Tuesday, November 06, 2007

Cine para una isla desierta Vol 2


26- El largo adiós (1973)

La dirige: Robert Altman
Actúan: Elliot Gould, Sterling Hayden, Nina Van Pallandt

Un clásico del la literatura noire como es "El largo adiós" merecía una versión cinematográfica. Y ahí estaba el gran Robert Altman para hacerse cargo del asunto. El inoxidable Philip Marlowe está tratando de probar que su amigo Terry Lennox no asesinó a su esposa. Con la policía mordiéndole los talones -porque piensa que Marlowe sabe más de lo que dice y encubre a su amigo- y con su amigo aparentemente suicidado, nuestro detective favorito empieza a lidiar con todos los elementos del género: suicidios que no son, rubias peligrosas, gangsters de pistolas calientes, tipos misteriosos, testigos esquivos, valijas llenas de dinero sucio y muchos cadáveres.

La versión de Altman empieza por sacar a Marlowe del tiempo en el que lo imaginó Chandler -los '40 y '50- para ubicarlo en la Los Angeles de los '70. Claro, que Altman no adaptó al personaje a este entorno, más bien -como él mismo lo explicó- hizo de cuenta que Marlowe hubiera dormido durante 30 años, para despertarse en esta nueva versión de la que era SU ciudad. Así, el contraste entre el código ético de Marlowe y el entorno del Los Angeles setentoso le da una vuelta de tuerca exquisita al personaje y a la película. Marlowe se convierte entonces en una suerte de idealista, que vive bajo sus normas morales en una época en que ya no las hay. La película está filmada con el estilo clásico de Altman: tomas largas que generan la sensación de movimiento constante, de que algo está pasando -o por pasar- incluso cuando los personajes están hablando; diálogos que se muerden los talones unos a otros; un profundo hincapié en la confección de los personajes; los constantes cambios de foco que generan la sensación de que lo que está ocurriendo está fuera de control para el pobre Marlowe. En fin, aunque en su momento fue despedazada por la crítica, esta es una delas mejores películas de Altman. A Raymond Chandler le hubiera gustado...





27- El Exorcista (1973)
La dirige: William Friedkin

Actúan: Linda Blair, Ellen Burstyn, Max Von Sydow, Jason Miller


¿Qué se puede aportar de esta formidable película que no se haya dicho o escrito? Cuando la pequeña Regan empieza a mostrar actitudes extrañas, su madre la lleva primero a un psicólogo y luego a un médico, tratando de determinar cuál es el problema que aqueja a su hija. No tardará en advertir que lo que le ocurre a Regan es bastante más complicado que un problema. No le arruino nada a nadie si les digo que el padre Karras le explicará a la atribulada madre que Regan está poseída por uno o varios demonios y que necesita ser exorcisada. Para ello llaman a un experto, el padre Merrin, que rápidmente se da cuenta que no va a estar frente a una tarea sencilla.
La adaptación que hizo Friedkin del best seller de William Blatty (quien se basó en un caso real) se caracterizó justamente por eso: su realismo. Friedkin quizo que la cosa pareciera lo más aberrantemente real posible -y así Regan, unainocente niñita de 14 años, se masturba con una cruz, gira la cabeza en 360 grados o vomita verde, entre otras delicias- al punto que muchos se plantearon si no había un tufillo perverso detrás de tanta saña con la adolescente. Sin embargo, lo que Friedkin buscaba era shockear con un filme de terror. Dejar atrás cierto romanticismo propio de las películas del género, y abordarlo desde un lugar realista, más cercano a un policial -brutal, por cierto- o a un drama. El resultado es inobjetable. "El Exorcista" abrió la puerta a toda una nueva manera de hacer cine de terror y, al mismo tiempo, puso una marca muy difícil de alcanzar.



28- Chinatown (1974)
La dirige: Roman Polanski
Actúa: Jack Nicholson, Faye Dunaway, John Huston

"Pensás que sabés con lo que estás lidiando pero, creeme: no lo sabés", esta recomendación de Noah Cross a Jake Gites es la clave de este maravilloso film noire a cargo de Roman Polanski. Jake Gites es un detective privado en el Los Angeles de entre guerras, y es contratado por una dama de sangre azul para que investigue si es cierto que marido le mete los cuernos. Parece un juego de niños para alguien con la experiencia de Gittes, pero claro, esto es film noire, donde nada es lo que parece. Y así, demasiado pronto, Gittes se encuentra sumergido en un embrollo de lo más sucio, donde la única norma es la corrupción más abyecta, y la curiosidad se acalla con plomo.

La película ganó un Oscar por su guión, y pocas veces un premio fue más merecido. El trabajo de Robert Towne es brillante. A partir de la historia real de cómo Los Angeles se hizo de su agua, Towne construye una telaraña exquisita, en la que no quedan cabos sueltos, y en la que el espectador debe ir revelando capa tras capa, si es que pretende llegar al fondo del asunto -cosa que probablemente no conseguirá-, todo en el marco de una tensión y suspenso constantes. "Chinatown" es una gema del film noire, que permanece inmaculada más de treinta años después de su estreno.



29- Taxi Driver (1976)
La dirige: Martin Scorsese
Actúan: Robert de Niro, Harvey Keitel, Jodie Foster, Cybill Sheperd

Travis, el personaje de Robert De Niro, podría haber surgido de la imaginación de Roberto Arlt. Dudo que Scorsese haya leído a Arlt, pero definitivamente podría ser uno de los Siete Locos. Travis es un personaje alucinado, un "perdedor" al borde de la psicopatía, pero con instintos básicos que lo impulsan al bien. ¿O no es el bien querer salvar a una chica de 14 años de las manos de un cafisho?
Claro, Travis es absolutamente racista, detesta a ladrones, drogadictos y marginales, es en extremo violento y sería capaz de matar a un político porque se siente traicionado. Entonces, ¿quién es bueno y quién no lo es? ¿Qué vuelve a alguien un verdadero héroe? ¿Hasta dónde puede llevar la alienación urbana? Esas son las primeras preguntas que plantea Taxi Driver, una de las obras maestras más crudas que ha dado el cine norteamericano.



30- La profecía (1976)
La dirige: Richard Donner
Actúan: Gregory Peck, Lee Remick, David Warner

¿Qué puede ser lo peor para un padre? Creo que no hay dudas: tener que matar a su hijo. Pero, ¿qué pasa si ese hijo es Hitler o Stalin o.. peor aún: el hijo de Satán, el Anticristo? Esa pregunta es la que deberá responderse a sí mismo Robert Thorn cuando las pruebas sean evidentes. Thorn es un diplomático estadounidense que, estando destinado en Roma, asiste al parto de su mujer Katherine. El niño nace muerto, algo que Katherine no llega a saber porque, puesto ante la posibilidad, su esposo acepta reemplazarlo por el hijo de una mujer que murió pariendo. Claro, nadie le dice que la madre de la criatura pertenecía sí al género femenino, pero no a la especie humana. Y ni que hablar del padre...
Cuestión que Thorn guarda el secreto y la familia es trasladada a Inglaterra donde viven felices y contentos... hasta que el pequeño Demian cumple 5 años. En pleno festejo de cumpleaños muere su niñera de manera, digamos, peculiar. Y poco después también muere el padre Brennan, cura amigo de la familia que intentaba comunicarle algo muy importante a Thorn. Algo que no alcanza a comunicar, por supuesto. Otros que empiezan a sospechar, si es que no están ya seguros, tratan de delatar la verdadera identidad de Demian. Como el fotógrafo Jennings quien consigue reveladoras imágenes de Demian, aunque no vive para contarlo. Todos ellos invariablemente encuentran muertes no muy apacibles que digamos (de hecho la de Jennings es una de las más famosas del cine de terror). Hasta que un exorcista llamado Bugenhagen le confirmará a Thorn el horror que él había empezado a sospechar: Demian es el hijo de Satanás.
No les cuento más del argumento. En su lugar paso a destacar los aciertos de esta película, que supo subirse a la ola temática que iniciaron "El Bebé de Rosemary" (1968) y "El Exorcista" (1973). Solo que mientras la primera era tremendamente perturbadora desde lo psicológico y la segunda lo era desde un enfoque místico-espiritual, "La Profecía" se mantenía en un campo un tanto más convencional y menos profundo pero igualmente efectivo en términos de entretener a la audiencia. "La Profecía" combina con inteligencia suspenso constante, las gotas justas de gore, buenas cuotas de pseudo misticismo y lo más importante de todo: la siempre aterradora encarnación del mal en un niño, que es la más perturbadora de las opciones posibles si de dar miedo se trata. Las actuaciones suman y mucho para esta película, particularmente Gregory Peck y Lee Remick. Difícil no ponerte en sus zapatos cuando descubren que su adorable e inocente hijo es en realidad lo que es. Muy buena película, no al nivel de las dos que mencioné, pero un clásico del género de todas maneras.


31- La cruz de hierro (1976)
La dirige: Sam Peckinpah
Actúan: James Coburn, Maximilian Shell, James Mason, David Warner

"La Cruz de Hierro es la mejor película antibélica de la Historia" (Orson Wells)
La Cruz de Hierro es la máxima insignia al valor otorgada por los ejércitos alemanes mucho antes de la Segunda Guerra Mundial. El barón Stransky, es puesto al comando de un pelotón de soldados en el frente ruso, en pleno retroceso de las tropas alemanas. Stransky es un militar de carrera, que jamás ha pisado un campo de batalla, pero que carga con una condena: su padre obtuvo una Cruz de Hierro en la Primera Guerra Mundial, lo que lo pone a él en la "obligación" de conseguir esa condecoración. El problema es que él es un cobarde y, para colmo, carece de la experiencia mínima como para aspirar siquiera mantenerse con vida en un frente terrible como es el oriental, ni que hablar de que sus hombres sobrevivan. Para eso, por otra parte, esta el sargento Steiner un veterano de mil batallas, que está harto de la guerra y de Hitler. Él sabe lo que los alemanes le han hecho a los rusos y sabe lo que los rusos piensan hacerle a los alemanes si triunfan, por eso lucha para detenerlos, para que no lleguen a la puerta de su casa. Y trata de mantener con vida a sus hombres en el camino. Steiner descree de Hitler y de la guerra, pero su valor lo ha llevado a ganar esa Cruz de Hierro que Stransky, un nazi convencido, codicia. Y Stransky hará lo imposible para que Steiner consiga una nueva medalla... para quedársela él. Así que el trabajo de Steiner será sobrevivir a las ordenes de Stransky, que terminan siendo más letales que los mismos rusos.
La película es excelente por este montón de cosas:
1- No tiene el punto de vista norteamericano, sino el alemán, lo que la salva de propagandas y patriotadas varias.
2- Es en un frente tan particular y terrible como fue el frente ruso, quizás el más jodido y sangriento de toda la Segunda Guerra, lo que da pie a un análisis de la guerra mucho más interesante.

3- Comparte con "Pelotón" el enfoque antibelicista y el realismo, hay muchos detalles notables para los más exigentes y los puristas (por ejemplo: los tanques rusos son reales, son T-34 y no los típicos tanques norteamericanos "camuflados" para parecer rusos o alemanes). Además todo es barro, frío, oscuridad, como era el frente ruso en invierno.

4- Las secuencias de combate están estupendamente filmadas, son crudísimas -como le gusta a Peckinpah- y brutalmente reales.
5- Las actuaciones son impecables, sin excepción.


32- Annie Hall (1977)
Dirige: Woody Allen

Actúan: Woody Allen, Diane Keaton

"No te metas con la masturbación. Es hacer el amor con alguien a quien yo quiero".

¿Qué puede pasar si se juntan dos neuróticos intelectualoides ultrapsicoanalizados que buscan el amor -aunque se nieguen a admitirlo- pero sin entender que enamorarse es algo que se hace con el corazón y no con la cabeza? Puede pasar que... ¡Annie Hall! Una película hilarante si las hay, en la que el escritor de comedias judío Alvy Singer (Woody) intenta recuperarse de su segundo divorcio con el método de "un clavo saca otro clavo". El tema es que el clavo nuevo es la cantante Annie Hall (Diane Keaton, ¡maestra!), un ejemplo ambulante del más tradicional y recalcitrante puritanismo americano. A pesar que desde el vamos parece imposible que dos personajes así congenien -y mucho peor: se enamoren- ambos van a insistir. Y así asistimos a los esfuerzos de ambos por llevar adelante una relación que, al menos en principio, estará basada en tratar de llegar a un acuerdo rentable sobre los tópicos que cada uno de ellos considera fundamentales. Y que nos dejará diálogos con frases tan sabrosas como la que encabeza este comentario. O como la escena en que deciden tomar cocaína, que es sencillamente inolvidable. Esta es otra de las mejores películas del gran Woody y, como tal, no tiene desperdicio.


33- Star Wars (1977, 1980, 1983, 1999, 2002, 2005)
La dirige: George Lucas
Actúan: Sir Alex Guiness, Carrie Fisher, Harrison Ford, Mark Hamilton, Ewan McGregor, Hayden Christensen, Natalie Portman, Christopher Lee, John Earl Jones, Frank Oz

No voy a pormenorizar en cada episodio, ni defender el I y el II, ni elegir un episodio en particular... No voy a hacer nada de eso porque simplemente Star Wars es una sola película, dividida en seis partes y esa película es mi favorita de todos los tiempos, como Darth Vader es mi personaje favorito de todos los tiempos. De hecho, ni siquiera tomo a Star Wars como un hecho estrictamente cinematográfico. Para mí, es un objeto cultural que trasciende el cine. Y de los objetos culturales, es mi favorito. Para mí, la gloriosa saga de George Lucas es la posibilidad de ser eternamente niño. Y eso es algo que considero invaluable, uno de los mejores regalos que alguien -y encima alguien que ni me conoce-pudo hacerme en la vida. Cierto, después de ver el estupendo "Episodio III" me quedé con un gustito agridulce, porque sabía que el círculo estaba completo, y eso significa que ya no habrá letritas amarillas bajando por la pantalla, ya no habrá comienzo de cuento de hadas ("Hace mucho tiempo, en una galaxia muy lejana"), ya no podré palpar nuestra cintura con la esperanza de que esta vez sí voy a encontrar nuestro sable láser en el cinturón, ya no sonarán esos primeros compases de la música galáctica que me estremecieron -bah, me estremecen- de emoción, tal vez hasta queden relegados en el olvido los sueños infantiles que acaricié saga tras saga: que R2D2 me ayudara con las tareas del colegio, o que el mejor amigo del hombre no se llamara "Boby" sino Chewbacca. Archivaré quizás la posibilidad de evitar insoportables embotellamientos en el centro, escapando de ellos en el Halcón Milenario... al fin de cuentas por algo es la "chatarra más veloz de la galaxia". Y, por sobre todas las cosas, ya no me sentiré impulsado a pasarme sin más al Lado Oscuro, seducido por el verdadero protagonista de esta historia, ese ángel caído llamado Darth Vader. O quizás sí... Porque no habrá nuevos episodios, es cierto. Se acabaron las adrenalínicas esperas de tres años. Pero ese universo maravilloso estará siempre ahí, aguardándome, invitándome a suspender esto que llamamos "realidad" y a soñar, aunque sea por un ratito, que sí, que los Jedi existen, solo que están en esa galaxia, muy muy lejos, aunque -quien sabe de qué mágica manera- un señor de barba llamado George Lucas se las arregló para que los pudiera conocer...




34- Interiores (1978)
La dirige: Woody Allen
Actúan: Diane Keaton, Kristin Griffith, Geraldine Page, Mary Beth Hurt, E.G. Marshall

Esta es la película en que Woody Allen decidió hacer dos cosas: demostrar que podía hacer algo más que geniales comedias, y dejar en claro su amor por Ingmar Bergman. "Interiores" es una película de ritmo europeo, lo cual hizo que a buena parte de los norteamericanos -por supuesto- no les gustara, no la entendieran, etcétera. Por suerte, uno no es norteamericano, y entonces puede darse cuenta de que si esta no es la mejor película de Woody, se ubica claramente entres las tres primeras. Aquellos que no soportan la presencia de Woody Allen ante las cámaras, pueden quedarse tranquilos: aquí se dedica exlusivamente a la dirección (y al guión, por supuesto). Aquellos a los que el humor de Allen no les parece gracioso, no se hagan problemas: no hay nada gracioso en "Interiores", más bien todo lo contrario. "Interiores" está exquisitamente filmada y fotografiada y he allí el primer homenaje de Allen a Bergman, ya que uno de inmediato se da cuenta que el neoyorquino está buscando reproducir esa magistral utilización de los cuadros, tan distintiva del maestro sueco, donde los objetos y espacios captados por la cámara están diciéndolo todo, convertidos en lenguaje cinematográfico puro. En esos cuadros, la imagen se vuelve palabra. Junto a "Manhattan", es la película mejor filmada por Allen. La temática también recorre los caminos de Bergman y uno no puede evitar la liazón con "Gritos y Susurros". Sin embargo, Woody introduce ingredientes propios dentro del guión -¡y qué pedazo de guión!- que hacen que la forma sea bergmaniana, pero el contenido sea netamente Allen. Nunca Woody había escarbado tan profundo y sin anestesia en temas tan densos, con tanto peso específico. No está el refugio del humor aquí, ni de la ironía, ni de la acidez: solo la existencia desnuda, con toda su atroz intensidad. Arthur está casado con Eve, y tienen tres hijas: Renata, Flynn y Joey. Eve es la encarnación de la perfección: brillante, bella, exquisita y creativa. Sobre todo, creativa. Tanto que, como dice una de sus hijas en un momento "parecía que papá era su creación". Es que Eve, mantuvo el hogar mientras Arthur terminaba sus estudios de derecho, estudios que Eve financió. Pero un día, Eve colapsó. Su colapso psicológico disparó sus peores "virtudes", creando un abismo entre ella y Arthur. Finalmente, Arthur decide rehacer su vida y se va de la casa. Entonces se disparan todos los conflictos, se desnudan todos los interiores que se habían mantenido unidos en un fragilísimo equilibrio, aquel que mantenía Eve, teniendo TODO bajo control. Woody Allen trabaja en "Interiores", como nunca, con situaciones reales a cargo de personajes reales. Y así desmenuza ese complejísimo entramado emocional y psicológico que suele llamarse familia. Repleta de actuaciones impecables (particularmente Diane Keaton, Mary Beth Hurt, E. G. Marshall y, sobre todo, Geraldine Page como Eve), es una película que revela el talento de Woody Allen en toda su enorme dimensión.


35- Manhattan (1979)
La dirige: Woody Allen
Actúan: Woody, Meryl Streep, Diane Keaton, Mariel Hemingway

En esta maravilla, Woody le rindió un indeleble homenaje a su amada ciudad, a través de sus imágenes y de sus personajes. Filmada en blanco y negro, esta tragicomedia que muestra la atribulada vida del guionista de televisión Isaac Davis, en realidad se propone pasearte por todos los rincones más queribles de Manhattan al son de la música de Gershwin. Imposible no enamorarte de la ciudad, de sus ecantadores secretos, que no necesariamente están vinculados a cosas sino a formas: la forma en que la luz juega sobre los rascacielos, la forma en que la gente conversa en un café -la charla con la que empieza el filme es genialmente paradigmática-, la forma en que la nieve se conjuga con el Central Park, la forma en que las sombras se deslizan entre los callejones del Village, la forma en que corre el agua del East River mirada desde un banquito, la forma en que la vida trata de ser tal en una ciudad que vuela a mil kilómetros por hora... Y claro, el alma de una ciudad así culmina su retrato a través de sus personajes, algo que en la obra de Allen ha sido siempre un fuerte. Pues bien, en Manhattan encuentra su máxima expresión: cada uno de ellos hace de su complejidad el más fiel exponente de su humanidad. Por supuesto que no faltarán las perlitas de ácido humor, elementales en toda obra de Woody y que constituyen la frutilla de un postre exquisito.



36- The Warriors (1979)

La dirige: Walter Hill
Actúan: Un combo de desconocidos

Esta es una de esas películas que marcaron época, crearon polémica e inauguraron un género. "The Warriors" recorre uno de los temas que tenía a mal traer a la sociedad norteamericana -particularmente a la neoyorquina- a fines de los 70's y principios de los 80's: el de las patotas o pandillas (gangs). Después llegaría Rudolph Giuliani con su mano dura y terminaría con el asunto. Pero antes, las calles pertenecían a las gangs, quienes tenían dividida a la ciudad en territorios: la calle y la noche eran de ellos. Su impunidad era tal que habían alcanzado un nivel de sofisticación pocas veces visto, expresado en sus ropas y armas. La película empieza cuando un especie de super líder llamado Cyrus, convoca a todas las pandillas en el zoológico del Bronx, con la idea de unirlas: trabajando juntas, se adueñarán por completo de la ciudad. Sin embargo, algunos no están de acuerdo, ya que perderían su tajada del negocio. Se produce un incidente, hay un disparo fatal y Cyrus muere. Entonces, alguien acusa a una de las pandillas por el asesinato de Cyrus. Esa pandilla son "The Warriors" y su territorio está en Coney Island, exactamente en el otro extremo de la ciudad. Hacia allí deberán huir para estar a salvo, porque todas las otras patotas de la ciudad están lanzadas en su persecución, decididas a acabar con ellos. Un omnisciente relator de radio, sigue el derrotero de los Warriors, manteniendo constante la tensión. Y el director Walter Hill consigue transmitir la aterradora idea de que la ciudad desierta durante la noche, es tierra de nadie, un lugar demasiado peligroso donde la vida no vale ni dos centavos falsos. Cinematográficamente, el filme es irreprochable, con una magnífica utilización de los tiempos y la fotografía para lograr un clima apocalíptico y tremendamente realista al mismo tiempo. Ese balance entre ficción y realidad es lo que le da a "The Warriors" un sabor particular y atractivo: por momentos parece una historieta, pero sabés que su esencia es algo real, y esa es la vuelta de tuerca que asusta(ba) a las audiencias. Un filme que captura un tiempo determinado pero de tal manera que se ha convertido en un clásico de culto. Quizás hoy nos parezca cómico ver a los tipejos estos con sus disfraces -"si los agarra una barra brava de acá, pensás, los hace polvo"- pero los tipos eran jodidos en serio. Vas a encontrar elementos de la historia que no cierran, que no pienso enumerar para no predisponer a nadie, sin embargo el todo es más fuerte que las partes y "The Warriors" termina saliendo tan bien parada que logra convertirse en un clásico. PD: La historia está basada en el libro "Anabasis" -uno de los favoritos de Alejandro Magno- del historiador griego Jenofonte. Aquel contaba como un grupo de 10.000 soldados griegos quedaba atrapado detrás de las líneas persas y debía abrirse paso para regresar a casa. No en vano el jefe de las patotas se llama Cyrus (Ciro) igual que el más grande de los reyes persas. Como decía Borges: "Las historias son siempre las mismas, lo que las diferencia es cómo están contadas".




37- Battlestar Galactica (1979)
La dirige: Richard Colla
Actúan: Lorne Greene, Dirk Benedict, Richard Hatch, Jane Seymour

¡Oh bueno! Cualquiera que haya visto esta película y también "El ciudadano", "Casablanca", "Un perro andaluz", "El ladrón de biciletas" o "Lo que el viento se llevó" va a perder cualquier tipo de respeto por mi criterio en milésimas de segundo. Pero, como dije antes, no pongo solo películas que pude apreciar de grande, con una cultura cinematográfica más formada, sino de todas las épocas, incluidas las que amé cuando era chico. Tal es el caso de "Galactica", amor que comprenderán aquellos que tengan actualmente entre 35 y 40 años. Es que en 1979, los niños nos hallábamos inmersos en una impaciente espera de la segunda parte de la "Guerra de las Galaxias". Pero claro, cuatro años en la vida de un chico es un lapso interminable, por eso la saludable aparición de "Galactica", primero en forma de serie y luego en película, fue un verdadero maná hecho de naves espaciales, pistolas láser, malos robóticos y batallas intergalácticas. Eso era lo que necesitábamos, eso fue lo que nos dieron. Y sí, hoy tengo el DVD de "Galactica", y lo veo y percibo sus innumerables falencias, pero cuando lo ve Iván, con sus cuatro años, y flashea, me quedo más tranquilo. Y si bien fue un producto creado para aprovechar el momento, si bien tiene fallas narrativas, y elementos (peinados, ropa en algunos casos) demasiado anclados en los '70, también tiene una historia interesante, efectos especiales más que decentes y detalles (como el porqué de determinada ropa, nombres y diseños) que la hacen más interesante aún. En fin, lo que se dice un guilty pleasure.



38- El Resplandor (1980)
La dirige: Stanley Kubrick
Actúan: Jack Nicholson, Shelley Duvall, Danny Lloyd, Barry Nelson

Como si no le alcanzara con todas sus películas para dejar claro que era un capo, Kubrick decidió también meterse en el género del terror, adaptando la ya de por sí escalofriante novela de Stephen King. Déjenme decirles que esta película me da tanto cagazo, que aún hoy me cuesta mucho volverla a ver. Y eso, mis amigos, es señal de que es realmente buena.

Ya la premisa de estar encerrado en un viejo hotel embrujado en la montaña, cercado por la nieve y con tu viejo que se volvio un psicótico asesino, es convenientemente inquietante. Pero a eso, se le suma la actuación de Jack Nicholson, constantemente en el filo de lo paródico, y el hecho de que Kubrick limpió bastante la historia original de sus elementos sobrenaturales, para entregarnos un peculiar cuadro de la desintegración de la familia americana. El terro no proviene -exclusivamente- e las visiones fantasmales, sino de lo que percibimos que está ocurriendo dentro de los personajes. Pero es sobre todo -y he aquí el mayor mérito del director- la cualidad onírica de la película lo que te aterroriza al punto de dejarte perturbado largo tiempo de spués de verla. Visual y narrativamente "El resplandor" tiene esa cosa que tiene los sueños, de ir desenvolviéndose de a poco, en un estado de semirrealidad, que en este caso desemboca en pesadilla atros. A lo qu ehay que sumarle el trabajo de steadicam de Kubrick, que no hace sino llevar los niveles de insanía y frenesí al extremo.




39- Masada (1980)

La dirige: Boris Sagal
Actúan: Peter O'Toole, Peter Strauss, Anthony Quayle

Es, a mi juicio, una de las mejores películas épicas sobre la Antigüedad que se han hecho. El reparto de actores es realmente notable, al igual que sus performances, particularmente Peter O'Toole (quien también hizo de Lawrence de Arabia) quien encarna a la perfección al general romano Cornelio Flavio Silva, comandante de la Décima Legión. A Silva se le ha encomendado la misión de reprimir el alzamiento de los judíos zelotes, liderados por Eleazar Ben Jair (excelente Peter Strauss). Tras la caída y destrucción de Jerusalén en el año 70 d. de C., a manos de las legiones de Tito, muchos de los judíos rebeldes han conseguido escapar. Una de esas facciones -los zelotes- se refugian en Masada, una fortaleza ubicada en medio del desierto, en la cima de una escarpada montaña y junto al Mar Muerto: lo que se dice inexpugnable. Desde allí, los zelotes hostigan a los romanos y desafían la autoridad del emperador. Y Flavio Silva debe poner las cosas en su lugar. No les voy a adelantar nada más, porque perdería la gracia, sobretodo para quienes desconocen la historia -que fue real- y que les va deparar alguna que otra sorpresa. Solo puedo recomendárselas en un 100%: una historia real, actores de primera, un guión de la hostia, una reconstrucción histórica impecable, personajes ricamente diseñados y un par de planteos filosóficos para meditar cuando el The End brilla en la pantalla, de esos que "Gladiador" no te puede dar.




40- Indiana Jones (1981, 1984, 1989)
La dirige: Steven Spielberg
Actúan: Harrison Ford, Seann Connery (en la última)

A Spielberg tendré que agradecerle largamente haber llenado mi infancia de fantásticas películas y personajes como E.T. o como el inolvidable Indiana Jones. El gran arqueólogo aventurero es un personaje de los de antes: lucha casi solo contra unos malos bien malos y por supuesto siempre gana, vive situaciones inverosímiles de las que siempre sale bien parado con el último aliento y, por supuesto, rescatará y enamorará una y mil veces a la chica de turno. Pero todo está sutilmente barnizado con una capa de risueño humor que lo descontractura, transformándolo en un homenaje a los héroes de aventuras de los libros infantiles: un Sandokán o un Príncipe Valiente, en versión siglo XX. Creo, además, que la elección de Harrison Ford para interpretar a Jones no pudo ser más acertada. El único que hubiese estado a la altura del compromiso en el nivel de Ford hubiese sido Clint Eastwood. Como antes con Han Solo, Ford se transforma para "ser" Indy, sin dejarte otra alternativa que creerte el personaje. Obviamente, es una película recomendable para chicos de cualquier edad (creo que a pesar de Pokémon y compañía, todavía los pequeñines pueden flashear con tesoros escondidos, países lejanos, poderes sobrenaturales, villanos de lo peor y héroes de lo mejor) y para cualquiera que desee, durante un par de horas, volver a tener 10 años.




41- Furia de Titanes (1981)
La dirige: Desmond Davis

Actúan: Harry Hamlin, Laurence Olivier, Burguess Meredith, Judi Bowker, Neil McCarthy

Estaba entre ésta y E.T., ambas casi de la misma época, pero terminé optando por esta, que sin dudas es cinematográficamente inferior a E.T., pero tallan otros motivos. El primero de ellos es que siendo el niño que era y teniendo los gustos que tenía cuando ví ambas, si bien lloré con la historia del simpático extraterrestre, a mí me gustaba que los extraterrestres fueran malévolas máquinas de destrucción y no tiernos enanitos lejos de su hogar. A eso habría que sumarla mi condición de fanático de la mitología griega desde mi más tierna infancia, y de la historia de Perseo y Medusa en particular. Entonces, cuando me llevaron esa historia al cine, con efectos especiales que en aquel entonces me parecieron espectaculares, no me iba a parar a pensar si las actuaciones fueron maderísticas o si en realidad algunos de los efectos utilizados -particularmente el Kraken- ya estaban para la jubilación. La cosa era tener a los héroes y dioses griegos en pantalla grande y tan mal no la deben haber hecho, porque incluso salieron muñequitos, como los de la Guerra de las Galaxias. Igual, no sé si me atrevería a verla ahora. No quiero arruinar gratuitamente un gran recuerdo.




42- Blade Runner (1982)
La dirige: Ridley Scott
Actúan: Harrison Ford, Rutger Hauer, Sean Young, Darryl Hannah

En la década del '80, Hollywood decidió dedicarse -entre otras cosas- a hacer remakes. “Fuego en el cuerpo” (1981) de Lawrence Kasdan, en realidad un remake maquillado de “Pacto de Sangre” (1944), fue un tremendo éxito y sirvió para introducir a una nueva generación en los sórdidos callejones del film noire. Una vez que ese lenguaje podía ser decodificado, se estrenó "Blade Runner", que manteniéndose absolutamente fiel a los cánones del film noir clásico, lo trasladó al futuro, inaugurando un nuevo género: el tech-noir o cyber punk, término popularizado por el libro de culto “Neuromante”, de William Gibson. Era cine negro sí, pero poblado por androides, chicas peligrosas -aunque esta vez podían ser robots, cyborgs, extraterrestres o, en este caso en particular, replicantes- humanos en mundos post apocalípticos y los antihéroes de siempre, a veces en mundos no tan lejanos, aunque siempre peligrosos.

Esta obra maestra de Ridley Scott, inaugural en más de un sentido para el cine contemporáneo, cuenta la historia de Rick Deckard, el clásico policía retirado de Los Angeles, aunque en el año 2019, y ese LA es absolutamente distópico. En un mundo decadente -la puesta en escena es magnífica- Los Blade Runners -un cuerpo especial de policía- se dedican a cazar a aquellos replicantes (androides de aspecto humano fabricados para llevar a cabo labores peligrosas en las colonias exteriores) fugitivos que se encuentran en la Tierra. Es que los replicantes fueron declarados ilegales tras un sangriento motín, ya que pretenden llevar adelante una vida normal, libre. Deckard, un ex blade runner, es convocado por su antiguo jefe para acabar con un grupo particulrmentepeligroso de replicantes. Pero el contraste entre la decadencia que lo rodea -una sociedad hiperconsumista y totalmente polarizada- y la desesperada ansia de vivir de los replicantes hará que Deckard empieza replantearse un par de cosas.




43- Gandhi (1982)
La dirige: Richard Attenborough
Actúan: Ben Kingsley, Candice Bergen, Martin Sheen, Edward Fox

¿Por dónde empezar a hablar de esta película? ¿Acaso por los 8 merecidísimos Oscars, que incluyeron mejor película, director, actor, guión y fotografía? ¿O tal vez por sus muchas singularidades, entre los que se destaca la presencia de más de 300 mil extras para una escena que apenas dura dos minutos, una marca jamás alcanzada en ningún film hasta entonces y que difícilmente se supere? ¿Vale referirse a que la formidable caracterización de Gandhi llevada a cabo por un ignoto actor llamado Ben Kingsley fue tan impactante, que muchos campesinos hindúes pensaban que se trataba del fantasma del Mahatma? Todos datos jugosos, que llenarán las pancitas de los cazadores de récords, los contabilizadotes de estadísticas, o los amantes de trivias. Pero que poco dicen de la dimensión histórica y artística del filme de Attenborough. “Gandhi” es una de esas películas a las cuales cualquier elogio le queda chico, las loas no alcanzan para hacerle justicia. El filme es un homenaje tan sentido como ajustado a Mohandas Karamchand Gandhi, el hombre que liberó a la India del dominio británico sin disparar un solo tiro, sin derramar una sola gota de sangre, a través de la doctrina de la “no violencia”. Con las lecciones perfectamente aprendidas del maestro David Lean, Attenborough utiliza con sutileza el magnífico entorno de la India para hacerlo un personaje más de la película; nos sumerge junto a Gandhi en esa inabarcable paleta de diversidades multidimensionales, para darnos una perspectiva cabal de la titánica tarea que emprendió ese hombre diminuto, en su empeño por unir al país con el único –pero inconmensurablemente poderoso- argumento de una integridad moral y una voluntad sin parangón en la historia política mundial. Ben Kingsley, en una actuación deslumbrante, simplemente se transforma en Gandhi, y nos permite recorrer los cuarenta años que van desde los oscuros tiempos en que era un módico abogado en Sudáfrica, llevando una vida netamente “britanizada”; pasando por su constatación de que para entender a su pueblo debía ser parte de él; y su consecuente transformación en el líder de la independencia india, aquel al que sus seguidores llamaron “Alma grande”. Richard Attenborough nos legó una de las mejores películas del siglo XX pero, por sobre todas las cosas, nos regaló el honor de ponernos cara a cara con ese alma, en su incontenible trayecto hacia la inmortalidad.


44- El enigma de otro mundo (1982)
La dirige: John Carpenter
Actúan: Kurt Russell, Donald Moffat, Richard Dysart

Un Siberian Husky corre por la nieve, perseguido por un helicóptero desde el que le disparan dos muñecos que hablan en un idioma nórdico. El perro llega a una base norteamericana, lo que le permite conseguir refugio y a nosotros saber que están en el Ártico. Los dos tipos que se bajan del helicóptero están completamente sacados y empiezan a tirarle a todo aquello que anda dando vueltas. Los yanquis no entienden nada y no les queda otra que liquidar a uno de los dos trastornados, mientras el otro se suicida con una granada.Dos representantes de la base estadounidense viajan hacia la base noruega de la que llegaron el par de alucinados, tratando de entender tan bizarro comportamiento. El cuadro que encuentran no es muy alentador que digamos: están todos muertos, la base destruida y todo el enigma parece girar en torno a un bloque de hielo del que ha sido extraído algo. Claro que ese algo ya no está allí... Ese algo ya está en la base norteamericana, dentro del Hiberian Husky que dormita en el canil. Ese algo está listo para salir de allí, listo para alimentarse aprovechando su capacidad para mutar en todo aquel ser que mata. Antes de que se den cuenta, todos los miembros de la base estarán a merced de La Cosa, la cual puede estar dentro de cualquiera de ellos. Una película que te mantiene en tensión constante durante cada minuto que dura, en una alquimia perfecta de paranoia y claustrofobia que te va a dejar los nervios de punta. Altamente recomendable para ver con un grupo de amigos: cuando la película termine ya no los vas a mirar igual...

45- The Wall (1982)
La dirige: Alan Parker
Actúa: Bob Geldof

Bueno, creo que no existe ser humano sobre esta Tierra que no haya visto esta película. Y buena parte de esos seres humanos, entre los que me incluyo, la hemos visto quichicientas millones de veces. En conscuencia es casi imposible decir por qué nos gusta, ni encontrarle puntos flojos, ni analizarla demasiado. Como en una suerte de video clip de 99 minutos, Alan Parker intentó plasmar en imagenes las visiones que Roger Waters había hecho música un año antes. El resultado es un viaje enloquecedor al centro mismo de la alienación más absoluta, al compas de la música de uno de los mejores discos del siglo XX. No hay mucho más que agregar.



46- Scarface (1983)
La dirige: Brian de Palma
Actúan: Al Pacino, Michelle Pfeiffer, Mary Elizabeth Mastrantonio, Steven Bauer, Robert Loggia

Al Pacino dejó en claro que podía ser un gangster de antología con su brillante Michael Corleone de la trilogía de "El Padrino". Al punto que -junto a Robert De Niro- se convirtió en un abonado a ese papel. Pues bien, su primer experiencia extra Padrino en el cuerpo de un mafioso fue "Scarface" de Brian de Palma, una re versión de uno de los primeros clásicos del género (la original es de 1932 y estuvo dirigida por Howard Hawks). Claro que se trata de una nueva versión y no de un remake, ya que hay múltiples diferencias formales con el original (que es tan buena como esta, me consta), aunque mantiene su esencia: la desmitifación del gangster. En los 30''s muchos veían a los mafiosos como casi unos Robin Hood del siglo XX, mientras que otros tantos sentían que era la manera más directa de escapar de la pobreza. La versión del ''32, vino a mostrar el mundo del hampa en toda su impiadosa crudeza, convirtiéndose en una de las películas más sangrientas de su época. Y, después de "El Padrino", cuando muchos volvían a mirar con ojos románticos el mundo del delito organizado, aparece esta versión de Di Palma para poner las cosas en su lugar. "Scarface" de Di Palma entrega una formidable actuación de Pacino, encarnando al cubano Tony Montana, un traficante de drogas de poca monta desesperado por transformarse en un capo mafia. El tipo va a hacer literalmente cualquier cosa para lograr su objetivo, desde cagarle la mujer al jefe, hasta liquidar al propio jefe. Y todo hiperenergizado por cantidades industriales de cocaína. De hecho, la película corre al ritmo de la cocaína: todo es exagerado, extremo, acelerado, casi frenético, para caer sorpresivamente en "bajones". Ese lenguaje está muy sabiamente utilizado por Di Palma y alcanza su máxima expresión en un final de antología. Y la película, como su antecesora, es también muy sangrienta, tanto que los tonos rojizos son los más utilizados como lenguaje visual. "Scarface" es un filme extremadamente violento, aunque la violencia fáctica que llamó la atención en su momento quede ahora opacada tanto por nuevas películas como por la realidad. La violencia que no ha perdido vigencia y que la hace trascendente es la de la realidad que refleja. Son casi tres horas, es cierto, pero díficil que alguien se quede dormido en el camino...

PD: Estuve en la duda de poner ésta o la original, que es realmente formidable. Pero me incliné
por esta por poseer la gloriosa frase: "Say hello to my little friend!", ausente en la original.



47- Zelig (1983)

La dirige: Woody Allen

Actúan: Woody, Mia Farrow

Leonard Zelig, más conocido como "El Camaleón Humano", es un personaje absolutamente extraordinario y el filme es un documental sobre su particular vida. Es que Leonard Zelig posee la increíble capacidad de mimetizarse con cualquiera que esté a su alrededor... literalmente. Si se encuentra en un bar de New Orleans, se volverá negro y músico de jazz. Si por casualidad asiste a una sinagoga, se convertirá en un rabino. Lo más complejo del caso es que todas estas fantásticas transformaciones se dan contra su voluntad. Sencillamente: no puede evitar que ocurran. Así, deambulará por el mundo, interviniendo de manera tan determinante como casual en cruciales momentos históricos e inspirando modas musicales y bailes peculiares. Será la psiquiatra Eudora Fletcher quien intente investigar y comprender el fenómeno Zelig. Y será ella la que descubra que su paciente padece el más humano de los problemas: inseguridad. Esta hilarante comedia de Woody Allen en clave de "documental" precedió a Forrest Gump nada menos que 11 años antes y es una clara demostración del genio gigantesco de este pequeño duende neoyorquino.



48- Amadeus (1984)
La dirige: Milos Forman
Actúan: F. Murray Abraham, Tom Hulce, Jeffrey Jones

Mozart es mi compositor clásico preferido y le saca un par de cuerpos a otro par de "nenes" que admiro inconmensurablemente como Beethoven, Bach y Tchaikovsky. Y el checo Milos Forman no solo tuvo la fortuna de vivir su infancia en la mágica Praga, también es un director de aquellos, algo que se puede disfrutar en "Atrapado sin salida", "Hair" y en... "Amadeus". Que un director enorme haya decidido narrar la vida de un genio es de por sí interesante. Pero lo mejor de esta película fue el modo elegido por Forman. Siempre existieron diversas teorías de las causas reales de la muerte de Mozart, habitualmente se cree que murió de sirrosis, hay quien dice que de sífilis y hay quienes dicen que fue enveneado. Si esta última opción fuera cierta, la pregunta es ¿por quién y por qué? Forman pone las respuestas en boca de Antonio Salieri, compositor de la corte del emperador austro húngaro José II, no bien empieza la película. Un Salieri envejecido y lunático, carcomido por treinta años de remordimientos, confiesa que fue él quien asesinó a Mozart, él, aunque el "veneno" que utilizó se llamó "Requiem", una obra encargada que terminó por apagar la breve vida del genio. ¿Por qué lo hizo? Por envidia, por supuesto, por que no podía tolerar el más cruel de los chistes que Dios le había hecho: que un personaje tan vulgar, tan mundano, tan humano como Mozart fuera capaz de crear música divina, que parecía surgida de las entrañas mismas de Dios. Desde este enfoque Forman nos introduce en la vida del genio y su paradoja, porque es cierto: Mozart creó música para la que no alcanzan los elogios y sin embargo llevó una vida disoluta y vulgar. Es más... ¡él fue el primer rock star! Mozart era, evidentemente, un espíritu libre a través del cual fluía esa música maravillosa, mientras que Salieri representa la tragedia del esfuerzo ausente de genio. Sumémosle a este enfoque estupendo, la música -para muchos esta película puede resultar la manera de descubrir y enamorarse del arte de Mozart-, las impecables actuaciones, el humor irreverente, la formidable dirección, el guión... todo confluye en una película perfecta. Difícil agregar algo más a ese concepto.



49- Hannah y sus hermanas (1986)
La dirige: Woody Allen
Actúa: Woody, Mia Farrow, Barbara Hershey, Carrie Fisher, Michael Caine, Max Von Sydow

Estupenda tragicomedia del gran Woody, que relata la vida de tres hermanas: Hannah, Holly y Lee. Hannah es la más grande y madura, en quien las otras se apoyan emocional y económicamente. Está casada con Elliot, que es empresario, y quien está muerto por Lee. Lee es la más chica y está de novia con Freederick, un pintor minimalista excesivamente intelectual, bastante mayor que ella y quien la trata no tanto como novia y sí como una suerte de discípula. Holly, por su parte, no sabe muy bien que quiere, las tres vienen de una familia de artistas y ella busca triunfar como actriz, pero fracasa una y otra vez. Y claro, está Woody, en un papel memorable como Mickey, un productor de televisión hipocondríaco que estuvo casado con Hannah, se divorció de ella y tuvo una cita desastrosa con Holly. Como verán la cosa viene llena de potenciales conflictos y cruces entre las historias de cada una de las hermanas que le van a dar el sabor dramático a la película, mientras la historia paralela del personaje de Woody te llevan a momentos que te van a hacer llorar de risa. Woody siempre parte más o menos de los mismos temas: el sexo, la muerte, las relaciones entre las personas, la fidelidad, el amor, la existencia o inexistencia de Dios... Pero en cada filme los aborda desde un ángulo distinto. Y, como en otros, no consigue llegar a satisfacer sus propios planteos e inquietudes -expresados en la trama y el guión- sí lo logra en "Hannah y sus hermanas", quizás la más optimista de sus películas. El sabor de las películas de Woody no esta dado tanto por la manera en que están filmadas como sobre qué se dice en ellas. "Hannah y sus hermanas" no solo no es una excepción en ese sentido, sino que es probablemente la más acabada expresión de las inquietudes allenianas. Indispensable.



50- Platoon (1986)
La dirige: Oliver Stone
Actúan: Willem Defoe, Tom Berenger, Charlie Sheen

Considero a "Platoon" como una de las mejores películas de guerra que ví en mi vida. Y ví muchas. Paso a explicar cuáles son, a mi juicio, los motivos para tal aseveración. La película salió en 1986 y los antecedentes sobre filmes de Vietnam pasaban desde "Los boinas verdes" con John Wayne hasta "El Francotirador" con Robert De Niro, desde "Apocalipsis Now" hasta "Rambo". Pero a todas ellas le faltaban cinco para el peso: "Los boinas verdes" era propaganda norteamericana, "Apocalipsis Now" se terminaba enredando en sus propios vericuetos y "El Francotirador" y "Rambo" (la primera, no las fantochadas que le siguen) se centraban más en el regreso a Estados Unidos que en la guerra en sí. "Platoon" rompió todos esos esquemas y reunió todo lo que una buena película debe tener. Vamos por partes:
La historia: Un estudiante llamado Chris Taylor se enrola en el ejército para ir a pelear a Vietnam, en defensa de los valores de su nación y contra el aterrador cáncer del comunismo. Viaja pletórico de ideales y sentimientos de gloria guerrera. Una vez allí queda al mando de un teniente inútil y empieza una larga serie de descubrimientos. El primero de ellos es que el verdadero poder se lo disputan dos sargentos. Uno de ellos es Elías, un tipo recto y ético, que lucha con enorme valor y lo hace por sus hombres, ya que no cree más en las motivaciones de esa guerra. El otro es Barnes un tipo con pelotas de acero pero carente de escrúpulos. El pelotón de marras que él integra está dividido en dos grupos, cada uno de los cuales se alinea detrás de alguno de los dos sargentos. A medida que pasen sus días en Vietnam, Chris se dará cuenta lo absurdo de los ideales que lo llevaron allí y comenzará a reemplazarlos por el espíritu de cuerpo que caracteriza a los combatientes y por el natural instinto de supervivencia. Y también se enfrentará a una serie de dilemas éticos que se desprenden del día a día en una guerra.
Las virtudes: El filme de Oliver Stone es tan superior a los que mencioné primero por contar con un rosario de aciertos. El primero de ellos es el gran realismo, el tipo te mete en un "tour de force", cámara en mano, que solo fue superado -a mi juicio- por los primeros veinte minutos de "Rescatando al soldado Ryan". Los combates son cruentos, sucios, confusos como son los combates reales y no como los pulcros enfrentamientos de las películas yanquis sobre la Segunda Guerra. El segundo son los detalles. Stone está en todo para llevarte a lo cotidiano de aquella guerra. Los tipos fuman marihuana o se ponen en pedo o juegan a las cartas mientras escuchan a Hendrix o se masturban o extrañan a la novia o hacen lo imposible para que los manden de vuelta a casa o lo que sea, ese realismo le hace mucho bien a la película. El tercero es que hay aquí cero propaganda yanqui. Más bien lo contrario. Al punto que muchos nacionalistas yanquis salieron a criticar a Stone porque él había sido pacifista durante la guerra y no había ido. Pero justamente la película trata sobre el derrumbe de esos ideales y muestra las aberraciones que cometieron los tipos contra poblaciones civiles. El cuarto es la excelente gama de personajes y la interacción entre ellos. Nuevamente es tan real que no podés dejar de compenetrarte con la historia, a lo que hay que sumarle que los actores son de la hostia: Tom Berenger, Willem Defoe, Jhonny Depp, Forest Withaker, Kevin Dillon y el mismo Charlie Sheen. Definitivamente, si tienen ganas de ver una película de guerra con contenido y políticamente incorrecta, "Platoon" es una inmejorable elección.

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2 Comments:

Blogger Fede / Billie said...

Entre las pelis que le escapan al ranking genérico destaco "Interiors", del primer Woody, que vi este año y me gustó mucho. Lo que se dice una peli de personajes. Muy cuidada, thumbs up.

Abrazo

PD: No sé si ahí por fines de los ochenta vas a tener a otra enooorme peli bélica como "Full Metal Jacket".

8:24 AM

 
Anonymous Anonymous said...

No podía faltar Woody si empezábamos con la década del 70, y ahí está con varias!!!

;)

Me gusta la inclusión de pequeños placeres culposos de niño, porque sin duda son los primeros que hemos tenido cuando conocíamos el cine.

Un abrazo!

6:20 AM

 

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