Saturday, September 15, 2007

Música para una isla desierta Vol 2


21- Disraeli Gears
Cream (1967)
Temas clave: Sunshine of your love, Tales of brave Ulysses, Strange brew
A fines de los '60 se hizo costumbre la formación de supergrupos, bandas integradas por los más capos de otros grupos previamente exitosos. La primera de ellas en tener éxito fue Cream. Conformada por Jack Bruce, Eric Clapton y Ginger Baker, Cream duró poco más de dos años y tres discos de estudio. Claro que su breve existencia (1966-1969) fue fundamental para las bandas y el rock por venir. Ellos fueron los primeros en redondear plenamente el concepto de power-trío, tocando blues y rock con la potencia de una manada de elefantes desbocados. Y en "Disraeli Gears", su segundo disco, esa manada se llevó puesta una farmacia. El resultado fue la misma idea, pero bañada en psicodelia. Y terminó en clásico. El disco arranca con la potencia al máximo de dos clásicos "Strange Brew" y "Sunshine of your love", después se sumerge en las ensoñaciones lisérgicas de "World of pain" y la fenomenal "Dance the night away", donde la base brutal y siempre cambiante del bajo y la guitarra sostienen el universo de colores que diseña la increíble guitarra de Clapton, no hay riffs ni solos, sino texturas y sonidos fascinantes. Un blues arrastrado tranquiliza un poco las cosas, quitándole ritmo al disco: "Blue condition". Es el preludio de la impresionante "Tales of brave Ulysses", donde se mezclan los riffs furiosos al estilo de "Sunshine of your love" con los ataques psicodélicos de "World of pain". En dos minutos y medio queda condensado todo lo que fue Cream. Todo va y viene, la guitarra de Clapton es un aullido endemoniado por momentos y un susurro extraterrestre en otros, mientras los platos de Baker panean de un oído a otro agujereando tu cerebro, y el bajo de Bruce es un caballo fuera de control. El rock no da tregua en "Swlabr", un himno al viaje de ácido ("So many fantastic colours make me feel so good") en formato hard rock. La mañana después de "Swlabr" es el lamento de "We're going wrong", donde les pido que presten atención a los latidos de la batería. El disco empieza a despedirse con el blues rampante de "Outside woman blues", un blues del Mississippi en "Take it back" con la armónica de Bruce a full y el cierre final a cargo de "Mother's lament", apenas una broma en clave de blues borracho. En fin, un verdadero clásico de la historia del rock, el bles y la psicodelia donde queda claro porque Eric Clapton fue considerado un Dios de la guitarra.

22- Forever changes
Love (1967)
Temas clave: Alone again or, The daily planet, Red telephone
Pongo el disco en la compactera y le digo a Agustín, uno de mis mejores amigos, y guitarrista de la banda que compartíamos: "Escuchá y decime dos cosas: qué te parece y cuándo fue hecho".

La respuesta de mi amigo tras escuchar la fabulosa canción de apertura -"Alone again or"-no se hace esperar: "¡Está buenísimo!".

Sin embargo, percibo una sombra de duda en sus ojos, así que lo apuro: "Está buenísimo pero...".

Sonríe: "Es una de esas banditas nuevas jugando a hacer música de los 60's, ¿no?".

Sonrío: "No, es una banda de los 60's que suena como una de ahora".

Ese es el punto, eso es ser vanguardista. Uno escucha el disco de Love y parece haber sido hecho ahora, pero es del año '67. Love fue una banda de Los Angeles que duró tres discos (sacaron muchos más, pero lo bueno estuvo en esos tres primeros), y que dejó algo como "Forever changes" para que todos los que hacemos rock aprendiéramos un poco. Como una suerte de Velvet Underground de la costa oeste, Love nunca logró reconocimiento en su tiempo. Y es que su música estaba demasiado adelantada a ese tiempo, por eso "Forever changes" fue no solo su obra maestra, sino una de las grandes obras maestras del rock. Y lo mejor es que crearon este disco en un agónico estertor, con sus últimas fuerzas, ya que estaban al borde de la separación, problemas de drogas y egos mediante. En "Forever changes", Love llevó a su punto máximo su fórmula piscodelia + folk + pop + flamenco + jazz + hard rock + todo lo que se te ocurra, resultando en un disco que sorprende con cada canción y con cada escucha. Un disco atmosférico, casi conceptual y al mismo tiempo totalmente accesible desde sus irresistibles melodías, con arreglos de vientos y cuerdas, lleno de innovaciones que anticipan desde el rock progresivo de los 70's hasta el rap (sí, señores y señoras: el rap), y hay un sonido tan acabado que uno no puede concebir que esto fuera grabado en cuatro canales. Un álbum de esos que te gustan desde el instante en que escuchás el primer acorde, porque sabés que estás ante algo único, muy distinto a lo que escuchaste siempre. Pocas veces la psicodelia se hizo tan accesible sin perder un ápice de su esencia en el camino. Este es quizás uno de los discos más subvalorados del rock, algo que no habla mal del disco, sino de la incapacidad del público para distinguir lo que es una obra maestra de lo que son espejitos de colores.

23- Crosby Stills & Nash
Crosby Stills & Nash (1969)
Temas clave: Judy blue eyes, Wooden ships, Long time gone
En 1968 se terminaban los '60, se acababan muchos grupos, y nacían los "supergrupos", integrados por ex miembros de bandas grosas. Quizás uno de los mejores supergrupos, lejos, CSN estaba integrado por David Crosby de los Byrds, Graham Nash de los Hollies, y David Stills de Buffallo Springfiled (quien luego invitaría a Neil Young a sumarse para el segundo disco). Pues bien, hay veces que los supergrupos redundan en pedorradas, o no pueden alcanzar el nivel de las bandas que le dieron origen. Este, indudablemente, no fue el caso. El primer disco de CSN es, sin más vueltas, una obra maestra que supera cualquier cosa que hayan hecho los Hollies, Buffalo Springfield y, me atrevo a arriesgar, hasta los Byrds, y que puede ser fácilmente ubicado entre los diez o quince mejores discos de la década. Las armonizaciones vocales que hacían estos tipos son una gloria y su marca registrada, que duda cabe. Pero solo serían floreos armónicos si no tuvieran detrás una lista de canciones inoxidables. La excepción es "Marrakesh Express", que andaba bien para la época, pero hoy suena muy pedorra. Pero claro, cuando uno escucha "Judy Blue Eyes", "Wooden ships", "Guinnevere", "Long time gone", "You don't have to cry", solo por mencionar las que más me parten la cabeza, se olvida rápido de esa pequeña manchita. Es que, si bien el sonido y el estilo, son un muy definido testimonio de un tiempo determinado, la inmaculada belleza de las canciones vuelve a este disco universal y eterno.

24- After the gold rush
Neil Young (1970)
Temas clave: Tell me why, Southern man, Only love can break your heart
Este es uno de esos discos que cualquier fan del rock o melómano en general no puede pasar por la vida sin tenerlo entre su discografía... y en un lugar privilegiado. "After the gold rush" fue el sucesor de "Everybody knows this is nowhere" y no tiene absolutamente nada que ver con su antecesor. Como en aquel disco fabuloso Young se metía de lleno en el hard rock guitarrero junto a sus Crazy Horse, en este mete en el freezer a su banda y su junta con un pianista de 17 años de edad para regresar a sus fuentes folk y entregarnos once baladas estupendas, una mejor que otra, en el que quizás sea su disco más redondo o, como mínimo, miembro indiscutible de su tetralogía de indispensables integrada por "Everybody knows this is nowhere", "Harvest", "Tonight's the night" y este disco. El disco entero es una belleza, pero si quieren darse una idea de qué se trata, bajen de algún lado las primeras cuatro canciones: "Tell me why", "After the gold rush", "Only love can break your heart" y "Southern man".

25- Led Zeppelin IV
Led Zeppelin (1971)
Temas clave: Stairway to heaven, Going to California, When the levee breaks
Empiezo por un factor clave: este es uno de mis discos favoritos, de una mis dos bandas favoritas. Está acá por ser el más representativo, pero podría de la misma manera estar Led Zeppelin III o Physical Graffiti, solo por tirar dos. Así que, por favor, no me pidan objetividad. Hecha esa salvedad paso a explicar por qué debería ser uno de los discos favoritos de cualquier ser humano con orejas. Primero, y obvio, porque contiene el tema más famoso -y uno de los mejores- de Led Zeppelin: Stairway to heaven. Dificil no haber escuchado esta canción alguna vez en la vida... Pero, claro no es lo único (aunque alcanzaría) que convierte a este disco en un clásico: todos los otros temas son brillantes. Veamos: Led Zeppelin I fue el disco en el que la banda transformó el blues en metal, Led Zeppelin II es una gema del hard rock, Led Zeppelin III fue una maravilla acústica con poderosas influencias del folk inglés y la música celta. Led Zeppelin IV fue el lugar en donde la banda amalgamó todos esos elementos para convertirse en uno de los mejores grupos de la historia. Original por donde se lo mire (siempre escuchen los discos teniendo en cuenta en qué época fueron hechos), arriesgado, lleno de colores y texturas, brillante... Del blues trastornado de Black dog al -valga la redundancia- rock and roll definitivo de Rock and Roll; de la belleza acústica de Going to California (más tarde Pearl Jam se la robaría para hacer Given to fly) hasta el magistral, ultra heavy When the levee breaks (¡increíble!); de la inquietante y fantasmal Battle of evermore a la delirante Misty mountain hop; y, por supuesto, Stairway to heaven hacen de este un disco NECESARIO en cualquier discografía de un amante de la buena música.

26- Master of reality
Black Sabbath (1971)
Temas clave: Sweet Leaf, Children of the grave, After forever
Black Sabbath es una banda esencial, como lo es este disco. Lógicamente, cuando se habla de Sabbath, el primer disco en el que se piensa es en "Paranoid", y es que ambos discos deben ser poseidos y gozados juntos. De hecho salieron el mismo año y podrían haber conformado un disco doble. Claro que si Sabbath hubiera hecho eso, nadie más se hubiera atrevido a sacar un disco de heavy metal, porque ya habría quedado todo dicho en el género. Pero como Ozzy, Iommi, Geezer y Ward eran buena gente, les dieron una chance a los demás. Aquello sobre lo que están basados ambos álbumes es lo mismo: esos riffs marca Iommi, lentos y chirriantes como la puerta de una casa embrujada, una base que es todo potencia y la voz de Ozzy, un auténtico Príncipe de las Tinieblas, aunque de corazón tierno. Nada más que en "Master of reality" la oscuridad aumenta, es todavía más gótico tanto en las letras como en las canciones, a lo que ayudan las guitarras barrocas de temas pequeños e introductorios como "Embryo" y "Orchid". Pero también es imponente la parte rítmica, la bata no solo es potente si no menos previsible, lo que se disfruta plenamente en temas como la devastadora "Children of the grave" o en "After forever", de la que Biohazard hizo una impecable versión. "Sweet leaf" es un cañonazo al centro de tu cerebro, "Lord of this world" es épicamente apocalíptica, los riffs de "Into the void" te toman de la mano para arrastrarte directamente al vacío más oscuro y dulce (esta canción cuenta con un impresionante cover hecho por Soundgarden) y "Solitude" es la desolación hecha música. Black Sabbath jamás volvería a hacer algo tan bueno como esto. Es que era imposible...

27- Made in Japan
Deep Purple (1972)
Temas clave: Smoke on the water, Child in time, Highway star
Hay discos en vivo, hay muy buenos discos en vivo y hay clásicos en vivo. Amo estos últimos, los cuales pueden ser contados con los dedos de una mano, porque suelen ser como pequeñas máquinas del tiempo que nos transportan a un espacio preciso de la historia y al mismo tiempo nos transfieren incomparablemente el espíritu de una época. Entre esos discos podría mencionar "Band of Gypsies" de Hendrix, "Kick out the jams" de MC 5, "Alive after death" de Iron Maiden, "101" de Depeche Mode y... "Made in Japan" de Deep Purple. En el mejor momento de la mejor formación de Deep Purple, éste es el registro de tres noches memorables en Japón, hacen ya 35 años. La selección de canciones es prácticamente insuperable: "Highway Star", "Child in time", "Smoke on the water", "Speed King", "Space Truckin'"... en fin un verdadero seleccionado de clásicos de los '70. Y la potencia e intensidad con que están tocados y el vuelo que alcanzan esas composiciones en vivo, cuando los músicos se dejan llevar por la pasión y se cuelgan por 10, 12, 20 minutos lo transforman en una obra de arte. No me voy a extender aquí a analizar los temas o la banda. Sólo me limito a señalarles que éste es un disco necesario para cualquier amante del rock que se precie de tal. "Made In Japan" es una de esas ocasiones en que el concepto de "suena a viejo" está lejos de ser una crítica para convertirse en el mejor de los elogios.

28- Town and country
Humble Pie (1969)
Temas clave: Take me back, The light of love, Home and away
Calculo que todos tenemos determinadas "épocas favoritas" dentro de la Historia. En el caso de la música en particular, hay varias épocas que me atraen especialmente, pero hay una sola que conjuga música y contexto: el periodo que va de 1967 a 1975. Dicho esto, paso a otra consideración. Una de las principales virtudes de la música es remitir a estados de ánimo determinados, convocando los espíritus de cosas que nos pasaron. Pero, a mi juicio, hay discos que van incluso más allá. Hay discos que además te remontan a una época determinada... ¡aunque nunca hayas vivido en ella! Para ser claro: hay discos de los 60's que me hacen sentir que ESTOY en los 60's; y lo mismo pasa con discos de los 70's. Mientras los escucho es como si viajara en el tiempo, puedo sentir el clima, los hechos, las ideas, todo latiendo al compás de esa formidable máquina del tiempo. Bien, "Town and Country" de Humble Pie es uno de esos discos. Humble Pie es quizás una gran desconocida por estos pagos latinoamericanos, pero estuvo lejos de serlo en su tiempo. Es que la banda reunía a dos pesos pesados de fines de los 60's y principios de los 70's: Steve Marriot y Peter Frampton. El primero fue el líder de los Small Faces y fue un gran guitarrista y mejor cantante. El segundo fue un muy buen violero, que se nos haría conocido -al menos acá en la Argentina- recién cuando las radios hiteras nos inundaron con su "Baby I love your way". Humble Pie siempre se caracterizó por su combinación de hard rock, blues y boogie, con ocasionales toques folk. Sin embargo, en su segundo trabajo sorprendieron a todo el mundo con un disco que nada tiene que ver con el resto. Es que "Town and country" es un álbum casi enteramente acústico, que marcha a contrapelo de la electricidad de sus otros trabajos. Y se agradece. No porque sus otros discos no sean buenos (todo lo contrario, son estupendos), sino porque este es único. "Town and Country" salió en 1969 y tiene la capacidad de capturar la atmósfera musical de ese momento. Mientras uno lo escucha, puede imaginar a los músicos en alguna casa campestre, lejos del mundanal ruido, tocando mientras afuera se extingue una tarde de verano. Es un disco muy tranquilo, casi acústico -algo único para la época, no consigo recordar otro álbum "unplugged" en 1969- que te invita a dejarte ir junto al sol, con una cerveza en la mano. Sabés que el mundo está allá afuera y sabés que puede explotar en cualquier momento, pero decís "hoy no, hoy no hay diarios, ni TV, ni noticias. Hoy vamos a tocar unas canciones con mis amigos, mientras miramos las vacas pastar y los grillos anuncian que la luna se acerca. Hoy solo importa la música, y este momento". Ese momento, por suerte, quedó eternizado en "Town and country".

29- Highway to hell
AC/DC (1979)
Temas clave: Highway to hell, Night prowler, Girls got rythm
Si hay una banda que se ha encargado de repetir siempre la misma fórmula, esa es AC/DC. Juntando demoledores riffs del mejor hard rock, con coros de ganchos instantáneos, la potencia inevitable de una gran banda, y toneladas de "on ya face attitude", AC/DC ha construido una carrera inobjetable. En ocasiones la fórmula ha dado discos poco inspirados, reiterativos y desechables. Pero otras veces, los componentes funcionan a la perfección y se traducen en discos como "Highway to hell", el último con Bon Scott, el cantante original (y el mejor a mi juicio). No hay demasiado para explicar de "Highway to hell" en términos de complejidad: este es un disco de hard rock bien derechito y sin mayores pretensiones. Pero al mismo tiempo es un clásico, un disco esencial para cualquier amante del rock. Y eso se debe exclusivamente a un mérito indiscutible: las canciones son excelentes, las mejores que había escrito la banda hasta ese momento. Es poco lo que se puede decir cuando vos tenés temas como "Highway to hell", "Girls got rythm", "Walk all over you", "Night prowler", "If you want blood (you've got it)" o "Shot down in flames". En ese momento solo resta hacer lo debido ante un clásico: cerrar la boca, subir el volúmen y empezar con el head banging.

30- Toys in the attic
Aerosmith (1975)
Temas clave: Toys in the attic, Living on the edge, Walk this way
"Toys in the attic" es el disco con el que Aerosmith dio el salto de calidad que les permitió hacer despegar su carrera y donde llevaron a la perfección su estilo Zeppelin + Stones + Dolls. Está cargada de tremendos temas, casi al punto de parecer un grandes éxitos: Toys in the Attic, Adam's Apple, Walk this way (cuyo riff menospreció un bobo como solo puede haber en Rolling Stone), Sweet Emotion, Uncle Salty, Round and Round... un rosario de clásicos del hard rock. Desde los comienzos de su carrera la banda había tratado de encontrar no solo el punto justo estilísticamente hablando, sino algún hit que les permitiera entrar a las ligas mayores. Y de pronto, en un solo disco pelaban no uno, sino un rosario de standards hardrockeros que los convirtieron en estrellas de la noche a la mañana. Hasta ese momento, Aerosmith eran unos drogoncitos de Boston que se querían parecer a los Stones. A partir de "Toys in the Attic" se convirtieron en la mejor banda de hard rock surgida de Estados Unidos en los '70. Sucios, drogones, desprolijos... hermosamente rockeros.

31- Bad Company
Bad Company (1974)
Temas clave: Rock steady, Can't get enough, Bad Company
Uno de los más sólidos debuts hardrockeros de la década del '70, "Bad Company" fue el primer disco que editó Swan Song, el sello de Led Zeppelin. La banda formada por el ex cantante de Free, Paul Rodgers, disparó un disco de hard rock directo y visceral, que hoy por hoy es un verdadero indispensable dentro del rock clásico. Lo austero del disco es perceptible ya desde la sencillez de la tapa, en fuerte contraste con lo que se estilaba en aquellos tiempo bombásticos. La música, lógicamente, va de la mano, valiéndose de los rockerísimos aullidos de Rodgers y de la guitarra con fuertes raíces blueseras de Mick Ralph, para edificar rock en estado de máxima pureza. Los 35 minutos de este álbum terminarían siendo terriblemente influyentes para el hard rock del resto de la década y de los '80.

32- Long player
Faces (1971)
Temas clave: Bad 'N' Ruin, Richmond, Sweet Lady Mary
Cuando Steve Marriot dejó los Small Faces para formar Humble Pie, los miembros remanentes incorporaron a un cantante escocés llamado Rod Stewart y a un guitarrista llamado Ron Wood. La banda pasó a llamarse simplemente Faces y atrás quedaron los tiempos del mod, la psicodelia, el boogie y el soul. Era hora de rockear como los tiempos (principios de los 70's) lo pedían, y eso es exactamente lo que los Faces hicieron. Los Faces hacen rock and roll y blues, con algún toquecito de hard rock. De hecho, para quien necesite un dato comparativo en términos de estilo y de sonido, escuchar a los Faces es casi similar a escuchar a los Black Crowes (¡si Chris Robinson hasta le copia la voz a Rod Stewart!): mucho slide en las violas, mucho organo Hammond, mucho rock and roll sureño... "Long Player" es su segundo disco y es quizás el más redondito, por eso me parece el más adecuado para escuchar si uno no conoce la banda. El disco abre con un rocker llamado "Bad 'N' Ruin", uno de los mejores temas de la banda. Le siguen la bluseada "Tell everyone" y la estupenda balada sureña "Sweet Lady Mary" (y sí, son ingleses, pero suenan como si hubieran nacido en Richmond). De hecho, el siguiente tema se llama -justamente- "Richmond" y es otra balada memorable, aunque bluseada al mejor estilo de los Stones de "Exile on Main Street" y con el bajista Ron Lane en la voz. Le sigue un cover y en vivo: "Maybe I'm amazed", tema de Paul Mc Cartney que los Faces enaltecen, transformándolo en un grito desgarrado, donde Rod Stewart la gasta o, como escuché alguna vez a un hincha en la cancha: "la pisa, la amasa, hace vasijas...". Entonces llega otro de los grandes temas rockeros de los Faces, la excelente "Had me a real good time", que es de hecho una composición de Rod Stewart, al igual que "Bad 'N' Ruin". Le sigue un blues rockeado llamado "On the beach", está muy bueno aunque peca de sonar demasiado parecido a los Stones de "Beggar's Banquet". A continuación viene "I feel so good", un buen cover, también en vivo, en el que la banda se cuelgan inteactuando con el público y zapando un largo rato. El cierre viene de la mano de "Jerusalem", una preciosa balada bluseada acústica donde Ron Wood demuestra su amor por la música del Mississippi. Un gran disco, ideal para los amantes del rock que va entre 1968 y 1975, y para aquellos que quieran ver que Rod Stewart y Ron Wood existían (¡y cómo!) antes de los tiempos solistas y de los Rolling Stones.

33- The Wall
Pink Floyd (1979)
Temas clave: Comfortably numb, Mother, Goodbye blue skies

Decir the Wall para mí es como decir The Beatles o The Doors: algo que está presente en mi vida desde que tengo memoria. Recuerdo exactamente dónde y qué - de hecho recuerdo que era enero y estaba nublado- estaba haciendo el día que por primera vez en mi vida escuché los ya famosos helicópteros que anteceden a "Another brick on the wall". Pasaron veinte años desde ese momento y The Wall sigue fresco como el primer día, miembro clave de cualquier seleccionado de discos indispensables que se me ocurra elaborar. Calculo que algo muy parecido debe ocurrirle a cualquier tipo que tenga entre 45 y 25 años. Pero, ¿por qué? ¿Es The Wall tan buen disco? Pongámonos en el lugar de alguien que lo escucha por primera vez en este 2002. Además de un sonido que puede llegar a parecerlo anticuado (no tanto en estos días, gracias a Radiohead) se encontrará con extrañísimos "temas" como Bring the boys back home, Vera, Waiting for the worms o The Trial, difíciles de entender si no se maneja el concepto del disco, lo mismo que la reiteración -tocados de distintas maneras y con letras diversas- de algunos temas (In the flesh o Another brick in the wall). Pero claro, como dije antes, es un disco conceptual. Es un disco que habla de la alienación y paranoia de una estrella de rock, de los pasos que lo llevaron a su resquebrajamiento mental, cuya única defensa es la construcción de una "pared" a su alrededor que impida el paso de emociones. Por eso el disco está lleno de personajes y situaciones -que explican las "rarezas" previamente enunciadas- todos los cuales serán mucho mejor captados una vez que se haya visto la película. De todas maneras, The Wall es un clásico. Y esa fama no solo está sustentada por su temática o por la impactante producción del álbum, la materia prima son los soberbios temas que integran la placa: Comfortably Numb, Mother, Another brick on the wall, Goodbye blue sky, Is there anybody out there, Hey you, Young lust... Y tanto como brilla la áspera voz o el genio compositivo de Waters, lo hace uno de los más finos y soberbios guitarristas de la hisotria del rock: David Gilmour. Y por supuesto, el innegable y magistral aporte de Nick Mason y Rick Wright, hacen de The Wall una obra opresiva, densa, provocativa, desmesurada y genial.

34- Aqualung

Jethro Tull (1971)
Temas clave: Aqualung, God, Crosseyed Mary
Si hay una banda que puede ser calificada de "única" esa es Jethro Tull. Nacida como una banda de blues, se tranformó progesivamente en otra cosa, al incorporar fuertes elementos del folk inglés, el jazz, el hard rock y algo de rock sinfónico. En Aqualung (1971) todos esos aportes se amalgamaron a la perfección, dándole el marco musical que necesitaban las ácidas letras de Ian Anderson, quien reflexiona sobre Dios -en quien cree-y como la Iglesia anglicana -en quien descree- lo ha transformado en cualquier cosa menos lo que se supone que es. He aquí un disco perfecto de punta a punta, donde somos paseados durante 40 minutos por diversas sensaciones y extremos musicales que van desde la irónica fuerza de "Aqualung" y Cross Eyed Mary", hasta la delicadeza celestial de "Wondr'ing aloud" y "Cheap day return", del folk químicamente puro de "Mother Goose" o la aplastante energía de "Locomotive Breath" a la maestría imperecedera de "My God". Un disco notable.


35- The Lamb lies down on Broadway
Genesis (1974)
Temas clave: The Lamia, Carpet crawl, In the cage
He aquí aquel al que considero el mejor disco de Genesis, y último con Peter Gabriel lo cual quiere decir mucho. "The Lamb lies down on Broadway" es un disco doble conceptual que relata, con esas metáforas líricas que caracterizan al rock progresivo, las peripecias de un inmigrante portorriqueño en New York. Debido al hecho de ser conceptual, las canciones son mucho más cortas de lo que solían ser en los discos anteriores de Genesis. Y eso es el primer punto a favor, porque en general no tienen una sola nota de más, lo que los acerca más un "Sgt. pepper's" de los Beatles que a un disco de Emerson Lake & Palmer (algo que considero muy positivo). También es la época en la que hacen furor los teclados como el Moog (capaz de producir una inmensa gama de sonidos) y Tony Banks se relame de gusto, experimentando con todo tipo de efectos y sonidos, mientras que Hackett destila buen gusto en sus arreglos y solos, y Gabriel se muestra en su momento más inspirado. Pero bien, como les dije, se trata del viaje de Rael -el portorriqueño- y como tal evoluciona el disco, dejándonos excelentes temas en el camino, de los que mis elegidos son: "Carpet crawl", "The Lamia", "In the cage", "Lilywhite Lilith", "Riding the scree", "Cuckoo Cuckoon", "Anyway"... En fin la enorme mayoría de este disco es excelente en serio. A los fans del rock sinfónico no les estoy contando nada nuevo, pero para aquellos que no están tan familiarizados con el género "The Lamb..." es una buena manera de conocer una de sus más logradas expresiones.

36- A Farewell to Kings

Rush (1977)

Temas clave: Xanadu, Cygnus X1, Closer to the heart

Este es uno de los mejores discos de Rush, y eso ya es decir mucho tratándose de la banda canadiense. "A farewell to kings" trae apenas seis temas, en los que Rush lleva casi hasta la perfección su fórmula Led Zeppelin+Pink Floyd. Las guitarras acústicas con las que empieza el tema que da nombre al disco dan paso a una potente canción épica de aquellas, que queda opacada por la grandeza monumental del segundo tema: "Xanadu". En esta canción de 11 minutos de duración, Rush demuestra que se pueden hacer temas largos sin una nota de más. En "Xanadu" la banda concentra todo su genio: excelentes músicos, impresionantes melodías y climas. Hasta ahí ya estaba hecho, pero entonces viene "Closer to the heart", un clásico de Rush en el que te dicen: "mirá, también sabemos hacer canciones". Es una linda balada sobre la necesidad de regresar al humanismo y combatir la alienación de la vida moderna. Le siguen "Cinderella man" y "Madrigal", dos buenas canciones que preparan el terreno para otro temas de aquellos: "Cygnus X-1", que también es largo -debe andar por los 9 o 10 minutos- aunque más oscuro que "Xanadu", donde el bajo distorsionado del principio te sumerge en el clima de misterio espacial que propone la letra. Este es un disco para escuchar a solas y a oscuras en tu cuarto o en el auto a la noche, preferentemente evitando que te rompan las que te digo.


17- Hunky Dory

David Bowie (1971)
Temas clave: Changes, Life on mars, Andy Warhol
"The rise and fall of Ziggy Stardust" es quizás el disco más famoso de Bowie pero, en mi opinión, éste es el mejor (o al menos el que más me gusta). Su rock glamoroso muestra su lado más reposado con canciones formidables, con una base eminentemente acústica. Apaga la distorsión, se enamora del folk y el pop una vez más y nos tira en la cara temas imposiblemente buenos como "Changes", "Life on Mars?", "Song for Bob Dylan", "Andy Warhol" "Eight line poem", "Oh you pretty things", "Kooks" y "Quicksand". Es un disco en el que Bowie hace pop, pero lo hace a su manera, pasándolo a través de un filtro de glamour, de kistch, de cabaret, de ambigüedad pero siempre -siempre, ¿eh?- con estilo. Ya la sola presencia de un clásico insobornable como "Changes", de una gema delicada como "Life on Mars?" o de un tema que debería ser clásico y quien sabe por qué no lo es ("Andy Warhol") lo hacen indispensable para los amantes de Bowie y de la buena música en general.
38- Transformer
Lou Reed (1972)
Temas clave: Perfect day, Walk on the wildside, Satellite of love

Lou andaba como bola sin manija tras deshacer la Velvet Underground (sacrilegio) y sacar un debut solista que no estaba mal, pero tampoco era todo lo que se podía esperar de él. Parecía que solo un extraterrestre podía salvar a Lou de la debacle artística y comercial. Y fue un extraterrestre o algo muy parecido llamado Ziggy Stardust (también conocido como David Bowie) quien acudió al rescate. Claro, Ziggy se había apoderado del mundo gracias a los poderes de la brillantina y el glamour y, como viejo admirador de la Velvet Underground sintió que se debía al maestro Lou. Así que empezó por cambiarle el sonido a Reed, adecuándolo para que el neoyorquino pudiera subirse al carro del éxito del glam rock. Por supuesto, los temas de Lou poco tienen que ver con el estilo bombástico cultivado por Bowie. Sin embargo, funcionó. A tal punto que "Transformer" se convirtió en el mejor disco solista de Lou, y en buena medida porque contiene los tres mejores temas de su carrera solista: "Walk on the wildside", "Perfect day" y "Satellite of love". Eso sólo bastaría para adquirirlo, pero además los otros temas están buenos y las letras, como siempre, excepcionales (chequear "Walk on the wildside" o "New York Telephone Conversation"). Fundamental.



39- Plastic Ono Band
John Lennon (1970)
Temas claves: Working Class Hero, Mother, Love

El 11 de diciembre de 1970, apenas menos de un mes después de mi nacimiento, el Gran Maestro John Lennon editó su cuarto disco solista. Nada más que éste era el primero en serio, después de algunas deformidades. Y en él, Lennon hizo catársis. De todo y de todos. Es un auténtico desgarro emocional, una hemorragia de sentimientos que desbordan el disco y te fuerzan a escucharlo de punta a punta, porque no hay hits aquí, solo canciones cuyos títulos lo dicen todo: "Mother", "Working class hero", "Isolation", "Love", "God", "Power to the people", "My mummy's dead"... Queda clara la profundidad temática de esta obra. A Lennon no le interesaba satisfacer a su público, solo le preocupaba exorcizar sus demonios. Así concibió un disco tremendamente honesto y confesional. Lo recomiendo con los ojos cerrados.


40- Pink Moon
Nick Drake (1972)

Temas clave: Things behind the sun, Pink Moon, From the morning
Dice la leyenda que Nick Drake fue un joven cantante de folk inglés. Dicen que era introvertido como pocos, que casi no hacía shows en vivo, por que le costaba demasiado enfrentar al público. Dicen que sacó dos discos brillantes de exquisita nostalgia ("Five leaves left" y "Bryter Lyter"). Dicen que, como suele ocurrir, no tuvieron la repercusión comercial deseada por la compañía. Dicen que ese poeta desmesuradamente sensible, se encerró a rumiar sus penas. Dicen que la compañía le exigió que cumpliera el contrato y grabara un tercer disco. Y en una noche mágica, Nick Drake se metió en un estudio, con la única compañía de su guitarra y desgranó su alma etérea y sombría en media hora de música divina. Luego dejó las cintas sobre un escritorio y se fue, para morir de pena una año y medio después. Lo que se escucha en Pink Moon es eso, media hora dividida en 11 maneras de decir adiós. La voz cálida y profunda de Nick, su guitarra solitaria y bellísima, son un impacto demoledor a tu corazón. Este disco fue uno de los muy, pero muy pocos, que consiguió hacerme llorar. Es media hora de honestidad pura, de un alma atormentada expuesta y desnuda. No me alcanzan las palabras. Consigan este disco, como sea, apaguen la luz y nunca más volverán a ser los mismos después de estar media hora con Nick Drake.

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8 Comments:

Blogger Catalina Inés said...

vuelvo a dejar un comentario esque solo tengo que decir .. que buen gusto musical tienes! maldicion esque juro que amo muchos des los discos es decir las bandas en fin adios

12:46 PM

 
Anonymous Anonymous said...

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