Ahí está la puerta
Se impone hacer otras consideraciones, porque si bien el mufismo del Pupi es inobjetable, está claro que no es el único causal del fiasco de ayer. Y he de empezar esta reflexión cayéndole impiadosamente a otro que lleva sobre sí una teórica aura de irremplazibilidad y que en realidad exige un remplazo urgente: el Ratón Ayala. El Ratón es el Gran Capitán de la Camada Pierdetutti instaurada por Passarella a partir de 1994. Porque este muchacho, enorme cabeceador y en otros tiempos buen tiempista, es el primero en la fila a la hora de mancar en los partidos chivos -eso de lo que acusan a Román-, y procedo a enumerar:
1- Ayer durmió en el gol de Baptista, y convirtió un increíble gol en contra. Ambos tantos sentenciaron la suerte de Argentina, particularmente por los momentos en que se dieron y por la debacle anímica que generaron.
2- De la misma manera durmió en el gol de Adriano del 2004, que llevó a los penales que le dieron el título a los brasucas.
3- No contento con eso, durmió en el gol de Klose en Alemania, que llevaron a los penales, donde él y otro perdedor consuetudinario (el Chuchu "Pecho de heladera" Cambiasso) erraron para que nos quedemos afuera.
4- Claro, él ya sabía de dormirse en Mundiales, porque en 1998 fue espectador de lujo para ver cómo Bergkamp bajaba ante sus narices un pelotazo de 50 metros para meter el gol que nos dejó afuera.
5- Pero como lo testimonian su más de un centenar de partidos en la Selección, el Ratoncito fue trabajando esa costumbre desde pibe. Y por eso en Atlanta '96 se quedó enganchado para que Nigeria pusiera el 3-2 en la final de los Juegos Olímpicos.
Claro, aparecerán los mogólicos que te insitirán con que Burdisso no puede ser el 2 de la Selección porque -en esa increíble costumbre de calificar de perdedores a tipos que se cansan de ganar títulos- es un burro y un perdedor. Un tipo que con 22 años ya había ganado Libertadores e Intercontinentales en Boca, un Mundial Juvenil, una Medalla de Oro en Atlanta y que logró algo que parecía casi imposible: que el Inter salga campeón.
Hay que entender que esto es fútbol. Y el fútbol es un estado de ánimo. Ese estado de ánimo se contagia. Y si vos tenés perdedores como base de tu Selección, van a transmitir esa onda y vas a perder. Punto. No tiene vuelta, ni discusión posible. Lo sabe cualquiera que haya jugado al fútbol. Y, aunque en sus clubes la rompan y hayan ganado títulos, en la Selección hay determinados jugadores que han construído una gran bola de nieve hecha de derrotas. Le pasó a River en los '90 contra Boca. Se tuvieron que ir los Hernán Díaz, los Astrada, los Berti, los Celso Ayala, para que River alivianara un poco la paternidad xeneize (solo un poco ,¿eh?, tampoco se la vayan a creer). Bueno, es indispensable que los Zanetti, Ayala, Cambiasso, Verón (Ortega, el Kily y el Piojo están afuera hace rato, por suerte), Crespo -y eso que es un enorme goleador, pero carga con el karma- lo miren por TV. Y sumo al Pato, que no pertenece a ese grupo, pero que está demasiado lejos del Pato de la Boca...
Labels: Divagaciones futboleras
2 Comments:
Agregaría a la lista el penal errado contra Brasil en la eliminación del equipo de Bielsa en cuartos de final de la Copa América 99 (la de los tres penales de Palermo), derrota 2-1 tras ir ganando 1-0. Y la lesión en el precalentamiento antes del primer partido del 2002, que lo dejó afuera de la totalidad del mismo, descalabrando toda la defensa. Pero no todas son pálidas, pobre Ratón: el que se quedó enganchado en el 96 no fue él, sino Sensini.
3:31 PM
Entre paréntesis tácitos, el mismo Sensini que hizo el penal en la final del 90. Antes se la agarraban con él a la hora de decir quién era el que le había hecho perder títulos a Argentina. Debe estar agradecido con la seguidilla de Ayala.
3:32 PM
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