 1-0 arriba. Se convino seguirlo hasta las 18.20.
Esos últimos veinte minutos fueron gloriosos, porque ellos se vinieron con todo a buscar el empate, tiraban de todos lados y Gus sacaba a destajo, mientras nosotros corríamos lo que ya no podíamos para mantener ese gol definitorio. Pero tampoco comemos vidrio, y observando cierto desalentamiento del rival ante la imposibilidad de empatar, empezamos a toquetar la pelotita y con un par de contraataques fulminantes estiramos la ventaja hasta hacerla irremontable: 4-0.
Qué quieren que les diga, fulbito de entre casa sí, pero me alegró la semana.
Labels: Divagaciones futboleras
7 Comments:
Hermoso querido, habrás mojado de lo lindo. ¿Se puso aspero el clima o todo bien? Por lo menos un buen resultado en la triste tarde de ayer...
7:16 AM
Metí 5, creo. Igual jugué más atrasado, junto a Fer, amnejando los hilos. Hubo un momento en el que se puso un poco áspero, porque había uno de ellos que era medio ventajita. Pero al final bajaron los brazos. Y sí, la verdad es que entre la Azzurra y la Academia, ayer fue una tarde negra. Te tuve en mi mente de manera constante.
PD: Yo ahora voy a full con los Ruskys
7:54 AM
Daaaa rusky...Después de los rusos estoy con los turcos.
8:19 AM
DEBE HABER REVANCHA Y DESDE YA QUE ESTARE PRESENCIANDO EL MATCH Y TOMANDO APUNTES PARA ENVIARLE AL HOMBRE DEL TANQUE.
AHH, VOLVIO EL HOMBRE DEL TANQUE A SU ESTANQUE
11:25 AM
Lógicamente: sería hermoso una final Turquía-Rusia.
Hamilton, si se produce la revancha, le extenderemos una invitación, no lo dude.
6:12 PM
¿Qué diferencia hay, en esto de las emociones, entre el fulbito de "entrecasa" y el otro?
Yo también hincho por los rusos: disfruté mucho el partidazo que le hicieron a Holanda y hasta grité el tercero como si fuera moscovita, jaja. ¡Eso es aprovechar un lateral, giles! Y la definición entre los zancos del lungo... una joya.
6:25 PM
La única diferencia es que nosotros sí le ganamos a los brasileños. ;)
No tengo una gota de sangre rusa en las venas, pero Dostoievsky, Tolstoy, Pushkin y tantos otros me han convertido en un fan rabioso de de esa selección. Si a eso le sumamos que juegan realmente lindo...
10:49 AM
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