Friday, September 14, 2007

Música para una isla desierta Vol 1

Siguiendo la tendencia de mi último post, voy a hacer una listita de cien discos que me llevaría a una isla desierta: Uno de los condicionamientos que me autoimpuse fue el de no repetir artistas -si no lo hiciera, habría algunos de los que me llevaría casi todos los discos-, además son todos artistas de 1930 para acá, y son todos angloparlantes (que asqueroso vendepatria que soy). En fin... Acá van los primeros veinte, con una breve síntesis explicatoria para cada uno. ¡Ah! No están en un orden muy ajustado, es apenas medianamente cronológico y según me venían a la cabeza.





1- King of the delta blues

Robert Johnson (1997)
Temas clave: Crossroads, Love in vain, Sweet Home Chicago

¿De qué hablamos cuando hablamos de blues? Hablamos de Robert Johnson. Hablamos del guitarrista que vendió su alma al diablo en un cruce de caminos. Hablamos del hombre que en dos años pasó de ser un don nadie a convertirse en el mejor guitarrista del Mississippi. Hablamos de aquel que murió en el pico de su éxito, asesinado por un marido celoso. O al menos eso dice la leyenda.

La realidad dice que Robert Johnson es uno de los nombres claves del blues y que este disco reúne absolutamente todo lo que alcanzó a grabar en su corta trayectoria artística. Cualquiera que pretenda empezar a escuchar blues debe necesariamente empezar por Robert Johnson. Si les cabe alguna duda, pregúntenele a Keith Richards, Eric Clapton, Jimi Hendrix o Jimmy Page, que le rezan todas las noches.


2- Piano on the Foreground
Duke Ellington (1961)
Temas clave: Fontainbleau Forest, It's Bad to Be Forgotten, A Hundred Dreams Ago

Este disco casi olvidado del gran Duke, es una joya, un tesoro escondido. Fue una de las varias grabaciones que hizo a principios de los '60, de sus canciones menos conocidas en distintos formatos. En este caso se trata de un trío conformado por Aaron Bell en bajo, Sam Woodyard en batería, y Ellington en piano. Lo dicho, hayvarias gemitas olvidadas, aunque también standards como "Summertine", interpretados aquí con exquisitez suprema. Lejos está la estridencia de las big bands, este disco es sutileza pura, hecha de seda.


3- Kind of blue

Miles Davis (1959)
Temas clave: So what!, Freddie freeloader, Flamenco sketches

"Kind of blue" es, sin lugar a discusiones, uno de los mejores -sino EL mejor- y más representativos discos de la historia del jazz y de la música contemporánea. Miles Davis, el gran dios de la trompeta, reunió a un grupo integrado por lo más selecto del jazz: John Coltrane en saxo tenor, Bill Evans y Wynton Kelly en piano, Paul Chambers en bajo, Julian Adderley en saxo alto, Jimmy Cobb en bata y él, por supuesto, en trompeta. A ver si se entiende, es como que vos vas a jugar un campeonatito de barrio y tu equipo forma con: Fillol; Baresi, Samuel, Passarella, Roberto Carlos; Zidane, Riquelme, Maradona; Saviola, Van Basten y Owen. O sea, si no salís campeón con treinta puntos de ventaja... Encima Miles hizo la gran Menotti, les dijo "vayan y hagan lo que saben" y claro, estos tipos algo sabían. Entonces te dan la más hermosa, la más disfrutable pintada de cara que puedas imaginar. O no, dificil de imaginar, si uno no lo escucha.
Esto es jazz modal, lo que hace que la música -a pesar de su complejidad- suene totalmente accesible, un suave groove y melodías llenas de sutileza y estilo que brotan suavemente de los parlantes suspendiéndote en el cielo durante casi una hora. Además, los músicos no habían ensayado previamente los temas. Entraron en el estudio, Miles les dio las partituras, prendieron el REC y empezaron a tocar. Esto es, en consecuencia, espontaniedad pura, música brotando del alma de músicos geniales unidos por una química absoluta. No sé, solo me queda ser muy contundente: si no te gusta "Kind of blue", entonces no solo no te gusta el jazz, directamente no te gusta la música, o no te gusta vivir.

4- Blue train

John Coltrane (1957)
Temas clave: Blue train, Lazy brid, I'm old fashioned

No voy a ponerme a explicar quién fue John Coltrane. Solo puedo decirles que empezé a escuchar jazz a través de él y fue amor a primera escucha. Para mí, Coltrane fue el más grande de todos, cosa que muchos se sentarán a discutir larga y vanamente. No tiene demasiado sentido en realidad tratar de definir tales minucias. Mucho mejor es ocupar el tiempo en escuchar a este genio del jazz -de la música, en realidad- y pocos discos son más adecuados que "Blue Train", donde por primera vez Coltrane lidera el asunto. Las disqueras que lo tuvieron como sesionista se dedicaron a reeditar el material en el que él aparecía, como si se tratara de obras en las que él era el "lead man", pero en "Blue Train" lo fue realmente. Por eso es ideal para empezar... y también porque es un disco fenomenal, en el que Coltrane brilla en todo su esplendor tanto haciendo hard bop ("Locomotion", "Moments notice") como tocando baladas ("Blue train", "I'm old fashioned") o simplemente llevando al cielo jazzero ("Lazy bird") e igualmente como intérprete que como compositor, ya que cuatro de los cinco temas que componen el álbum le pertenecen. Coltrane nunca temió experimentar en su breve pero imponente carrera (murió a los 40 años), avanzando de las formas más convencionales del jazz hasta terminar haciendo, hard bop y free jazz. Pero a la vez tocaba con una sensibilidad, una pasión y un buen gusto que hacen inevitable enamorarte de su música en cuanto empieza a sonar. Todo aquí es exquisito y deleitable. Y pensar que hay gente que gasta su dinero en comprar un disco de Kenny G pensando que eso es tocar el saxo...


5- Monk's Dream

Thelonious Monk (1962)
Temas clave: Monk's dream, Just a gigolo, Bright Mississippi

Thelonius Monk es el clásico ejemplo de por qué odio a los puristas. El tipo tuvo que bancarse diez años de críticas y desprecio continuos por su particular manera de tocar y componer. Es que Monk, por ejemplo, "no tocaba bien" para los parámetros de los adoradores de la técnica. Él aporreaba el piano, literalmente, y eso estaba muy mal visto. Además la manera de manejar los espacios y silencios, el fraseo rítmico de sus solos, llevaron a que incluso muchos jazzeros no lo entendieran y pensaran que estaba loco, algo a lo que ayudaba su personalidad (era muy introvertido) y apariencia. Claro, esa era la manera de tocar de Monk y él la mantuvo a viento y marea hasta que, diez años más tarde la gente se dio cuenta de que el tipo era un genio. Monk es el creador de algunos de los más gloriosos standards de jazz como "Round Midnight", "Straight no chaser", "Blue monk", "52nd Street theme" o "Well you needn't". Fue un pionero del jazz modal y el hard bop, lo que dejó sentado en sus mejores discos: "Brilliant Corners", "Monk's Dream" -quizás el mejor de los tres, y el primero con su cuarteto clásico junto a Charlie Rouse, John Ore y Frankie Dunlop- y "Underground", cuya adquisición recomiendo con los ojos cerrados. Thelonius Monk fue un vanguardista, totalmente apasionado por su arte sin igual. Para disfrutarlo solo hace falta abrir los oídos y el corazón. Nada más.

6- Greatest Hits
Chuck Berry
Temas clave: Roll over Beethoven, Carol, Johnny B. Goode

"Si hubiera que darle otro nombre al rock and roll, podrías llamarlo Chuck Berry" (John Lennon)

Sin este muchacho el rock, como lo entendemos, no existiría. De hecho, es probable que ni siquiera existiría en cualquiera de sus formas. Olvídense de Elvis, Little Richard, Buddy Holly... El padre del rock and roll se llamó Chuck Berry. Gracias a él nacieron los Beatles, los Rolling Stones, Bob Dylan, The Who, los Small Faces, los Animals, Hendrix... de hecho casi cualquier prócer de los 60's que se te ocurra. Ellos llegaron al blues a través de Berry, pero al mismo tiempo no pudieron escapar al influjo devastador de un tipo que transformó ese blues en esa música revolucionaria llamada rock and roll. Chuck Berry inventó no solo los riffs, sino los ritmos del rock and roll. Inventó la manera en que una guitarra de rock debe ser tocada y cómo debe hacerse un solo de rock and roll. Inventó la actitud que un rocker debe tener sobre el escenario (pregúntenle a Angus Young a quién le copió su célebre pasito), la manera en que debe cantar, el fraseo y, ya que estaba, escribió un rosario de increíbles canciones, que se convirtieron en standards: "Carol", "Rock and roll music", "Johnny B. Goode", "Roll over Beethoven", "Maybelline", "My ding a long", "Sweet little sixteen", "Memphis Tennessee", "No particular place to go", "You never can tell", "School day", "Too much monkey business", "Little Queenie", "Back in the USA"... Y puedo seguir. Cualquier tipo que diga amar el rock -y ni que hablar cualquier tipo que quiera tocar rock- tiene aquí su primera y definitoria materia de estudio.

7- Elvis Presley

Elvis Presley (1956)
Temas clave: Blue suede shoes, Heartbreak hotel, Blue moon

Si Chuck Berry inventó el rock and roll, Elvis le dio una cara y una voz. En tiempos en los que solo se concebían los singles, por otra parte, Elvis fue el primero en arriesgarse a lanzar un long play. Lo hizo, además, como debut en su nuevo sello: RCA Records. Es decir, era una movida arriesgada por donde se la viera y lo cierto es que practicamente nadie confiaba demasiado en el resultado. Claro, eso hasta que Elvis empezó a cantar "Blue Suede Shoes", el tema de Carl Perkins... Entonces quedó claro que estaba por producirse un quiebre dentro de la historia del rock, cuyo protagonista iba a ser el muchachito de la pelvis. Porque el disco fue el primer larga duración de ese género todavía en pañales, porque sería el primer disco pop en recaudar 1 millón de dólares de entonces para RCA y porque sería el primer disco de rock en trepar a velocidad de la luz al primer puesto de los rankings norteamericanos. Queda claro que se trata de, casi casi, el álbum que epitomiza el nacimiento del rock and roll. Y es también aquel con el que Elvis dispara su leyenda, inevitable si se consideran esa voz, ese jopo, esa cara, esa pelvis... Elvis fue el hombre indicado en el momento indicado, y no dejó escapar su oportunidad. Claro que nada es casualidad. Porque El Rey no es solo un ícono sin méritos artísticos. Elvis hizo una reinterpretación de temas de rock, R&B, blues, country, pop, gospel y bluegrass que nadie había hecho hasta ese momento y que nadie podría emular. Además supo fusionar el country con el blues para crear un género que sería la esencia de sus primeras -y definitivamente mejores- grabaciones: el rockabilly. He ahí el primer gran aporte artístico de Elvis al rock and roll. Pero no fue el único. Desde la imagen, Elvis le insufló un ingrediente que es esencial al rock: sexo... y en cantidades industriales. También sentó una marca difícil de alcanzar en cuanto a de qué manera un cantante DEBE adueñarse del escenario por completo. Como si todo esto fuera poco, su tremenda voz hacía que el tema más lamentable tomara vida e incluso pareciera bueno. Además, Elvis fue el encargado -gracias a su éxito devastador- de convertirse en la primera estrella internacional de rock, llevando este género a popularizarse a nivel mundial. Es cierto, con el paso del tiempo, Elvis se fue convirtiendo en una parodia de sí mismo. Pero no importa, su aporte al rock había sido definitivo. Basta escuchar este o cualquiera de sus discos del '55 al '65, o saber que es el tipo que más singles vendió en la historia del rock and roll, para comprobarlo.

8- Revolver

The Beatles (1966)
Temas clave: Tomorrow never knows, Taxman, Eleanor Rigby

Los de Liverpool son una de mis dos bandas favoritas - la otra es Led Zeppelin- con lo que me cuesta un huevo y medio elegir un solo disco. Pero, en un esfuerzo de edición memorable, opto por este enorme disco, punto de inflexión en su carrera. Acá fue donde los Beatles se metieron en serio con la psicodelia, después de los tanteos de Rubber Soul. En Revolver dejaron de ser el mejor grupo pop para convertirse en la banda más grande de la historia. Mucha gente habla de "Sgt Pepper..." como el gran disco de los Beatles; si bien me parece un muy buen trabajo, creo que Revolver es mucho más trascendente porque fue donde se produjo un quiebre dentro del trabajo de los Beatles. Tan solo alcanza con escuchar Tomorrow never knows, el concepto artístico -estructura, producción, grabación- de esa canción está a años luz de lo que hacían los demás en 1966. Fue ese salto de calidad que los transformó en leyenda.



9- The Doors

The Doors (1967)

Temas clave: The End, Break on through, Light my fire

Hace unos años, mi amiga Magalí me preguntó cuál fue la banda que me salvó la vida. "The Doors", fue mi respuesta instantánea. Escuché a los Doors por primera vez cuando tenía 11 años y, más allá de quedar hipnotizado por The End, no los entendí. Los retomaría muchos años después, cuando estaba desesperadamente necesitado de la mano de un extraño. Y bien, el extraño no fue otro que Jim Morrison, y el disco salvador fue "The Doors", el primer, magnífico e insuperable trabajo de la banda. En 1967, año en que salió, produjo una ruptura total de los cánones de lo que había sido el rock hasta ese momento. Lo que los Stones y Dylan habían insinuado, Morrison lo escupió en la cara de la sociedad americana. Mientras las otras bandas invitaban al amor floral, los Doors incitaban a la rebelión más incendiaria: la de la conciencia. Y bastó un solo tema, The End, para hacer estallar la psiquis de los norteamericanos.


-¿Padre?


-Sí, hijo...


-Quiero matarte...


-¿Madre? ¡Quiero...!


Ese diálogo antológico de The End, con su brutal carga psicológica, era una invitación-exigencia a una generación: era hora de desligarse de las ataduras que los sometían a unos padres temerosos de lo que vendría, incapaces de comprender esa juventud ardiente de deseo. Era una reivindicación, era decir "no somos como ellos ni tenemos por qué serlo. No está mal ser lo que somos. Llegó la hora de matar todo aquello que nuestros padres representan ("¡Maten, maten, maten!" exige Jim en la apoteósis del tema)". Algo que hoy quizás parezca una mandato esencial del rock and roll -absolutamente bastardeado y ascéptico, en los tiempos que corren- fue lo que Morrison encendió con The End. Claro, si solo fuera The End, pero se trata de un debut perfecto, en el que se mezclan rock, Rimbaud, psicodelia, Freud, blues, sexo y vodeville. El disco estalla desde el inicio con Break on Through, y no da respiro hasta el final apoteótico con The End, fluyendo como una liberación. Light my fire, Take it as it comes, End of the night, The Crystal ship, Alabama song, Backdoor man... es demasiado.




10- The Velvet Underground & Nico

The Velvet Underground & Nico (1967)

Temas clave: Venus in Furs, Heroin, Waiting for the man

Banda y disco de cabecera, de esos que te transforman por completo tu percepción de la música, no tengo dudas de que es uno de los diez mejores discos de la historia del rock. Apareció en el maravilloso año de 1967, año de discos grosos si los hay, entre los que terminó pasando desapercibido. La escasa atención que concitó se debió al hecho de haber sido "producido" por Andy Warhol y a la presencia de la belleza glacial de Nico, muñeca germana de Warhol. Suele suceder que la gente se detenga en el envase antes que en el contenido, es bastante humano. Pero aún así sorprende que el público pueda haber sido tan obtuso de no "ver" un disco como éste. A la larga la historia hizo justicia y, mucho tiempo después de que la Velvet hubiera dejado de existir, el disco es considerado uno de los más influyentes de la cincuentenaria vida del rock. Pero, ¿por qué?, ¿qué tiene de especial? ¡Uf! ¡Tantas cosas! Veamos. Por ejemplo, las letras hablan como nadie de temas que nadie había tocado hasta entonces, o no con tanta crudeza, con tanta oscuridad. El New York decadente, subterráneo (al que Lou nos invitaría a "Take a walk on the wild side", unos años después) e infinitamente más real que la Estatua de la Libertad o la Quinta Avenida, es desnudado por las viciosas palabras de Lou Reed. Las letras están llenas de brutal poesía, cruda y decadente. Esas letras se hacen "uno" con la música en una comunión completa. Uno escucha "Venus in Furs" y se arrastra a lamer las botas de cuero sado. Con "Waiting for the man" uno siente la ansiedad desesperada por conseguir drogas y viaja hasta Harlem para hacerlo. En "Heroin" esa ansiedad se ve satisfecha y uno experimenta el latido de la muerte entrando en las venas... Las canciones son perfectas: desde el pop sencillo de "I'll be your mirror" (con sus sabias palabras) o Femme Fatale a la experiencia sonora que supone "Black Angel's Death Song" o "European Son", a partir de donde Sonic Youth construiría su carrera. Y si hablamos de sonidos: allí están las guitarras drogonas de Reed y Morrison, la percusión tribal de Tucker y, por supuesto, los arreglos absolutamente excepcionales a cargo de Cale (uno ya no es el mismo después de escuchar su viola en "Venus in Furs" o en "Heroin"). Como dijo alguna vez Brian Eno: "Es el disco a partir del cual formas una banda de rock". Television, The Smiths, Joy Division, Jane's Addiction, R.E.M., Sonic Youth... son la mejor prueba de ello.



11- Who’s next

The Who (1971)

Temas clave: Baba O'Riley, We won't get fooled again, Behind blue eyes

No conformes con darnos a los Beatles, los Stones y los Kinks, Inglaterra nos regaló a los Who, una de las mejores, originales y más poderosas bandas que ha dado el planeta. Y "Who's next" es un disco que encuentra a la banda -y particularmente al genial Pete Townshed- en pleno pico creativo. Es un disco bien de los 70's en sus concepción (grandilocuente, arriesgado, pretencioso) pero totalmente atemporal en su resultado: canciones memorables, en las que The Who hace gala de todas sus facetas: desde su conocida potencia, hasta su eclecticismo y capacidad melódica. Rock, hard rock, blues, pop, experimentos sonoros y musicales enmarcados dentro de canciones perfectamente estructuradas te transportan a un tiempo en el que había bandas en serio y donde el riesgo era permanente.




12- Face to face

The Kinks (1966)

Temas clave: Too much on my mind, Dandy, Sunny afternoon

Este disco fue a los Kinks, lo que "Revolver" fue a los Beatles. En "Kontroversy", los Kinks dejaron de hacer excelentes canciones pop para empezar a explorar otros terrenos. Y en éste, su sucesor, la banda entró de lleno en su período "clásico" de discos con una unicidad conceptual claramente vertida en las letras de Ray Davies -mordaces caracterizaciones de diversos personajes que estereotipaban las desigualdades de clase de la sociedad británica-, mientras musicalmente se percibe una tremenda maduración, un enorme salto hacia adelante. Aquí los Kinks dejaron de ser una gran banda de pop británico para convertirse en uno de los íconos del pop/rock de los 60's. Atrás queda el riffeo crudo y poderoso de sus discos previos, a cambio de una elaboración artesanal de las canciones, llenas de melodías y coros memorables, todo enmarcado en música mucho más sutil, sofisticada y arriesgada, ampliando ostensiblemente la paleta de sonidos de la banda con la utilización de instrumentos como harpicordios, vientos, percusión oriental y un fuerte sabor a psicodelia sobrevolando el disco. A eso se le suma que hubo muchísimo más cuidado en la producción, es evidente como se ha expandido el sonido respecto a sus discos anteriores, casi parece el trabajo de otra banda. Y en parte lo es, "Face to Face" es el reflejo una banda entrando de lleno en su mejor momento y escribiendo un clásico como testimonio.


13- There are but four small faces

The Small Faces (1968)

Temas clave: Itchykoo Park, Tin soldier, Here comes the nice

Simplemente la obra maestra de los Small Faces, y uno de los mejores discos mod de todos los tiempos. Aquí la banda muestra una evolución asombrosa, en términos compositivos y -especialmente- en la producción. Comparado con sus discos previos, parece otra banda, particularmente en el estupendo sonido. Joyas como las canciones mencionadas, son clásicos instantáneos de la música británica, alquimia perfecta entre melodías pop y experimentación psicodélica. No se puede pasar por la vida sin haber escuchado ese coro tan drogón como adictivo de Itchykoo Park.


14- After bathing at Baxter’s

Jefferson Airplane (1967)

Temas clave: The last wall of the castle, Spare Chaynge, Two heads


Jefferson Airplane fue la gran banda psicodélica surgida de San Francisco en los 60's -en mi opinión mucho mejores que los Grateful Dead- y que, tras sacar 7 discos de estudio, mutaron primero en Jefferson Starship y luego en Starship, cambios de integrantes y estilo mediantes.

Cuando la banda sacó "Baxter's" venía de editar ese clásico absoluto llamado "Surrealistic pillow", que no figura aquí porque solo podía elegir uno, y elegí mi disco favorito. Bueno, "After Bathing at Baxters", tiene poco y nada que ver con su antecesor repleto de hits memorables. Aquí la banda se metió de lleno en un delirio psicodélico. No les interesó mantener foco alguno y experimentaron sin piedad, entregando un espectacular disco lisérgico. Aunque infinitamente menos accesible que "Surrealistic Pillow", Baxter es musicalmente superior, una gema de esas que se digieren de a poco, pero que redundan en devoción absoluta a la banda. Balin siguió perdiendo espacio creativo a manos de la bella Grace Slick y el guitarrista Paul Kantner, quienes tomaron las riendas de Jefferson Airplane. Sí es notorio cómo se consolidó el sonido del grupo en este disco, particularmente hay que destacar al violero Jorma Kaukonen y al bajista Jack Casady. Este último tiene uno de los sonidos de bajo más vanguardistas de los '60, junto a John Cale de la Velvet Underground y John Entwistle de The Who. Juntos, Kaukonen y Casady hacen cosas realmente increíbles, para lo que basta chequear el tema "Spare Chaynge". Mi disco favorito de una de mis bandas favoritas, es un testimonio de una época brillante para el rock y uno de los discos más psicodélicos de los '60.


15- Are you experienced?

Jimi Hendrix Experience (1967)

Temas clave: Purple Haze, Foxy Lady, Hey Joe

Uno de esos discos sobre los que no se pregunta, se compra. ¿Cómo hizo Hendrix para hacer un disco debut que isntantáneamente se convirtiera en undisco definitvo de la historia del rock? Simple, fue un genio. Acá no sólo se aprecia claramente su insuperable maestría guitarrística (sencillamente, escribió el manual del guitarrista de rock) sino también compositiva, hay canciones de la hostia, una detrás de otra. Hay blues, funk, soul, rock, psicodelia… Hendrix escribió standars rockeros como Hey Joe (no es de él pero su versión supera a la original), Purple Haze, Foxy lady, Fire, Red House, Manic Depression. Todas ellas te sumergen en un universo de sonidos, de colores completamente distinto a lo que vas a poder escuchar. Partiendo de las raíces más tradicionales del blues, Hendrix disparó su música hacia un futuro a años luz, a otra dimensión musical, que hizo sentir que estaban en pañales a gente de la talla de Pete Townshed y Eric Clapton.



16- Bringing it all back home

Bob Dylan (1965)

Temas clave: Subterranean homesick blues, Mr Tambourine man, It's all over now baby blue.


Es muy difícil elegir uno de los primeros discos de Dylan, ya que son uno mejor que el otro. Pero bueno... Creo que este es el que más me gusta, no mather what, y conforma la santa trinidad junto a "Highway 61 revisited" y a "Blonde on blonde". En "Bringing it all back home" Bob empezó a electrificar su música, aunque aún se mantenía en el terreno del folk y el blues, pero con la inclusión de varios temas más rockeros y furiosos ("Subterranean homesick blues" y "Maggie's Farm" son dos maravillosos ejemplos). Claro aún mantenía cierto resquemor a lanzarse de lleno en ese terreno, por eso mantenía la calma de sus viejos fans con maravillas como "Mr. Tambourine man" e "It's all right Ma (I'm only bleeding)". También escribió aquí algunas de las más bellas baladas que haya hecho: "It's all over now, baby blue", "She belongs to me" y "Love minus zero". Es justamente la excelencia de las canciones, que hace que "Bringing it all back home" parezca un grandes éxitos, lo que lo convierte en mi disco favorito de Dylan.


17- Exile on Main Street

The Rolling Stones (1972)

Temas clave: Rocks off, Tumbling dice, Let it loose

En mi opinión este es el mejor disco de los Stones y por muchos cuerpos. Acá justificaron su fama de ser los mejores exponentes del blues blanco. ¿Qué hay en este disco? Blues, claro, y también rock and roll pero, por sobre todo, tocado con furia y crudeza como no se había hecho aún (ni siquiera Led Zeppelin). Las guitarras de Richards - Taylor merecen toda la atención, interactuando magistralmente, con riffs, solos y arreglos de un exquisito gusto bluesero, mientras Jagger está completamente poseído por todos los demonios del Mississippi y aúlla como si fuese la encarnación blanca de Howlin' Wolf. Ojo, si no sos un gran fan de los Stones o del blues, no es fácil de digerir en la primera escucha ya que aquí casi no hay "hits" de los convencionalmente conocidos, pero aún así es el mejor disco. "Rocks off", "Sweet Virginia", "Shine a light", "Tumbling dice", "Let it loose", "All down the line", "Rip this joint", "Shake your hips"... "Exile on Main Street" contiene dieciocho contundentes razones para amar a los Stones.


18- Pearl

Janis Joplin (1971)

Temas clave: Me and Bobby McGee, Cry baby, A woman left lonely


"Pearl" no es un disco. "Pearl" es mucho más que eso. Es una despedida, la de Janis, diciéndole adiós a un mundo que la trató demasiado mal pero haciéndolo de la única e inigualable manera que ella conocía: cantando. "Pearl" es un testimonio, también. De la brutal carga emocional que Janis ponía en sus canciones. Ella no cantaba, ella vivía y moría en cada tema. Cuando Janis exhala "Cry Baby", sentís que las lágrimas son reales, que el dolor está allí, palpable. Cuando Janis canta "A woman left lonely" no podés menos que entender lo que es el abandono, la soledad, la desilusión. Cuando Janis se ríe en "Mercedes Benz", te hace cómplice. Cuando Janis anuncia "Move over", sabés que es hora de ponerte las pilas, que esa chica te está hablando de frente, en serio y que te tenés que hacer cargo de tanto amor. Cuando Janis recuerda los días con "Bobby Mc Gee", parece que vos hubieras estado allí, libre como el viento, feliz como el cielo en el verano, haciendo aquello de que "freedom is just another word for nothing left to loose". Cuando escuchás "Pearl", cuando escuchás su alma en carne viva solo podés decir una cosa: "Gracias, Janis". O tal vez dos, y agregar un "perdonalos".



19- Kick out the jams

MC5 (1969)

Temas clave: Kick out the Jams, Starship, Rocket reducer


El rumor del público va creciendo, como si estuvieras entrando al Grande Ballroom de Detroit, completamente excitado por que sabés que vas a ver a la banda más caliente de fines de los 60's. Te sentás a esperar, quizás fumaste un poco de yerba, en tu bolsillo hay un libro de John Synclair y en Vietnam tu hermano mata sin saber muy bien por qué. Entonces el público empieza a aplaudir, porque sobre el escenario acaba de aparecer el Hermano J. C. Crawford. Se acerca al micrófono. Hay un pequeño acople y entonces arenga: "¡Hermanos y hermanas, levanten sus brazos en el aire! ¡Quiero escucharlos tomar una posición! ¡Quiero escuchar un poco de revolución entre ustedes! ¡Hermanos y hermanas, la hora ha llegado para que ustedes decidan si quieren ser el problema, o si quieren ser la solución! ¡Deben elegir, hermanos, deben elegir! ¡Toma apenas cinco segundos decidir, cinco segundos para saber si son hombres o ratas, para saber si quieren cambiarlo todo, para darse cuenta de que es hora de testificar! ¿¡Están listos para testificar?! ¡Voy a darles un testimonio!". Y el momento en el que rugís junto a la multitud, se funde en la marea de distorsión que MC 5 acaba de desatar sobre el escenario con "Rambling Rose". Garage de Detroit. Eso que no se hace en ninguna otra ciudad del mundo, eso que convierte en un lugar único e incendiario a Motor City. Y mientras tu adrenalina sube a pasos de gigante en medio del caos sonoro, Rob Tyner te anuncia que: "Right now, right now is time to... kick out the jams motherfucker!!!!!" Y la banda te lleva a la estratósfera con esa aplanadora, las guitarras a todo volumen y tu remera completamente transpirada, mientras en cada salto que pegás sentís que sos joven y que el cambio, la revolución, depende de vos, de que todavía podés hacer un mundo mejor y que lo único que necesitás para lograrlo es absorber toda esa energía que baja del escenario. "Come together" empieza entre acoples como los que el punk va a hacer propios dentro de siete años. Pero esto es ahora, es 1969, y es en Detroit y allí entre el público ves a Iggy Pop y a Ron Asheton y están tan sacados como vos, porque lo que entrega MC5 es napalm musical. Las paredes del Grande Ballroom están bañadas en humedad, mientras el piso vibra con los graves del bajo desbocado de Michael Davis y esa ametralladora que es la bata de Dennis Thompson, las guitarras de Fred "Sonic" Smith y Wayne Kramer llenan todo el espacio de tu cerebro y Rob Tyner es un alarido ancestral que repite "Rama Lama Fa Fa Fa". Todo colapsa y hay un pequeño espacio de silencio, ya te sacaste la remera que es agua pura y entonces "Sonic" Smith te anuncia desde un riff devastador que comienza "Borderline", tres minutos de furia épica, un torbellino sónico que inevitablemente requerira un descanso, si es que pretendemos salir del Grande Ballroom de una pieza. Por eso, MC 5 te muestra que un blues puede tener la máxima intensidad emocional, aunque calle la distorsión y se calmen esas dos fieras encargadas del bajo y la bata. Por eso incendian el lugar con "Motor City is burning", mientras Smith le saca lágrimas bluseras a su viola y Tyner se desgarra sobre el escenario. Más blues, ansioso y animal, un pedido urgente de Rob Tyner que hacés tuyo y se lo trasladás a esa chica que estuvo al lado tuyo toda la noche: "I want you right now!". Todavía no cambiaron dos palabras, pero vamos, son los 60's, es Detroit y estás viendo a los MC 5, entonces sentís su cuerpo transpirado contra el tuyo, su aroma a pachuli y su lengua buscándote y sabés que el mundo fue hecho para que te lo comás de un bocado. Un largo feedback de Smith y entonces el riff machacante de Wayne Kramer te invita a subirte a "Starship", ocho minutos que comienzan con descontrol, como si el universo explotara en mil pedazos, pero que de pronto se sumergen en un mantra psicodélico Tu cabeza ya está en cualquier parte, seguís abrazado a ella -no sabés su nombre, Jenny crees que dijo- pero ambos miran con ojos brillantes de éxtasis entre la oscuridad, mientras las luces salen disparadas hacia cualquier parte, al son de los delirios sónicos de Fred Smith y Wayne Kramer. Y finalmente todo se licua en el Big Bang final, desenfreno y caos, fin del mundo conocido. Mientras te vas del Grande Ballroom de la mano de Jenny, camino a algún rincón oscuro dónde hacerlo, sabés que acabás de vivir un momento único, histórico, una hora de una época inolvidable e irrepetible. Lo que no sabés es que MC 5 acaba de registrar ese momento en el que será su primer disco. Lo que no sabés es que yo, 38 años después, acabo de conocerte mientras lo escuchaba.


20- Fun House

The Stooges (1970)

Temas clave: TV Eye, Down on the street, Loose

En su debut, los Stooges sonaban contenidos. Había un tremendo potencial en temas como "I wanna be your dog", "No fun" o "1969", pero Iggy no estaba sacado y la banda parecía demasiado prolija. En su segundo disco "Fun House" quizás no hay tantos hits como en el primero, pero hay una diferencia fundamental en la producción: la banda está grabada -intencionalmente- casi como si estuviera tocando en vivo, que era el momento más glorioso que se pudiera concebir si hablamos de los Stooges. Todo se transforma entonces en un océano brutal, crudo, decadente y salvaje, donde podemos entender cuál fue la fuerza arrolladora que inspiró a los Sex Pistols, los Clash, los Pixies, Sonic Youth, Nirvana y The Hives. El disco empieza con una canción bien guarra y callejera: "Down on the street", puro nihilismo y ganas de tomarse la vida en fondo blanco. Y en el segundo tema, "Loose", Iggy hace su declaración de principios, anunciándonos en un alarido primal: "Well I'm loose!!!". Si te quedaba alguna duda al respecto, queda instantáneamente disipada en "T.V. Eye" el mejor tema del disco, donde Iggy aulla como el niño salvaje que es sobre uno de los mejores riffs que ha dado la historia del garage y una bata que es una locomotora fuera de control. En este disco Iggy suelta ese animal enjaulado de "The Stooges" y lo deja ser, en cada alarido, en cada desgarro de la garganta, en cada gemido amenazante (la increíble "Dirty" es un soberbio ejemplo) sabés que estás ante el "rock and roll life style" hecho persona. Y esa vida de reviente y descontrol es lo más sano que le puede pasar a alguien como Iggy, quien en "1970" declama con entusiasmo juvenil que quiere "a night that will last all night, till I'm blown away" y reafirma su compromiso con el descontrol eterno con un desenfrenado: "I feel all right!". Pero si los Stooges armaban una fiesta lo hacían con estilo y por eso daban rienda suelta a un caótico free jazz con sabor a Coltrane, en la canción "Fun House". El colapso final, ese que pinta a los Stooges de cuerpo entero se llama "LA Blues" un cataclísmico jam session, donde desde el vamos los Stooges te cantan las cuarenta con los gritos de Iggy Pop y un largo acople que funciona como la mecha que lleva lentamente a la explosión. Y cuando explota es todo energía animal carente de toda forma o sentido, más que tocar catártica y caóticamente. Es que el rock and roll se trata de eso, ¿o no?










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