Friday, October 26, 2007

Chavez, Marx, Bolívar...

Me enviaron este texto vía mail:

JUEVES 25 de Octubre de 2007
Opinión: Chávez parece ignorar que Marx odiaba a Bolívar
http://www.lanacion.com.ar/opinion/nota.asp?nota_id=956174
Por José Enrique Miguens Para LA NACION

Cunde en algunos países de América latina, incluida la Argentina, la impresión de que las grandes decisiones políticas se están manejando con un bajísimo nivel cultural, de conocimiento de los asuntos y de responsabilidad por las consecuencias.
Se está viendo en los gobernantes una incomprensión de las dificultades que atraviesan las sociedades actuales, una infantil simplificación de las alternativas que se presentan y una enorme irresponsabilidad con respecto a las posibles consecuencias de lo que deciden.
El autoritarismo que conlleva el pensamiento único hace que las decisiones políticas se adopten en conciliábulos de no más de tres o cuatro personas, con lo que se pierde el valioso aporte de las muchas personas capaces e informadas que hay en todo país.
Un caso paradigmático de este tipo de manejo político, sorprendente por varias razones, es el del llamado "socialismo bolivariano" del presidente de Venezuela, general Hugo Chávez, con su decadente retorno al marxismo y su inconsulta decisión de imponer la enseñanza del marxismo en todas las escuelas del país.
Sorprendente por su decadente anacronismo, pero más sorprendente todavía porque parece ignorar el manifiesto y explícito desprecio de Marx y Engels por nuestros países latinoamericanos y la admiración de ambos por los Estados Unidos, cuyo imperialismo sobre nuestros países aprobaban. Nuestro asombro llega a su máxima expresión cuando vemos que se enseña obligatoriamente a los niños y a los reclutas militares venezolanos a estos dos autores que vituperaron a su héroe nacional, Simón Bolívar, con sus más soeces y despectivas injurias.
El anacronismo de este decadente retorno al marxismo se puso en evidencia con la extrañeza que surgió de los actuales gobernantes rusos (que algo saben de marxismo) cuando el presidente Chávez, en visita oficial, les dijo que extrañaba al marxismo en Rusia y que no deberían haberlo dejado atrás. Se vio también en el asombro que manifestó el importante consejero político español Miguel Angel Cortés, del que se hizo eco La Nacion. Este especialista, comentando la decisión chavista de imponer la enseñanza del marxismo en las escuelas venezolanas, dijo: "Es un retorno a la Edad de Piedra, o una vuelta al pleistoceno superior".
Pero este anacronismo, esta imposición de "utopías regresivas", como las denominó el ex presidente de Brasil el sociólogo Fernando Henrique Cardoso, no nos puede asombrar demasiado. Estamos acostumbrados en estos lares a que cualquier presidente, apoyado en una ocasional mayoría, se sienta con impulsos dictatoriales para arrear a sus pueblos hacia donde le indica su capricho político.
Es más grave la ignorancia que trasunta el desconocimiento de las posiciones políticas concretas de Marx y Engels, que eran de un orgulloso europeísmo y de una convicción de que el porvenir estaba en los dos países que ellos consideraban depositarios de la civilización y el progreso, cuya obligación era llevarlo a los demás: los Estados Unidos a los países latinoamericanos y Alemania a los países eslavos del Este. Veamos nuestra parte.
Siguiendo a su maestro Hegel, y en la típica actitud del modernismo, Marx y Engels exhiben un europeísmo altanero con respecto a nuestros pueblos, que Hegel denominaba despectivamente "pueblos sin historia".
Hegel llega hasta afirmar en su Filosofía de la historia universal que en América latina se degenera todo lo europeo, no solamente las personas, sino hasta los animales y las plantas importadas.En esa línea, escribe Marx a Engels en un carta del 2 de diciembre de 1854: "Los españoles están completamente degenerados. Pero, con todo, un español degenerado, para un mexicano, constituye un ideal".
En carta a Kautsky, del 21 de enero de 1893, comentando sobre los partidos brasileños, extiende su desprecio a todos los sudamericanos: "La importancia de estos partidos sudamericanos está siempre en relación inversa a las alharacas de sus programas".
No se queda atrás Engels cuando habla de la conquista de la California mexicana por los texanos de los Estados Unidos, en dos artículos periodísticos: "En América latina hemos presenciado la conquista de México, lo que nos ha complacido. Constituye un progreso.Es en interés de su propio desarrollo que México estará en el futuro bajo la tutela de los Estados Unidos" (23/1/1848).
En la época de Engels, se disfrazaba de "tutela colonial" -en Gran Bretaña, de "carga del hombre blanco" y de "misión civilizadora" en Francia- a lo que a partir de 1902, con J. A. Hobson (seguido y citado por Lenin desde 1917) se llama directamente imperialismo.
Pero no todos se engañaban como Engels con el canto de la tutela colonial y la misión civilizadora. Un año antes de esta publicación, el Congreso del estado de Massachusetts había condenado enérgicamente esta conquista, declarando que era una injusta maniobra de los terratenientes esclavistas del Pacífico. Sin embargo, todavía dos años después de esta condena, el 15 de febrero de 1899, Engels sigue en su posición, escribiendo contra Bakunin, que también se oponía: "¿Y les reprochará Bakunin a los norteamericanos realizar una guerra de conquista, pero que fue llevada a cabo única y exclusivamente en beneficio de la civilización? ¿O acaso es una desgracia que la magnífica California haya sido arrancada a los perezosos mexicanos, que no sabían qué hacer con ella?".
¿Estará Chávez de acuerdo con todo esto, para enseñarlo a los niños venezolanos?
Valga, aunque sea difícil de aceptar y menos de comprender, que un país enseñe obligatoriamente las doctrinas de pensadores que los desprecian, pero lo que es realmente incomprensible es que se enseñe obligatoriamente a autores que insultan a su héroe nacional y al título adoptado de República Bolivariana de Venezuela.
El desprecio de Marx por Simón Bolívar es tan profundo que en la extensa biografía que escribió para la New American Cyclopaedia de los Estados Unidos, donde revisa pormenorizadamente todas y cada una de sus campañas, le niega aptitudes militares y, peor aún, valentía, porque, según Marx, casi siempre abandonó a sus hombres en las batallas para huir cobardemente.
Comenta que quería unificar toda América del Sur "en una república federal cuyo dictador quería ser él mismo". En carta a Engels del 14 de febrero de 1858, le dice: "Simón Bolívar es el canalla más cobarde, brutal y miserable", y lo compara con Faustin Soulouque, el negro haitiano que se proclamó emperador.
Lamento tener que transcribir todas estas cosas, que, por supuesto, no comparto, por el respeto que tengo por el pueblo venezolano y su nación y porque ese desprecio me afecta como latinoamericano orgulloso de serlo.
Además, he combatido el eurocentrismo en varias publicaciones mías. Pero ésta es la expresión fehaciente de las opiniones de Marx y Engels, que los gobernantes venezolanos parecen no conocer o no querer escuchar.
Cuando uno entra en utopías regresivas tropieza con todo el contexto histórico que las rodea y del que no puede desembarazarse.
Nada de esto es para criticar a países ajenos al mío; está expuesto como ejemplo dirigido a nuestros gobernantes, para que experimenten en cabeza ajena las consecuencias de las improvisaciones políticas.
Espero que les sirva para que tomen en cuenta aquel precepto que enseñaban nuestros viejos estadistas cuando la Argentina era un país respetable: "Gobernar no es payar".

El autor es doctor en Derecho y Ciencias Sociales.

CURRICULUM Doctor José Enrique Miguens
- Doctor en Derecho y Ciencias Sociales por la Universidad Nacional de Buenos Aires. Medalla de Oro y Premio Tedín Uriburu.
- Estudios de Posgrado en Sociología Universidad de Harvard. (1944 y 1945)
- Fue catedrático de Sociología en las Universidades Nacionales de Buenos Aires, La Plata, Luján y Rosario y en la Fundación Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO). Fundador y Director del Departamento de Sociología de la Universidad Católica Argentina. Actualmente es Profesor en la Escuela de Defensa Nacional..
- Profesor invitado en las universidades norteamericanas de North Carolina, Notre Dame (2 veces) y Connecticut (2 veces). Pronunció conferencias en 12 universidades norteamericanas. Invitado por el "Comitee on Latin American Studies" de la Universidad de Harvard, dictó tres conferencias para profesorees y graduados en marzo de 1971.
- Fundador y Director Técnico del Instituto de Investigaciones Motivacionales y Sociales durante 15 años. Sus encuestas están registradas en la Biblioteca de la Universidad de San Andrés (Archivo Miguens) y en el "Elmo Roper Center" de la Universidad de Connecticut.
- Primer Premio en el Concurso Internacional de Periodismo de Habla Hispana el diario La Nación (1987)
- Fue Presidente Ejecutivo de la Fundación Bariloche y del Instituto apra el Desarrollo de Empresarios enla Argentina (IDEA). Presidente de AAIFAS (Asociación Argentina para la Investigación de Fuerzas Armadas y Sociedad) Fue miembro de la Comisión Directiva del Instituto de Desarrollo Económico y Social y de la Asociación Latinoamericana de Sociología (ALAS)
- Actualmente es Presidente de la Fundación Redes Solidarias.
- Consultor de la UNESCO. Invitado a integrar el "Comité Restringido de Expertos para la Investigación Interdisciplinaria" y a las Mesas Redondas sobre "Valores Transculturales" en Roma y en Otawa.
Trabajos y Publicaciones Científicas.
Su actitud permanente es la de atender y tratar de aclarar científicamente los problemas sociales importantes a medida que se van presentando en nuestra sociedad argentina. Doy información somera sobre algunos de los temas tratados. (El detalle de los libros, publicaciones en revistas científicas nacionales y extrajeras, así como de los periodísticos sobre cada asunto figura en Anexo aparte)
- Sobre el poder económico en la Argentina. Fue el primer sociólogo en el país en estudiar las relaciones entre los grupos de poder económico y el poder político. (Son 5 publicaciones)
- Sobre aspectos sociales y éticos del desarrollo económico. (Son 4 publicaciones)
- Lucha para afirmar la autonomía científica de la sociología frente a las intromisiones de los teólogos, los moralistas y los filósofos. (Son 7 publicaciones
- Indagaciones sobre morales específicas de los subsistemas; militar, económico y político. (Son 15 publicaciones)
- Defensa de la democracia contra el militarismo político y la violencia. (Son 10 publicaciones)
- Fundamentación sociológica de la democracia y de la política democrática. (Son 12 publicaciones)
- En la actualidad. Para evitar el sectarismo y la violencia ideológicos. (Son ya 5 publicaciones)
Sus libros publicados más recientemente reivindicando a la democracia son: Los Neofascismos en la Argentina (Editorial de la Universidad de Belgrano, 1983), Honor Militar Conciencia Moral y Violencia Terrorista (Ed. Sudamericana- Planeta, 1986); Política sin Pueblo: Platón y la Conspiración Antidemocrática (EMECÉ, 1994); Desafío a la Política Neoliberal: Comunitarismo y Democracia en Aristóteles. (Ed. El Ateneo, 2001)
En los Estados Unidos publicó: Militarism in Developing Countries (En colaboración. Edited by K.Fidel, Transaction Books, 1975) y Juan Peron and the Reshaping of Argentina, en colaboración con Frederick C. Turner, que tuvo el Premio a la mejor publicación sobre asuntos latinoamericanos otorgado por la New England Sociological Association"

Y esto es lo que yo respondí/pienso al respecto:

Respecto al interesante texto, que me desburra mi también, puedo decirte que comparto numerosísimas cuestiones. A saber:
1- Que apostar al marxismo es de la edad de piedra.
2- Mi rechazo al eurocentrismo.
3- La ignorancia supina de nuestros gobernantes.
4- La tendencia dictatorial y autoritaria de los mismos.
5- Lo absolutamente improvisados que suelen ser los gobiernos latinoamericanos.
6- La tendencia a acomodar discursos e ideologías de manera demagógica por parte de estos muchachos.
7- Las contradicciones en las que incurre gente como Chávez al unir marxismo y bolivarianismo.

Ahora se imponen un par de salvedades:

1- Que apostar al liberalismo es anterior a la Edad de Piedra, remite al preíodo Triásico...
2- Mi rechazo al norteamericanismo (tan caro a los afectos del liberalismo). Si tengo que lamerle las bolas a alguien, prefiero a los europeos.
3- La ignorancia supina de nuestros gobernantes (y aspirantes a) liberales: Martínez de Hoz, Menem, Cavallo, López Murphy, Macri, no se destacan precisamente por su elevado nivel cultural ni formación ideológica.
4- Oh bueno, una doctrina que es defendida por Estados Unidos e impuesta a Latinoamérica a través de dictaduras se define autoritaria per se.
5- Los gobernantes liberales están en las antípodas de la improvisación: destruyen los países y los pueblos con un nivel de planificación estremecedor.
6- La tendencia a acomodar discursos e ideologías de manera demagógica por parte de estos muchachos. En este caso es superlativa, porque se las arreglan para venderte lo que sea. Es lógico: son grandes comerciantes...
7- La contradicción suprema de querer unir conceptos como patria, cristianismo y capitalismo no tiene parangón...

En fin, que podría decirte que los cerdos liberales reclaman muchas cosas que ellos no hacen cuando los gobiernos son (o dicen ser) de izquierda. Que podría decirte muchas cosas, pero te voy a decir una sola: siempre, pero siempre, voy a preferir la izquierda a la derecha. Es a la izquierda donde está el corazón.

Labels:

Sunday, October 07, 2007

Crónica de una paliza anunciada

Tengo que reconocer, aunque me duela, que hablando con mis amigos riverplatenses en la previa, les reconocí que como nunca estaba convencido de que iba a haber triunfo millonario. Y si bien el fútbol supone ser la dinámica de lo impensado, creo que guarda cierta lógica. Lógica que explica por qué River le volvió ganar a Boca y, aunque sea por un partido de diferencia nomás, pero en lo que va del siglo invirtió la paternidad. Es que se nota que Daniel aprendió bien las lecciones de los '90, cuando sin importar quiénes jugaran, perdía todo clásico habido y por haber. Pero claro, ahí está la lógica de la que hablaba: en aquel entonces, River no paraba de lograr títulos -¡incluso internacionales!- mientras Boca lo miraba por TV. Y el xeneize no tenía otra: tenía que ganar el clásico a como diera lugar. Entonces había otra actitud, otra concentración, otro hambre de triunfo, que es el que nace de estar entre la espada y la pared. Pero ahora, en el nuevo siglo, la taba se dio vuelta. Boca se cansa de dar vueltas olímpicas, mientras River se cansa de dar pena. Y a los primos no les queda otra que ganarnos, para evitar un suicido masivo. Y Boca no va a jugarlo con el convencimiento y la actitud necesarias para estas circunstancias. Por eso era cantado que perdíamos. Por eso y por otra cosita más, que no es secundaria: los jugadores. A estos jugadores de muy buen nivel futbolístico, de buen pie para hablar en términos passarelianos, les falta otra cosa: fibra o huevo, si lo prefieren. Faltan los Bermúdez, los Serna, los Schiavi, los Burdisso, los Cagna, los Riquelme, los Melli... Esos tipos que te llevaban el equipo adelante en base a personalidad, no solo para jugar o meter, sino para plantarse, convencidos de como dijo alguna vez Bermúdez "clásico es clásico. Ellos (River) saben lo que pasa".
Dejenme decirlo claro: la derrota de Boca de hoy era previsible. Pero lo que no puedo tolerar es la falta de actitud, el no rebelarse contra la adversidad y entregarse mansamente como lo hizo Boca hoy. Fue lamentable. River fue un ganador de punta a punta, absolutamente merecido y que debió haber hecho más goles. Tuvo el control del partido en todo momento, no sufrió apremios y hasta pareció sobrarle paño por momentos. Presionó en todos los sectores, ganó todas las divididas y después simplificó en el toque, para llegar con profundidad, lastimando en serio. Boca fue solo desconcierto, traslado lento y previsible, falta absoluta de reacción anímica y futbolística. Me hizo acordar al partido que perdimos en 2004, por el mismo resultado, y que le costó el puesto a Brindisi. Aunque creo que ese lo peleamos un poco más...

1- Caranta (7): Un de los pocos que se salvó. Evitó un par de goles cantados y en los que le hicieron no tuvo nada que hacer. Lo que sí tuvo fue la actitud que hay que tener en un superclásico.
4- Ibarra (4): Lo salvó la actitud, porque por su sector llegaron los dos goles de River.
20- Maidana (3): Al límite todo el tiempo, perdió siempre con Falcao.
23- Paletta (3): Muy mal. Descontrolado. Cometió un penal de una torpeza inaudita.
3- Morel (4): ¿Se olvidó de jugar? Al menos tuvo los dos únicos remates al arco de Boca en todo el partido.
8- Ledesma (4): Viene bajando el nivel desde hace rato. Hoy no fue la excepción, pero al menos intentó.
24- Banega (2): Parece que no aprendió del último clásico ¡Largala nene!
19- Cardozo (3): Otro que no levanta. Buscó al menos.
11- Gracián (5): Trató de manejar la pelota y metió tres pases filosos en el primer tiempo, desaprovechados por los delanteros. Debió salir Neri, no él.
14- Palacio (4): Que es un estupendo jugador, no hay dudas. Que en los clásicos demuestra cierta baja temperatura pectoral, tampoco hay dudas.
9- Palermo (1): A Martín lo amo, como queda en claro para cualquiera que haya andado por este blog, pero lo de hoy fue como jugar con uno menos.
5- Bataglia (5): Debió jugar desde el vamos, por Neri. Le puso actitud y con él se ganó cierto control de pelota, aunque erró varios pases.

Labels:

Wednesday, October 03, 2007

Rock On!


Continuando con mi afición por los listados, acá van los 15 mejores recitales internacionales que tuve la suerte de ver. El orden es cronológico.



NIRVANA
Fecha: 30 de octubre de 1992

Lugar: Estadio Vélez Sársfield

Pocas veces se da la suerte de ver a una de tus bandas favoritas en el momento justo, y no cuando vienen viejos, gordos, pelados y con la mitad de los miembros bajo tierra. Bueno, a mí se me dio con un par. Nirvana fue el primero de ellos. Tras fracasar en mi objetivo de llegar a Lollapalooza y ver a Soundgarden y Alice In Chains, pude darle un inmejorable destino a lo que había alcanzado a juntar trabajando denodadamente como mozo, juntando moneda sobre moneda de propinas. Enterarme de que venía Nirvana fue como una iluminación que me mantuvo en éxtasis hasta el instante en que, anonadado pude ver a Kurt parado sobre el escenario. Pasaron Los Brujos, más que dignos soportes. Sucumbieron las Calamity Jane a la ira intolerante de los energúmenos. Se enojó Kurt y nos dejó sin Smell Like Teen Spirit. Pero, a pesar de todo eso, a pesar de que muchos consideraron flojo el recital justamente por el enojo de Kurt... ¡ví a Nirvana! No solo eso. Con Mele, mi compañero de aventuras en esa ocasión, saltamos haciaellugar por el que los músicos salían del escenario y nos cruzamos con Kurt y Cía. a quienes saludamos fanaticosamente, saludo que nos devolvieron con amabilidad y hasta cierta timidez.

* Para información más detallada de este recital, leer mi post "Twenty thousand macho men"




METALLICA
Fecha: 8 de mayo 1993

Lugar: Estadio Vélez Sársfield

En aquella época yo era un desocupado y por ende no tenía un centavo. Pero nada de nada. ¡Y venía Metallica! Ya me estaba resignando cuando desde el cielo llegó un ángel bondadoso, Romina, amiga de mi hermana que amaba el metal. Quién sabe de dónde ni cómo, consiguio entradas gratis y me regaló una. Después de soportar un olvidable show de Orcas, apareció Metallica, en la cumbre de su carrera, antes de volverse la patética parodia de si mismos en la que se transformarían después, antes de ser amiguitos de Bush, antes de muchas cosas feas, cuando uno los amaba descaradamente y disfrutaba cuando su cerebro era aplanado por esos riffs gloriosos. Y lo aplanaron nomás, quedó lisito lisito, a puro metal.


JETHRO TULL
Fecha: 5 de noviembre de 1994
Lugar: Estadio Obras

Bueno, Jethro Tull es una de mis bandas preferidas de los '70 y es un placer que comparto desde la adolescencia con Matías, uno de mis mejores amigos. Era también una de esas bandas que jamás imaginás que vas a poder ver en vivo, y mucho menos en la Argentina. Pero en los '90 estábamos de parabienes en ese sentido, así que cuando me enteré que venía Jethro Tull me pellizqué con una tenaza para garantizarme que no estaba soñando. Acto seguido, compré entradas para Matías y para mí. El tema era que el campo era carísimo, fuera de mis posibilidades ya que lo habían hecho VIP (léase: con asientos), así que saqué pullman en los costados. Pero, estando ahí y a punto de empezar el recital, con Matías evocamos los tiempos en que ibamos a ver alos Redondos en ese mismo estadio y, aprovechando que se pagaron las luces, nos descolgamos del pullman al campo, con tanta buena fortuna que descubrimos dos lugares vacíos... ¡en primera fila! Glorioso. Y no hablar cuando la banda se despachó con una seguidilla de sus clásicos, nada de boludeces ni temas nuevos. No señor: solo canciones de Aqualung, Minstrell in the Gallery, Thick as a brick, Benefit.... ¡Una joya!


PAGE/PLANT

Fecha: 23 de enero de 1996
Lugar: Estadio Ferrocarril Oeste

Bueno, ¿qué puedo decirles de esto? Momento glorioso de mi vida que solo podría haberse comparado con haber visto a los Beatles. Los dos héroes de mi adolescencia haciendo solo temas de Led Zeppelin. Punto. Baste decir que me encontraba en Mar del Plata y me tomé un avión, ¡un avión, sí! para venir a Buenos Aires a verlos. Que estuve, literalmente, en primera fila todo el recital, con los ojos llenos de lágrimas por la emoción cual groopie desaforada. Que no sé si fue así o no, pero que en mis oídos sonó como si Plant casi hubiera recuperado su timbre de los '70, y Page se hubiera olvidado de su artritis. Que estaba tan desesperado por verlos tocar que, quería que la banda soporte dejara de tocar lo antes posible. Y la banda soporte eran los Black Crowes, uno de mis guilty pleasures favoritos. Como si eso fuera poco, al volver a casa, portando una sonrisa que solo me podían sacar con varias cirugías plásticas, conocí a Agustín, mi enorme amigo y compañero de andadas rockeras memorables. Jornada completa.



SMASHING PUMPKINS
Fecha: 24 de enero de 1997
Lugar: Nassau Coliseum, New York

En 1997 me fui a New York solo con pasaje de ida. No bien llegué a me lancé a la caza de entradas para ver a todos los héroes del rock que pudiera. Bueno, los primeros que pude fue a los Pumpkins, entrada que compré a las pocas horas de haber pisado la Gran Manzana. En ese entonces no solo me encontraba en mi momento de mayor enamoramiento con las calabazas, sino que ellos estaban en plena gira presentación de "Mellon Collie and the Infinite Sadness". Nada más y nada menos. Así que, acompañado de Jackie, mi novia yanqui de aquel entonces y causal de mi presencia por esos lares, más nuestra amiga en común, Maga, trepamos al tren que nos llevaría al Nassau Coliseum, en Queens. En el camino nos pondríamos a charlar con un alemancito de uñas góticas, que acostumbraba laburar seis meses en Alemania, para ise a vivir otros seis a NYC y poder ver todas las bandas que le gustaban, además de estudiar música, que era lo suyo. Beneficios del primer mundo. Ese mismo alemancito a quien me cruzaría por la ciudad varias vesces después, sería quien se manifestara sorprendido de que en Buenos Aires hubiera autos. En fin, boludeces del primer mundo. Apenas llegados, me compré una hermosa remera azul de la gira, que terminé regalándole a mi amigo Mariano. Solo puedo señalar dos pequeñas salvedades que evitaron los 10 puntos para ese formidable recital. La primera era que... ¡todo era sentados en butacas! Imaginen no poder poguear el riff asesino de "Zero" por estar cómodamente sentado cual sala de cine. La otra era que, para colmo, al lado mío tenía un pelotudo borracho y bien, bien yanqui,que se empeñaba en explicarme todo lo que amaba a los Pumpkins, qué canciones le gustaban y por qué, hasta que no pude más y le tiré un: "I don't give a fuck! Get it?". Pero bueno, más allá de estos inconvenientes, el recital fue impresionante desvastador, una aplanadora de rock, con la sutileza de un set acústico en el medio, a milenios luz del pedorrísimo recital que dieron acá.


TOOL

Fecha: 27 de febrero de 1997
Lugar: Convention Hall, Asbury Park, New Jersey


Prácticamente un mes después del recital de los Pumpkins, y ya con Agustín en NYC, llegó el turno de otro recital de aquellos. En este caso agarrábamos a Tool, haciendo la gira de Aenima, su mejor disco. ¡Para qué! Estábamos de parabienes, o al menos eso creíamos. Porque nada iba a resultar fácil, y ese recital iba a ser una experiencia verdaderamente bizarra. El tema empezó porque tanto Agustín como yo estábamos parando en lo de mi novia Jackie, la cual vivía en ese momento con su madre. Digamos que la relación entre ambas nunca había sido sencilla y que Jackie -por ese entonces de 18 años de edad- había regresado a su casa tras hacer las paces con su madre. Pero claro, el acuerdo de paz implicaba varias cosas, una de ellas tener que lidiar con las altas dósis de paranoia de la buena mujer, quien veía a un proxoneta o un traficante de drogas en cualquiera que se acercara a su hija. Digamos que, a pesar de nuestras mejores intenciones y nuestro casi angelical comportamiento, la buena mujer nos miraba muy de reojo y controlaba nuestros movimientos. Así que determinados programas nos estaban vedados y había un toque de queda, que eran las 12 de la noche. Imagínense los estragos que esas limitaciones pueden causar en el joven rocker, estando en una ciudad como NYC. De hecho, Tool se presentaba como un problema garantizado. Pero Jackie mintió, dijo que ibamos a ver una obra de teatro llamada Tool y partimos con las palabras de la mujer rebotando en nuestros oídos: "Si no están acá a las 12, duermen afuera".

Para ir a la ciudad natal de Bruce Springsteen, donde tocaba Tool, debíamos tomar un tren y teníamos no menos de hora y media de viaje. Así que partimos nomás. La cosa continuó muy extraña desde lo climático. A ver, estábamos en pleno invierno, apenas un par de días antes habíamos tenido 15º bajo cero, y de pronto parecía un día de primavera. Hacía calor, mucho calor, tanto que podías estar en remera. Seguía siendo bizarro. Ni hablar cuando llegamos a Asbury Park. El cielo se había puesto gris, plomizo, y la ciudad parecía desierta. Bajamos del tren y preguntamos a un solitario empleado de ferrocarril dónde quedaba el Convention Hall. Siguiendo sus indicaciones caminamos a través de un barrio que más bien parecía un pueblo fantasma. No había NADIE en las calles, casi no había ruido. De vez en cuando pasaba un auto solitario. Los edificios de ladrillos gastados, alguna ventana rota, todo me hacía pensar en algún cuento de Lovecraft. Siguiendo las indicaciones, llegamos a una playa, el mar se había puesto verde esmeralda contra el cielo de plomo, los colores parecían saturados, todo era realmente inquietante. Estábamos allí parados, algo desorientados, cuando, caminando al costado de la playa vimos aparecer una peregrinación de acólitos de Tool, todo negro y metal. Los seguimos y así llegamos al Convention Hall, un lugar de apariencia muy semejante al Club de Pescadores de la Costanera. Eso era muy bueno, porque estaba garantizado que ibamos a ver muy bien desde donde estuviéramos.

Nos pusimos a hacer la cola en un hall desvencijado y pudimos apreciar que apenas un cordón semejante a esos de los cines viejos, nos separaba de la entrada al lugar donde iba a tocar la banda. Claro, pasado un rato escuhamos algunos riffs provenientes de allí adentro y, viendo que casi no había seguridad decidimos hacer una argentinada. Con Agustín y Jackie, simplemente saltamos el cordón y nos metimos con cara de "all access" en el lugar para quedar cara a cara con la prueba de sonido de Tool. Sí, como lo leen. Imagínense un lugar todavía más chico que Obras, y nosotros tres parados frente al escenario, a un metro de los cuatro brujos de la oscuridad. Disfrutamos de la prueba de sonido sin que nadie nos molestara, y salimos de allí solo para volver a entrar con el público.

Para qué les voy a contar lo que fue ese recital -abrieron los Melvins-, solo puedo decir que fue largamente uno de los mejores de los muchos que ví. Las dimensiones del lugar no podían sino favorecer el disfrute. Sumémosle un sonido demoledor. Un playlist tremendo. Maynard y Justin Chancellor casi desnudos, con sus cuerpos pintados de colores extraños, y las luces bailando sobre ellos, produciendo distorsiones imposibles, eran un espectáculo psicodélico como no volví a ver. La fabulosa combinación del sonido único de Tool con las hipnóticas imágenes proyectadas sobre el escenario y sobre los músicos a lo Warhol. Impresionante. Claro, había un pequeño problemita entre tanto disfrute: la mamá de Jackie.

Estábamos en pleno, cuando constatamos que eran las 22.50. Nuestros tickets decían que el tren partía a las 23 horas. Aunque estaban ya en los bises, el recital de Tool no había terminado. ¿Qué hacer? A regañadientes, muy a regañadientes, decidimos volver, para no afrontar las represalias de la buena señora. Corrimos por las desiertas calles de Asbury Park, hacia la estación de tren. Corrimos desperadamente, viendo como los minutos se consumían. Corrimos en vano, solo para ver partir el tren cuando estábamos a metros de la estación. Todavía respirando agitadamente, parte por la corrida, parte por la desesperación, encaramos al único guarda que quedaba en el andén, quien nos invitó amablemente a retirarnos, ya que no había más trenes hasta el día siguiente. ¡Oh sí, ahora sí que estábamos en problemas! Sin trenes, bien pero bien lejos de New York y con Die Fürherein contabilizando cada segundo tarde, nos esperaba una velada aciaga. Ni hablar cuando empezamos a fatigar las calles de Asbury Park tratando de encontrar alguna manera de volver. Los yanquis son de lo más avanzado del planeta, pero no cuentan con cosas básicas como un remise. ¿Por qué no se tomaron un bondi dirán ustedes? Dos motivos: el primero es que en bondi ibamos a llegar allá a las 2 de la mañana, los que nos garantizaba ser ejecutados sin juicioprevio; la segunda es que no solo no encontrábamos ninguno, sino que no encontrábamos a nadie que nos pudiera decir dónde y cuál tomar. De pronto, vimos pasar un taxi solitario. No quedó otra: estiramos la mano. La sonrisa del tipo cuando le dijimos que íbamos a Manhattan. "You made my day, guys!", declaró. Fue así que una hora y veinte, y 100 dólares después, estábamos en la ciudad que nunca duerme.

Habíamos llegado tarde. No solo eso. En el interín, la buena señora había hecho trabajo de inteligencia, había averiguado qué era Tool y dónde tocaba. Impiloteable. Recibimos todo tipo de puteadas y recriminaciones, y apenas pudimos ablandar unpoco el corazón de la señora como para que Jackie pudiera dormir adentro. Tras lo cual, la puerta se cerró en nuestras narices. Para colmo, la tempertura había vuelto a la normalidad. Ergo, hacía un frío de recagarse. ¿Dónde dormir, sin guita como para un hotel (además no íbamos a salir a buscar unhotel a es ahora de la noche)? Decidimos dormir en la escalera de servicio. Claro, el tiempo pasaba,la luz blanca nos taladraba lo sojos, la tortícolis nos toturaba los cuellos, y el frío aumentaba a pasos agigantados. Finalmente, tras un par de horas de pésimo pseudo dormir, con Agus optamos por ir a buscar una cafetería abierta y pasar las horas hasta el amanecer, a puro café y conversación adormilada. Cómo volvimos a la casa al día siguiente es toooda otra historia...


Explanada por la que se llegaba al Convention Hall


Entrada del Convention Hall



U2

Fecha: 7 de febrero de 1998
Lugar: Estadio Heladera Coca Cola

Un recital esperado durante al menos12 años, desde que empezaron a correr los interminables rumores de que "esta vez sí U2 venía a la Argentina". Digamos que más allá de muchas cosas que se puedan decir o pensar de Bono, U2 es una de mis bandas de cabecera por el sencillo hecho de que formó parte de la banda de sonido de mi adolescencia y que revalidó sus pergaminos cuando podría haberla cuestionado y dejado atrás: esto es en mi juventud (pero hizo "Achtung Baby") y en mi adultez (pero hizo "All that you can't leave behind"). Y como yo al rock no le pido salvadores políticos, sino salvadores emocionales, me nefrega si Bono es un falso o no en su cruzada humanitaria. Lo que me interesa es la música que la banda hace y las letras que Bono escribe. Y en eso, en la capacidad de construir desde épicos himnos de estadio hasta insuperables baladas intimistas, pocos pueden calzarse el sayo como U2. Así que, ni bien salieron a la venta las entradas, corrí a gastar por completo mi en ese entonces magro sueldo para adquirir boletos para los tres días. El tercero de ellos terminé regalándoselo a una chica de la que creía estar perdidamente enamorado y que no tenía un centavo para ir. Pero bueno, más allá de esos errores garrafales que uno puede llegar a cometer por unas polleras, las dos fechas que ví fueron fabulosas. Y especialmente la primera, a la que fui con la fan más rabiosa de U2 que conozca: mi hermana. Tan fanática es Ana, que averiguó cómo era el sello que te ponían en la muñeca para poder entrar al corralito (Domingo no te ponía ninguno, te metía de prepo nomás). Una vez que averiguó ese dato, se hizo fabricar un sellito, que ambos nos pusimos en la muñeca. Y entonces encaramos muy decididos hacia la entrada del corralito, confiando en nuestra argentinada. Salió de maravillas, porque pasamos sin mayores inconvenientes. Y si bien es cierto que la última vez que vinieron hicieron un playlist superior, si bien es cierto que "Pop" me parece uno de sus discos más flojos, estar ahí, a centímetros de los muchachos, sin ser aplastado por nadie, y disfrutando de canciones que me conmovieron durante más de lamitad de mi vida como "Sunday Bloody Sunday", "Pride", "One", "I will follow", "With Or Without You", "Bullet The Blue Sky", "Please", "Where The Streets Have No Name" fue absolutamente impagable. Momento único que empujó lágimas a mis ojos cuando la pantalla se puso roja y la guitarra de The Edge disparó "Where the streets have no name", tal como uno lo había visto en "Rattle and Hum", tal como uno había soñado verlo alguna vez.



OASIS
Fecha: 18 de marzo de 1998

Lugar: Estadio Luna Park

Paradójicamente, sin ser una de mis bandas favoritas, es a la que más veces ví (cuatro). De todas maneras, será la primera que abandone este listado el día que vea en vivo a The Cure, Rage Against the Machine, Rush o a la actual gira de Iron Maiden. Pues bien, eso no inalida la excelencia de sus segundo recital en el Luna Park, al que asistí acompañado de mi ex amigo Emiliano. Había ido el día anterior, llevando a Olga, una amiga llegada desde la lejana San Petersburgo. Pero a ella preferí llevarla a una cómoda -y más calma- platea. En cambio, con Emiliano fuimos al campo. Un campo extrañamente despejado, en el que uno podía ver sin necesidad de ser amasado. Y Oasis se despachó con un show demoledor, rock de guitarras químicamente puro. El volumen ratificaba aquella máxima rocker de "los oídos fueron hechos para sangrar", el playlist era inmejorable, ya que abarcaba sus tres primeros discos con lo queno faltaron "Rock and roll star", "Live forever", "Supersonic", Cigarettes and alcohol", "Aquiesce", "Wonderwall", "Morning glory"... y como si eso fuera oco, cerraron con "I am the walrus", mi canción favorita de los Beatles. Liam estuvo a full, al punto de putearse con uno del público que lo escupía y decirle en mancuniano que "lo esperaba a la salida". Hermoso.



RADIOHEAD
Fecha: 1 de septiembre de 2000

Lugar: Tredegar House, Newport, Gales

Con Marcela nos casamos en 2000 yhabía una cosa que teníamos clarísima: nuestra luna de miel iba a ser en Gran Bretaña. Una vez decidido eso y focalizadas todas nuestras armas económicas -lo que se traduce en que nos regalaran guita en vez de cosas, más lo que pudiéramos ahorrar entre los dos- me puse a investigar qué recitales iba a haber durante nuestra estadía por las islas piratas. Imaginen el calibre de mi emoción cuando descubrí que de todas las bandas posibles la única que tocaba cuando nosotros estuviéramos allí era Radiohead. Compré las entradas por la módica suma de 25 libras (menos de 50 pesos en aquel entonces), las cuales me fueron eviadas por correo. Temblando de la emoción retiré las entradas por el local del Correo Argentino, de Pueyrredón y Santa Fe. Claro, yo me había mandado sin más, pasándole por arriba a detalles como que el recital era en Gales, que no teníamo sla más remota idea de dónde quedaba Newport, ni como ir, ni dónde quedarnos allí. Pero bueno, esas era nimiedades porque ¡ibamos a ver a Radiohead!

Cuestión que estructuramos una parte de la luna de miel en función de ese recital: como íbamos a ir a Liverpool y Newport quedaba medianamente en el camino, partimos en tren desde Londres bajo una inevitable llovizna. Llegamos a Newport, que resultó ser una muy simpática ciudad costera. Módica, eso sí, y sin mayores atractivos que el recital y unas deliciosas y espumosas ales. Disfrutamos de la inconmensurable amabilidad de los galeses, quienes tuvieron gestos como mandarnos un champagne sorpresa al cuarto del hotel cuando se enteraron de que eramos "honeymooners". Pero claro, no estabamos para espumantes, porque a medida que se acercaba el momento, la ansiedad me devoraba. Por suerte estaba Marcela, para evitar que subiera y bajara de las paredes.

Tras averiguar que Tredegar's House quedaba en las afueras de Newport,encontramos el bondi pertinente que nos llevó, a través de la clásica campiña esmeralda de las islas, bajo el tornasol propio de la lluvia que partía y el sol que asomaba tímidamente. La población del bondi era una hermosa mezcla de jovenes fans de Radiohead, con laburantes de mediana edad, y ancianitos que parecían sacados de una película costumbrista inglesa.

Llegamos al lugar, que más que house debió llamarse Palace. Una tremenda casa victoriana, todo ladrillo y techo de pizarra, lucía una inabarcable y exquisita gramilla que oficiaba de jardín, y en cuyo centro se alzaba una carpa de aspecto circense. Allí, mis amigos, allí iba a tocar Radiohead. Lógicamente, antes de que ello ocurriera hicimos la colapertinente y una escala en los locales de merchandising, de los que me fui con dos remeras, una de ellas obsequiada por mi flamante sspossa. Entramos luego para relamernos desde el vamos: el lugar era diminuto. Traten de imaginar ver a Radiohead en un lugar del tamaño de la Trastienda y se van a hacer una idea. Sumémosle que los brits son inconmensurablemente respuetuosos, al punto que llegamos y nos paramos delante del escenario, exactamente en primera fila, y nadie nos sacó el lugar, ni nos apretujó, ni nos empujó o tapó la vista. Sin la más mínima exageración: vimos a Radiohead como si hubiera tocado en el living de nuestra casa.

Y el show, ¡oh el show! Los muchachos estaban a punto de lanzar "Kid A", así que presentaron el disco ahí mismo, tocaron todos los temas de ese álbum, más "Paranoid android", "Airbag", "Karma police", "Street spirit", "High and dry", "Creep"... Solo me dejaron con la leche mal, al no tocar "Fake plastic trees", la canción que más me gusta de ellos. Pero, se imaginarán que al lado de lo que fue eso no es que me hice demasiados problemas. No voy a detenerme en detalles de cómoes un show de Radiohead, porque todos los que esto leen han visto videos. Lo que sí quiero recordar fue el clima de irrealidad que sentí en ese recital justamente gracias a poder verlo tan tranquilo, de tan cerca, tan distinto a como se ve acá. Faltó la pasión del público de acá, es cierto. Pero en ese momento yo quería ver a Radiohead y no sé si tenía ganas de hacerlo apretujado y con un muñeco cantándome desafinadamente y a los gritos en los oídos, por eso bienvenida la flema británica para esa vez.


Entrada a Tredegar's House


En este jardín fue el recital





R.E.M.

Fecha: 17 de enero de 2001
Lugar: Campo Argentino de Polo

El Buenos Aires Hot Festival fue el último gran evento festivalero antes del derrumbe de 2001. Basta consignar que tocaron nada menos que Neil Young con Crazy Horse, R.E.M., Beck y Oasis para darse una idea del calibre del asunto. Los cuatro recitales fueron excelentes, pero el de R.E.M. alcanzó proporciones difíciles de igualar. Empezando porque era enero lo que hacía que hubiera menos gente en Buenos Aires y por ende cantidades aceptables de público en vez de un desmadre total (en general soy reacio a los recitales de estadio, como verán) y siguiendo por la llovizna persistente, que le dio al recital un clima de nostalgia y romanticismo incomparable, y terminando con el hecho de que Michael Stipe es un showman de la hostia, que te agarra de la mano y te lleva a través del recital como si fuera una experienca mántrica, el resultado fue memorable. Además dispararon todas las joyas posibles: Everybody hurts, Man on the moon, Losing my religion, It's the end of the world as we know it, The one I love...

WHITE STRIPES
Fecha: 28 de mayo de 2005

Lugar: Estadio Luna Park

Descubrí a los White Stripes en el 2002 y siempre me parecieron grosos, pero realmente no estaba preparado para lo que ví esa noche en el Luna Park. Que apenas dos músicos pudieran sonar así, no solo como una banda completa, si no como una banda completa de la puta madre. Da para reflexionar sobre la calidad de nuestra escena local actual... Salí de ahí diciendo: "así debe haber sido ir a un recital de Zeppelin". Es que la banda toma casi la smismas raíces que Zeppelin -el blues- y lo trasnforma en esa vorágine, en una aplanadora sónica en base al machaque primal de Meg, los aullidos a la Plant de Jack, y una pared de guitarras tocadas por un solo tipo y cargadas de blues asesino. ¡Qué suerte haber podido ver un recital tan groso, de la que quizás sea la mejor banda generación '00, y en su mejor momento!



PEARL JAM
Fecha: 25 y 26 de noviembre de 2005

Lugar: Estadio Ferrocarril Oeste

Sin dudas los dos recitales más emocionales a los que fuí en mi vida. Es simple, hacía menos de un mes que había salido de Fundaleu, después de haber jugado al ajedrez con la muerte y haber conseguido un rato más de changuí por acá abajo. Ni siquiera tenía el alta para ir a un recital -supuestamente la tenía el 1 de diciembre- por el riesgo que tenía de contagiarme cualquier cosa -mis defensas eran menores que las de un HIV-, pero había una sola cosa que tenía clara: iba a ir a como diera lugar. Había estado esperando durante casi 15 años ese momento y necesitaba como el agua estar ahí, hacer catársis de lo que me había tocado vivir. Y no existiendo ya Alice In Chains, no había mejor candidato para esa catársis que Pearl Jam, banda de sonido determinante de mi existencia. Las dos noches fueron memorables, pero sin dudas la primera tuvo un impacto mayor. Fui con Marcela, mi mujer, con mi amigo Mariano y, supuestamente, con el Negro. El único problema fue cuando, finalizando el set de Mudhoney, sonó mi celular. Era el Negro, desde La Bombonera, preguntándome si se había suspendido el recital, porque no había nadie. En fin... Tras semejante muestra de colgadez, lo enteramos de que hacía rato que se había cambiado a Ferro, le explicamos la manera más rápida de llegar, y le prometimos rezarle a los dioses del rock para que alcanzara aunque sea a ver algún tema de Pearl Jam. Dicho lo cual fuimos a ubicarnos a la explanada para discapacitados. Hubiera dado cualquier cosa por poder estar adelante de todo, pero como se imaginarán ya me daba por más que bendecido por poder estar vivo para estar ahí, así que no quise abusarme de mi suerte. Nos fuimos allí con Marcela, nos encontramos con Fede, con Juli y con Santi, con quienes charloteamos de lo que estaba por venir. Gocé evocando mis tiempos tabasquenses con solo ver los millares que habían sacado de algún placard polvoriento sus bermudas, sus leñadoras y sus remeras de Alice In Chains, Soundgarden, y toda la legión de Seattle. Y entonces vino Pearl Jam y un recital demasiado bueno para ser real, con canciones casi exclusivamente de sus cuatro primeros discos, con "Ten" casi entero ("Esta canción se iama Once", ¡¡¡gracias Eddie!!!) con mi amada "State of love and truth", con el cover de mi canción favorita de los Ramones "I believe in miracles", con el fantástico cover de "Rocking in the free world" (tema del gran Neil que hacíamos con Zelig), con mi llanto desesperado en "Black", abrazado a Marcela como si fuera la vida misma, con el "Hard to believe/finally the shades are raised" cantado con dientes apretados. Esos dos recitales fueron demasiado, fueron un regalo por el que siempre estaré agradecido.



THE STOOGES

Fecha: 22 de septiembre de 2006

Lugar: Club Ciudad de Buenos Aires


Recital al que en otro tiempo hubiera ido con mi ex amigo Emiliano (del que me separaron las cosas de la vida), pero al que terminé yendo con mi amigo Nacho (un regalo de esa misma vida). Éste fue mi segundo recital post leucemia, motivo por el cual entré un poco apichonado. Imaginé que la cosa podría ser hermosamente descontrolada y por eso me puse en un costado. Pero claro, no sé en que estaba pensando. ¡Eran los Stooges! El apichonamiento me duró exactamente hasta el segundo en que sonó el riff de "Down on the street" y el descomunal Iggy apareció así como lo ven en la foto. Totalmente fuera de control me lancé hacia adelante hasta apostarme en primerísima fila, lugar del cual me alejé a lo sumo tres o cuatro puestos, inmerso en esa hermosa marea humana de pogo frenético, inyectado a puro "Loose", "1969", "TV Eye", "Dirt", ""I wanna be your dog" (¡¡¡dos veces!!!) y "No Fun" (momento en el que no pude subirme al escenario por milímetros, cuando Iggy incitó a las huestes a copar el stage), estos dos últimos himnos del garage que perpetrábamos con Zelig. Los Stooges abrieron el Pepsi Music, que debió concluir apenas dejaron de tocar, ya que lo que vino después fue totalmente redudante. Qué se yo. Como rcoker, me daría vergüenza ajena pretender subirme a un escenario después de que un abuelito flaco y descontrolado, un gordito de anteojos en campera militar, y un simio con cap en la cabeza, me dieran de un saque todas las lecciones de lo que un recital y una banda de rock deben ser.



PATTI SMITH

Fecha: 3 de noviembre de 2006
Lugar: Club Ciudad de Buenos Aires


¡Qué, pero que grosa es esta mujer! Enamorado platónicamente de ella no podía creer que venía y fue la única razón por la que me gasté el huevo y medio que me salió la entrada del Bue. Para colmo fui solo de toda soledad, ya que soy el único ser humano entre mis conocidos al que le gusta Patti. Afortunadamente, allí estaba Fede (Billie para algunos) quien sabiamente había decidido chequear in situ a la leyenda. Para qué... A pesar de todo lo que la amo, no estaba preparado para semejante despliegue de grositud. Abriendo con "Gimme shelter", enamorándonos con "Redondo beach", dejándonos con las ganas de "Land", poguéandonos con "Because the night", delirándonos con "Free Money", llevándonos al éxtasis con "Gloria"... Demasiado, una mujer que podría ser la abuela de muchos, dando cátedra de rock en todos los planos. Lástima que solo duro una hora. No pude evitar odiar a Elefant por el tiempo que le sacó antes, y a los Beastie Boys por el que le sacó después.




NEW ORDER

Fecha: 18 de noviembre de 2006
Lugar: Club Ciudad de Buenos Aires

¿Pudo alguien idear un mejor regalo de cumpleaños? Difícil. Amo New Order. Su música está vinculada a algunos de los pocos momentos memorables de mi adolescencia. Pero más aún amo a Joy Division. Y si bien a Ian Curtis se le complicó venir, el solo hecho de ver al resto de la banda, en el día de mi cumpleaños, en primera fila, y haciendo "Ceremony", "Transmission" (tema que hacíamos con Zelig), "Atmosphere", "Shadowplay" (¡¡¡uno de mis favoritos de Joy Division!!!) y "Love will tear us apart", léase tocaron 16 temas de los cuales cinco eran de Joy Division. Sencillamente glorioso. Fui con Marcela, que también ama a la banda. Pero la pobre estaba embarazada, así que tuvo que conformarse con ir a la plataforma donde están los discapacitados, mientras yo me lanzaba como un desaforado hacia adelante de todo para quedar parado ahí, mano a mano con Peter Hook, el tipo gracias al cual alguna vez me puse a aprender bajo. Fue un momento teológico, místico, absolutamente inolvidable, la coronación de un año 2006 cargado de recitales de antología.









Labels: