"Equipo chico la puta que te parió..."
Sí, ya sé, el título no derrocha objetividad, pero me gustó el cantito. Vamos al clásico.
El fútbol, se sabe, está hecho en enorme medida de sensaciones. De allí que muchos hinchas -y también periodistas- se hayan ido con la idea de que River podría haber ganado ayer, de que fue superior a Boca en el segundo tiempo, y de que mereció el empate. Bueno, nada más lejos de la realidad.
Basta con hacer un repaso de las posibilidades de ambos durante el partido, para darse cuenta. Cuando hablo de posibilidades, me refiero a jugadas netas de gol, evitadas por el arquero, los palos, o la impericia de los delanteros. Bien, de esas, Boca tuvo 9 -contando el gol de Ledesma- contra 1 de River, en el primer tiempo. Y en el segundo, hubieron 4 -contando el tanto de Rosales- de River, contra 3 de Boca. Más claro, echale agua.
Pero se puede ser más claro aún. El partido pasó de un baile de antología en el primer tiempo, en el que si Boca repetía la efectividad que tuvo contra Gimnasia hubiéramos estado hablando de goleada histórica, a un encuentro parejo y de ida y vuelta en el segundo tiempo. Los que hablan de "un tiempo para cada uno" vieron otro partido. O se dejaron llevar por las sensaciones. Sensaciones fundamentadas en que, no pudiendo jugar peor que en el primer tiempo, River se dedicó a presionarlo a Boca durante los primeros 25 minutos del segundo. De esa manera le cortó la circulación, le sacó la pelota y la iniciativa, lo partió en dos, le empató y, sobre todas las cosas, evitó que Boca lo goleara. Pero nunca logró convertirse en el dominador del partido y, por añadidura, volvió a perder el control del mismo en los últimos veinte minutos, cuando Riquelme consiguió escaparle a las marcas y Boca empezó a arrinconarlo a River contra un arco. De hecho, en el pasaje de cierto dominio riverplatense, el equipo de Passarella apenas generó una situación neta: el gol de Rosales. Es decir, el teórico dominio plumífero no se tradujo en llegadas, sino en el control de la pelota y en cierta iniciativa. Las llegadas de River que pudieron terminar en gol, se dieron en los últimos cinco minutos (dos de Ruben y una de Beluschi), de contrataque, y tras zafar de tres netas de Boca (Palermo, Riquelme, Cardozo). Lógicamente, como esas llegadas se dieron tan sobre el final (la primera de Ruben fue en el minuto 46, y la segunda en el 48) algunos alucinaron con que River merecía ganar y que jugó mejor que Boca en el segundo tiempo. Pero, lo dicho, son sensaciones. River deberá aprender de una vez por todas a leer la realidad de lo que produce, si es que pretende recuperarse. Ya hubo una crónica de debacle anunciada cuando ganó tres partidos seguidos en el último minuto, con más culo que cabeza, y se creyó que estaba jugando bien, para chocar luego con la triste realidad. Boca deberá replantearse seriamente que perdondar tanto redunda en tragos amargos. Le pasó ayer con River, le pasó con el Bolívar allá y con el Cienciano acá, comprometiendo su clasificación en la Copa.
Acá van los puntajes:
1- Caranta (5): Casi no la tocó. Transmitió seguridad. En el gol no tuvo nada que hacer.
4- Ibarra (6): Cumplió. Se proyectó con criterio y no le llegaron demasiado por su punta.
6- Díaz (7): De lo mejorcito atrás. Anticipó muchas.
3- Morel (6): Gran primer tiempo, bajó en el segundo.
30- Clemente (6): Tuvo un primer tiempo de Selección, impasable en defensa e incisivo en la proyección. Bajó mucho en el segundo, donde Rosales lo tuvo mal.
8- Ledesma (8): Hizo el gol, recuperó, se corrió todo, hizo todos los relevos, tocó con criterio. La rompió.
25- Banega (5): En el primer tiempo recuperó y entregó la pelota, pero le quitó fluidez al toqueteo de Boca por excederse en el traslado. En el segundo, no solo no aflojó con eso de no largarla rápido, sino que termino perdiendo demasiadas pelotas por no hacerlo.
19- Cardozo (3): Horrendo lo de Neri. No tuvo el más mínimo peso en el partido. Fue el peor jugador de Boca.
10- Román (9): El primer tiempo fue para ponerle un marco. La gastó. En el segundo pudieron controlarlo durante los primeros 25 minutos, pero después volvió a resurgir.
14- Palacio (5): Rodrigo anduvo muy bien en el primer tiempo, cuando les pintó la cara a Ferrari y a Domínguez, pero se perdió tres goles hechos. En el segundo no pesó tanto.
9- Palermo (5): Importante pivoteando y aguantando la pelota, falló en lo suyo: el gol. Se comió uno por definir mal de derecha e, insolitamente, tiró por arriba un cabezazo de esos que suelen ser gol.
1- Carrizo (10): Le sacó dos a Palacio, una a Palermo, una a Neri, dos a Riquelme... Con otro arquero, Boca ganaba 5 a 0.
4- Ferrari (3): Solo le vió el número de la camiseta a Palacio. Jamás se proyectó. Debió irse expulsado en el PT por una plancha descalificadora a Banega.
2- Tuzzio (5): De lo más decente de una defensa de terror.
20- Nazzutti (4): Está claro que jugó por cábala -nunca perdió contra Boca-, porque a Palermo lo perdió siempre.
3- Domínguez (3): Ante todo, cortate el pelo y sacate esa vincha ridícula. En lo estrictamente futbolístico, formó parte de una defensa que le tiene que agradecer a Carrizo no haberse comido una goleada histórica. Si Boca terminaba 5 a 0, nadie dudaría que estos puntajes son los correctos.
28- Fernánez (5): Impreciso con la pelota, de todas maneras fue de los más decente que mostró River en el medio.
5- Ahumada (4): Tenía que anular a Riquelme, pero se comió un paseo de novela. Por algo lo sacaron...
25- Ponzio (6): Otro de los que zafaron del medio millonario. Fue abanderado de la presión en el segundo tiempo y consiguió controlar a Riquelme por un buen rato.
8- Beluschi (3): De cómo transformar a un excelente número 8, en un jugador irresoluto e inseguro. Preguntarle a Passarella cómo se hace.
15- Rosales (8): Fue fundamental para el empate. No solo por el gol, sino porque se bancó solito la ofensiva riverplantense, siendo el único jugador que realmente inquietó a Boca durante todo el partido.
10. Ruben (5): Si bien el número que tiene en la espalda le queda enorme, le puso mucha garra. Metió el pase del gol de Rosales, y casi lo liquida al final.
Pezzotta: Impecable. Sólo se equivocó con la placha de Ferrari, a quien tendría que haber expulsado.
Labels: Divagaciones futboleras
2 Comments:
Minucioso -y en líneras generales, acertado- análisis del partido, al que sin embargo me parece que le sobra ese conteo de situaciones al principio.
Como vos mismo más tarde desarmás, el partido fue mucho mas complejo que un mero Ping Pong de situaciones.
A Carrizo habría que hacerle un monumento, porque -será de equipo chico- pero como venían los dos previos a este fin de semana, para River el resultado final terminó siendo un verdadero alivio.
Abrazo,
Fede
PD: No te preocupes por la objetividad del título, cuando perdieron la final con Estudiantes mi post decía "GANÓ EL FÚTBOL" jajaja!!
9:07 AM
Lógicamente no se analiza solo desde las llegadas -aunque es un dato contundente- sino del juego en sí, la tenencia y utilización de la pelota, y los rendimientos individuales. Abrazo.
9:16 AM
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